¿Por qué sentimos miedo?

María Cecilia Betancur es una psicoterapeuta que lleva 35 años trabajando con esta emoción y cómo lidiar con ella. Hoy presenta su libro “Al otro lado del miedo”, una guía práctica para vencer los temores.

Mariana Rolón Salazar
02 de abril de 2017 - 02:00 a. m.
María Cecilia Betancur, escritora de “Al otro lado del miedo”. / María Clemencia Báez
María Cecilia Betancur, escritora de “Al otro lado del miedo”. / María Clemencia Báez

Quizá solo hay una cosa que todos los seres humanos compartimos: el miedo. Eso fue lo que llevó a María Cecilia Betancur, una psicóloga de la Universidad Santo Tomás, a estudiar por qué sentimos miedo. A lo largo de 35 años de ejercicio profesional se dio cuenta de que la mejor manera para afrontar los temores está en cambiar las ideas que tenemos sobre aquello que nos asusta.

Betancur, en entrevista con El Espectador, dio algunas pistas sobre qué nos produce ese sentimiento y cómo vencerlo.

¿Cómo superar el miedo?

La mayor parte de los miedos, uno mismo podría lograr superarlos. Yo propongo un método que se basa en la terapia cognitiva conductual, un conjunto de técnicas que parten de una cuestión fundamental: nosotros tenemos ideas preconcebidas muy arraigadas a ciertas situaciones y objetos. Y esas ideas son tan irracionales e ilógicas, tan erróneas, que nos causan miedo.

Entonces el trabajo comienza preguntándome qué pienso frente a alguna cosa que me causa miedo. Tengo que empezar a desmontar mis miedos, desmontando mis ideas. Si rebato cada una de mis ideas irracionales, comienzo a pensar distinto y a cambiar mis pensamientos negativos.

¿Es decir, que es mejor enfrentar los temores?

Sin duda, pero hay miedos que son demasiado intensos, como ciertas fobias. Bien podría uno, si les tiene miedo a los ascensores, decir “me voy a subir al piso 30 del Colpatria en un ascensor”. Hay especialistas que recomiendan eso, la exposición por inundación. Uno se inunda y se llena de todo el miedo posible.

Yo no soy partidaria de eso: lanzarse de una cuando el miedo es muy intenso, porque me parece que se puede producir una reacción contraria a lo que uno esperaría. Prefiero la exposición por aproximaciones sucesivas: poquito a poco me voy exponiendo a situaciones que me causan poca ansiedad hasta que, si soy la persona que no puede subirse a un avión, entonces se sube. Pero luego de haber vencido en un 90 - 95 % su ansiedad.

¿Por qué se produce el miedo?

En esencia, yo sostengo que fundamentalmente el miedo nace de las ideas que nosotros tenemos con respecto a las situaciones y a las cosas, con respecto a la cultura y con respecto a los demás. El miedo social nace de esas ideas que tenemos sobre la importancia de complacer a los demás, que los demás nos aprueben y acepten, eso se convierte en una obsesión y en una idea esencial en mí.

¿La predisposición genética tiene algo que ver con lo que lo genera?

Hay muchos estudios que documentan que hay una especie de memoria genética de las experiencias. Yo sí creo en eso, porque he leído estudios científicos, de largos años de investigación, y todo eso demuestra que hay una cierta predisposición genética a ciertos comportamientos, como el miedo. Sin embargo, también está documentado y muy demostrado que es mayor el papel de la experiencia vivida, de aprendizaje a través de la familia y la cultura.

Con respecto al contexto colombiano, ¿cree que hay algún patrón en nosotros que nos produzca miedo?

En Colombia, por nuestras condiciones políticas y sociales, tanto de la guerrilla como del narcotráfico, se ha generado un miedo, que no es que sea un miedo paralizante, sino una ansiedad solapada, una ansiedad que nos da miedo salir a la esquina, que nos da miedo salir de noche, que nos da miedo salir y dejar la casa sola porque pasan cosas. Y es porque han pasado cosas muy graves y porque de verdad pueden pasar cosas. Entonces yo diría que es un miedo latente de vivir en Colombia. Entonces yo lo llamo un miedo latente, es un miedo social, pero latente, muy generalizado. Y yo diría que en casi todas las personas de nacionalidad colombiana existe ese miedo.

Psicológicamente, ¿habrá algún factor que, por nuestra historia, afecte la autoestima de los colombianos cuando se proyectan en el extranjero?

Es muy cierto. Es el miedo a ser rechazado el que nos lleva a que nosotros somos los chachos adentro del país, tenemos una autoestima maravillosa. Muchas personas salen con esa autoestima y se defienden muy bien frente al extranjero. Pero hay otra mayoría que no, que se disminuye frente a otras personas. Frente a otras personas les da vergüenza sacar el pasaporte, lo hacen, pero de manera muy discreta, no dicen: soy colombiano. Procuran ocultar su acento, por el miedo al rechazo. Pero el que tiene una autoestima sólida, bien configurada, no le importa porque también sabe defenderse.

¿Cómo enfrentar ese miedo social al rechazo y la frustración?

Hay que trabajar mucho la autoestima. A veces creemos que tenemos buena autoestima, pero resulta que la tenemos muy frágil por cuanto está sujeta a la opinión de los demás. Está basada en la valoración por parte de los demás. Entonces el trabajo en la autoestima es fundamental para saber que uno debe aceptarse tal y como es.

La información que los demás nos dan: que nos aplauden, que nos estimulan, que nos premian, eso refuerza mucho. Pero no se puede convertir en el parámetro que me dice a mí si soy valioso o no. La autoestima nace de la convicción de sí mismo. Hay que trabajar en la superación de aquellos aspectos de la personalidad que no me gustan de mí, que me dificultan el sentimiento de realización personal. Capacidad también de aceptar esas cosas que no puedo cambiar.

* www.mariaceciliabetancur.com

Por Mariana Rolón Salazar

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