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Otros cuatro puntos donde se comen la Ciénaga

Poco más de dos horas le tomó a un biólogo identificar algunos lugares donde están desecando, deforestando y quemando la Ciénaga Grande de Santa Marta. Su herramienta: mapas gratuitos de Google.

Pablo Correa
18 de abril de 2015 - 02:31 a. m.
Foto 1: enero de 2013,  Foto 2: junio de 2014. / Foto 1: enero de 2013,  Foto 2: junio de 2014.
Foto 1: enero de 2013, Foto 2: junio de 2014. / Foto 1: enero de 2013, Foto 2: junio de 2014.

Un joven investigador samario, que prefirió no ser nombrado en este artículo para evitar problemas en su ciudad, envió hace unos días a El Espectador un breve documento que tituló: “Observaciones de obras en la Ciénaga Grande basado en imágenes de Google Earth”.

El documento, formado por una serie de mapas, muestra cuatro puntos (más el caso bien conocido de la Hacienda Los Patos) donde la Ciénaga Grande de Santa Marta, considerada un sitio Ramsar por su importancia biológica y declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco, está siendo devorada. Se supone que este gran complejo de humedales debería mantenerse lo más saludable posible pues de él depende el equilibrio ecológico de la región.

Menos de una tarde de trabajo desde su casa gastó el joven investigador para identificar esos puntos críticos. Todo lo que necesitó fue paciencia, un buen ojo y su computador para navegar por los mapas gratuitos disponibles en Google Earth. Mapas satelitales de distintos años que permiten contrastar los cambios en el paisaje a lo largo del tiempo. Una vez identificado un punto con cambios de color en la vegetación, se pueden usar esas mismas coordenadas para rastrear cómo era la zona meses o años atrás. Ciencia ciudadana, la llaman algunas personas.

El esfuerzo es valioso porque demuestra lo sencillas y económicas que pueden resultar algunas tareas de vigilancia cuando se tiene un interés real en proteger ecosistemas. Pero al mismo también pone en evidencia la lentitud y burocracia institucional para cumplir con esta tarea. En el caso de la hacienda Los Patos, el punto de la Ciénaga Grande que ha sido ampliamente debatido en medios de comunicación, la construcción de diques y la deforestación comenzó hace varios años, pero Corpamag (Corporación Autónoma Regional del Magdalena) y las autoridades involucradas sólo lo identificaron en diciembre del año pasado y comenzaron a actuar hace un mes.

Lo sencillo y barato que puede resultar monitorear ecosistemas con herramientas tecnológicas contrasta también con el dinero que se recauda cada año “para la protección de la Ciénaga”. Según lo evidenció La Silla Vacía en un artículo titulado “La platica de la Ciénaga que no se usó”, desde 2013 a la fecha Corpamag ha recibido $18.700 millones por cuenta de la sobretasa ambiental que se cobra en el peaje de la carretera que conduce de Santa Marta a Barranquilla. El 8% de los $7.200 que paga cada carro que pasa por allí van al bolsillo de la corporación. Se supone que ese dinero debe invertirse en el cuidado de la Ciénaga.

Por lo que revelaron las fotos de la hacienda Los Patos, donde se construyeron 27 kilómetros de diques durante varios años, y por lo que insinúan estos cinco puntos revelados por el joven investigador, hay muchas preguntas sobre la efectividad de la estrategia que las autoridades ambientales están aplicando en la zona. De acuerdo con La Silla Vacía, el 80% de ese presupuesto se asignó en un solo contrato de dragado (Sistemas de Dragados y Construcciones de Barranquilla).

Lástima que no sea nada fácil monitorear desde Google o cualquier otra plataforma a dónde va y cómo se gasta el dinero que pagan los colombianos para la protección de sus ecosistemas. Sin duda sería una tarea a la que más de un ciudadano le gustaría invertir una tarde de trabajo. Y seguro aparecerían sorpresas a lo largo y ancho de Colombia.

Por Pablo Correa

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