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Peleando por votos azules

Uribismo arrecia ataques contra Gobierno y lo acusa de dar prebendas por $3 billones a cambio de apoyo de los congresistas de este y otros partidos a candidatura de Santos.

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Redacción Política
24 de enero de 2014 - 11:16 a. m.
La convención conservadora se llevará a cabo el domingo, en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez.  / Archivo
La convención conservadora se llevará a cabo el domingo, en el centro de convenciones Gonzalo Jiménez. / Archivo
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Si en algún momento, como se llegó a insinuar, el aplazamiento de la convención nacional del Partido Conservador para finales de enero buscaba su valorización de cara a las elecciones presidenciales, hoy, a dos días del evento, se puede decir que la estrategia surtió efecto. Los azules definen este domingo si van con candidato propio a la primera vuelta presidencial, si se suman a la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos o si hacen alianza con alguno otro movimiento, léase el Centro Democrático de Álvaro Uribe. Una decisión que deberá tomarse en medio de un duro pulso entre quienes se inclinan por una u otra opción, con denuncias de por medio, como que desde la Casa de Nariño se estaría “comprando” el apoyo a la continuidad de Santos con “mermelada”, es decir, con favores burocráticos.

De hecho, Ernesto Macías, candidato uribista al Senado, entregó el miércoles a la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes un documento —aparentemente filtrado desde el palacio presidencial— donde se señalan los cargos y las prebendas que se habrían dado a miembros del Congreso para apoyar la reelección y que sumarían más de $3 billones. Y en la lista aparecen la mayoría de senadores y representantes conservadores. Para Uribe, una clara muestra de que el Gobierno lo que quiere es “arrodillar al Congreso, estimular la corrupción y comprar los votos para continuar en el poder”.

Duras acusaciones que el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ya respondió desde Europa, donde acompaña al primer mandatario en una gira por España y Suiza: “Este es un gobierno serio, responsable. Se nos ha tratado de calificar como derrochones, cuando en realidad lo que hemos hecho es reducir el déficit. De manera que no se puede confundir malintencionadamente con ejercicios de politiquería. Lo que se está haciendo es un ejercicio de desarrollo de llevar proyectos a las regiones. Si llevar proyectos a las regiones incomoda, pues creo que eso no es lo que quieren los colombianos. Ellos quieren desarrollo”, dijo.

Pero además de la tal “mermelada”, la precandidata Marta Lucía Ramírez reveló que desde hace ocho días se vienen realizando una serie de llamadas a los convencionistas haciéndoles ofrecimientos económicos que incluyen gastos de transporte y hospedaje. “Es reprochable, pues el gobierno Santos lo que busca es que el Partido Conservador renuncie a su doctrina y talante para convertirlo en una agrupación al servicio de sus propósitos electorales”, sostuvo. Denuncia que también tuvo respuesta, esta vez por parte del senador Arturo Yepes, quien en diálogo con Blu Radio, aceptó que ha ofrecido tiquetes y estadía en Bogotá, porque considera que deben ser bien atendidos. “Los convencionistas no dan su voto por montarse en un avión”, explicó.

Acusaciones por un lado, defensa por el otro. Por ahora, las señales que se dan desde las regiones apuntan a que la tendencia de quedarse del lado de Santos y seguir en la Unidad Nacional es mayoritaria. Para la muestra un botón: el Directorio Conservador de Antioquia —nada más ni nada menos que la tierra de Uribe— decidió mayoritariamente, en sus distintos matices y corrientes, “apostarle a la paz, al desarrollo del agro, a la continuidad del programa Familias en Acción, a la inversión social y al crecimiento económico y, en consecuencia, apoyará en la convención del Partido la reelección del presidente Santos”, según lo expresó en un comunicado público firmado por todos sus miembros.

Aunque también hay quienes rechazan inclinarse para uno u otro bando. “Es grave que se esté tratando de comprar el voto de los participantes de la convención a favor de Santos. Si es así, no hay convención, lo que habría es un disfraz, un simulacro de convención, porque todo va amañado, eso no es democracia. Eso le resta peso al Partido, le resta capacidad de poder, de legitimidad, de credibilidad, de liderazgo. Y Uribe tampoco puede querer convertir la convención en la sirvienta de sus intereses políticos”, enfatizó el candidato al Senado Javier Suárez.

Pero además, la convención conservadora viene con otros ingredientes. Se dará después de una reunión entre Álvaro Uribe y Andrés Pastrana en la que, supuestamente, hablaron de los problemas del país y que ha dado para especular sobre una inminente alianza en oposición a la reelección de Santos; y con la inesperada precandidatura de Álvaro Leyva, quien se presentó inicialmente como el hombre de la unión entre los dos exmandatarios y de la “paz incluyente”, que quiere decir, con todos los sectores políticos del ámbito nacional, incluido el uribismo. En otras palabras, hace rato que una cumbre del Partido Conservador no despertaba tantas expectativas ni tenía al país político tan pendiente de sus resultados. Al fin y al cabo, los 2’102.168 votos que logró la colectividad en las pasadas elecciones a Congreso son una cifra que bien puede inclinar la balanza del poder, y eso lo saben Santos y Uribe.

Por Redacción Política

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