Durante los últimos 30 años el consultorio del psicólogo argentino Walter Riso se ha convertido en el lugar para liberar la tristeza, la rabia y el dolor que produce una pena de amor. En su diván se han sentado desde un niño de cinco años afligido porque se enamoró de su maestra, mujeres desesperadas luego de comprobar que su esposo les estaba siendo infiel hasta jóvenes obsesionadas por algún artista a quien diariamente le escriben poemas y altos ejecutivos que no pueden dejar de llorar debido a que su pareja los dejó.
Las experiencias que Riso ha tenido con todas estas personas a lo largo de tanto tiempo fueron el punto de partida del libro que acaba de lanzar: Manual para no morir de amor, diez principios de supervivencia afectiva, que será presentado oficialmente al público en la Feria del Libro el próximo 15 de agosto en la Sala León de Greiff de Corferias, en Bogotá.
El Espectador se reunió con este reconocido psicoterapeuta para indagar qué tan sanos afectivamente son los colombianos, cómo sobrellevar una pena de amor y en qué consiste su teoría de la amorofobia.
En su consultorio atiende constantemente a personas terriblemente afectadas por el desamor, ¿el problema es que no sabemos querer?
El problema está en que sobrevaloramos demasiado el amor, lo ponemos como una motivación muy importante para la autorrealización, dependemos demasiado de él. Creo que no nos preparan para amar, que tenemos unas creencias irracionales frente al amor que hacen mucho daño, como, por ejemplo, que si estamos enamorados vamos a ser fieles, que el amor te va a ser feliz, que es incondicional y para toda la vida.
Y el amor se acaba...
Claro, el amor es una construcción social y personal, no tiene su propia inercia, no es tan fuerte y hay que ayudarlo para que crezca y se mantenga. Me refiero sobre todo al amor en pareja. En estos casos lo más triste es que por lo menos el 30% de la población está con alguien que no lo quiere.
¿Por qué se permanece en esas relaciones si no se es correspondido?
Por la esperanza. Son personas que no saben perder en el amor y creen que pueden cambiar al otro. No soportan el dolor del desamor y prefieren vivir engañados.
En su libro habla del sufrimiento de quienes se enamoran de varias personas al mismo tiempo.
Sí, uno pude enamorarse de dos y hasta de tres personas. Se trata de un amor esquizofrénico. Por eso, si alguien quiere superar la ruptura de una relación buscando inmediatamente otra con la creencia de que un clavo saca otro clavo, la mente se bloquea, no funciona, y si uno se descuida, puede terminar con dos clavos metidos.
¿A qué se refiere con su teoría de la amorofobia?
Hay personas que sienten que todo el tiempo están fracasando en el amor, porque en sus últimas relaciones les ha ido mal. Eso afecta su autoestima y llegan a la conclusión de que nadie los quiere y generan un esquema de inamabilidad. Pero el problema es que no saben elegir de acuerdo con sus gustos y necesidades.
¿Cuándo se debe pedir ayuda profesional para superar una pena de amor?
Si se tienen pensamientos negativos frente a sí mismo, el presente o el futuro, a la persona le cuesta levantarse por la mañana y experimenta un bajón en todas las áreas de su vida, debe pedir ayuda.
¿Qué casos relacionados con el amor le han impactado más en estos 30 años de consultas?
Me acuerdo del caso de un paciente que no podía olvidar a su ex novia. El día en que ella se casaba él fue a la iglesia vestido de novio. También atendí a una mujer que se obsesionó con Carlos Vives después de un concierto, me decía que esa noche él no paró de mirarla (había 20 mil espectadores) y todos los días le escribía poemas.