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Paisajes en miniatura

Clara Inés Moreno y John Scott promueven en Colombia la milenaria tradición de los jardines zen y saikeis.

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Redacción Vivir
03 de junio de 2009 - 10:30 p. m.
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A donde quiera que va Clara Inés Moreno siempre está fijándose en las piedras del lugar. Cree, como los japoneses cultivadores del arte del suiseki, que literalmente significa una piedra (seki) expuesta sobre un recipiente con agua (sui), que contemplar sus formas y colores es un camino de meditación, un viaje hacia el interior del ser.

Mientras vigila que no falte ningún detalle en cada uno de los 42 jardines miniatura que desde mañana expone en la galería del Club El Nogal, en Bogotá, Clara Inés recuerda la leyenda que da cuenta del origen de este arte y explica algunos de sus secretos.

“Se dice que Buda pronunció una vez un sermón silencioso mientras contemplaba una flor y una piedra. Según la leyenda, sólo un monje, quien sonrió, comprendió el sermón —dice Clara Inés—. La belleza de una flor y la irregularidad de una piedra pueden arrojar un breve destello de luz sobre la parte esencial más profunda del ser humano, sobre su verdadera naturaleza”.

Su interés por la creación de jardines japoneses, entre los que se incluyen los jardines zen (secos, sin plantas, sobrios, con arena blanca) y los saikei (agrupación de plantas, rocas y otros elementos como el agua) comenzó hace más de tres décadas cuando vivió en Tokio por más de cinco años.

De la mano de Toshio Kawamoto, su maestro en Japón, descubrió los fundamentos de composición y los principios estéticos que rigen la creación de estos diminutos paisajes. Dice Clara Inés que “estos pequeños jardines son un espejo de la naturaleza. Los árboles, las piedras y las plantas son tan obras de arte como la pintura y la escultura”.

Aunque aprendió en Japón algunos de los principios de armonía que rigen la composición, como sólo permitir un número impar de elementos y disponer todo formando triángulos escalenos, aclara que el arte del suiseki en realidad se gestó en China hace más de 3.000 años.

Su colega y amigo norteamericano John Scott, con quien ha construido la mayoría de los jardines expuestos esta semana en El Nogal, opina que la gente por lo general no sabe construir jardines, “sólo los llenan de plantas sin ningún diseño”. Los japoneses, en cambio, han creado una rigurosa filosofía de la armonía a la hora de fabricar pequeños paisajes que trasladen al interior de los hogares la majestuosidad de la naturaleza.

Según John, ex profesor de la Universidad de los Andes, practicar el arte del suiseki es una oportunidad para conocerse a uno mismo. Es una oportunidad para meditar y contemplar.

Como buen autodidacta, su recomendación para los interesados en cualquiera de estas tradiciones es leer mucho, investigar, acercarse a expertos y, sobre todo, practicar las técnicas. Así, comenzó él a cultivar bonsáis desde niño y llegó a tener más de 200 arbolitos miniatura en su jardín en Teusaquillo.

Saikei

Estilo inspirado en los jardines en miniatura de la Antigüedad en China. Las características principales son*:

Recordar una escena de la naturaleza: montañas, praderas, islas, la orilla de una lago.

Debe expresar sólo una sensación (tranquilidad, dureza).

Utilización de materiales naturales (rocas, árboles, plantas, tierra, musgo, agua).

Proporción y escala adecuada entre el material empleado.

* Tomado de la revista ‘Infobonsái’.

Por Redacción Vivir

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