¿Por qué escribir bien es sexi?: responde Rompower

Romina es una periodista preocupada por el uso inadecuado que le están dando al idioma español en tiempos de redes sociales. Habla la mujer que además de robarse las miradas en Instagram, enseña ortografía a sus seguidores.

Lucety Carreño Rojas / @LucetyC
13 de julio de 2017 - 12:31 a. m.
Rompower.  / Tomada del Instagram de Romina
Rompower. / Tomada del Instagram de Romina

Romina es una periodista española de La Vanguardia. Rompower es un personaje. Pero las dos son la misma persona. A las dos les gusta hablar y escribir bien. Les encanta la lengua española y se preocupan por el mal uso que la gente le está dando en tiempos de redes sociales.

Romina es la típica amiga que corrige los errores de sus amigos cuando se expresan mal o usan palabras inadecuadas, pero sin exagerar. También es coordinadora editorial de los publirreportajes del diario La Vanguardia, de España. Trabajó en el canal de televisión Telecinco, de España, y creó una agencia de comunicaciones en la que tenía mucho contacto con las redes sociales. Ahí se iba dando cuenta de graves errores ortográficos.

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“Rompower soy yo llevada al extremo”. El poco tiempo libre y algunos fines de semanas los invierte en Rompower. Todo empezó hace cuatro años. Primero hizo videos en YouTube, pero requería mucho trabajo. En cambio, “en Instagram me di cuenta de que con una foto tenía más recepción y es más fácil hacer la edición de los videos de un minuto”.

Rompower enseña ortografía y lenguaje con sentido del humor, pero no es una profesora y tampoco una bloguera. Sin embargo, un día, vio la técnica de algunas influenciadoras, y quedó marcada. Todas ellas utilizaban el postureo, un nuevo término, empleado en el contexto de las redes sociales para expresar un comportamiento, en especial, por apariencia o para resaltar algo que no es cotidiano. Por ejemplo: tomarle fotos a la comida, posar con el mar de fondo o con un sitio turístico importante.   

“Me inspiró mucho el mundo de las blogueras, quienes siempre están postureando con imágenes de fondo en playas, hoteles de lujo y sus publicaciones son perfectas, pero me di cuenta de que sus pie de foto estaban mal. Dije: ‘Dios mío, qué barbaridad’”.

Entonces fue cuando empezó a trabajar con sus fotos y con sus respectivos pies de fotos. Hoy, luego de más de tres años, en las imágenes es una Rompower sensual, carismática, que atrae a los espectadores, y en las leyendas corrige a quienes hablan y escriben mal en las redes.

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Algunas veces, es ella quien descubre las barbaridades ortográficas o gramaticales, y las escribe en un papelito que pega en la nevera. Otras, le llegan a diario en los comentarios de sus fotos y ella decide aclararlos, como la diferencia entre “ay”, “ahí” y “hay”, o la de “con que”, “con qué” y “conque”.

Lo que quiere es que la gente se detenga y mire lo que dice en la leyenda de la foto. “Hago una parodia del postureo con la vida real: me tomo la foto en la calle, con una abuela, en un contenedor de basura. El mundo real. La gente dice: ‘¿Esto qué es?’ y tiene que leer. Rompe con los esquemas”, cuenta Romina.

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Para las fotos les pide ayuda a sus amigos. Anna Senan es una amiga fotógrafa que le colabora, pero Romina es la que le da el enfoque periodístico; no solo en la corrección ortográfica, también en el estilo. Cuando se va a tomar las fotografías la gente se queda mirándola como si fuera una modelo, según cuenta ella, “la gente se muere de la risa. Sonríen y yo hablo con ellos”.

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Uno de los hashtag que la periodista suele utilizar es escribir bien es sexi. Explica que, “no en el sentido sensual o sexual sino en el sentido atractivo en el que si alguien escribe bien llama la atención. Escribir es un acto de respeto por los demás”.

Su llamativa forma de enseñar ortografía ha despertado la atención de varios medios del mundo. Sin embargo, Romina dice que no está de acuerdo con la forma en la que se ha hablado de su método de enseñanza; considera que los medios, por ganar clics, incurren en lugares comunes que rayan con la cosificación de la mujer. 

La invitación de Romina y Rompower es sencilla: que se fijen en lo que leen y luego, en lo que escriben. En que nos es válida la excusa de que escribieron rápido por el afán del día a día.

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Romina y Rompower seguirán en su lucha por evitar que la gente siga dañando el idioma. Por encontrar, como hasta ahora, personas que “se preocupan muchísimo por mejorar como en Latinoamérica”. Rompower, por su parte, seguirá parodiando el postureo y pasándola bien enseñando a la gente.

Por Lucety Carreño Rojas / @LucetyC

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