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Presidente de EE.UU., Barack Obama, llega este viernes a Cartagena

El mandatario estadounidense arribará hacia las 4:45 de la tarde, en medio de una gran expectativa regional.

Redacción Internacional
13 de abril de 2012 - 04:12 a. m.

El presidente estadounidense, Barack Obama, llega este viernes a Cartagena para asistir a su segunda Cumbre de las Américas con las manos casi vacías de promesas, mucho menos carisma y con delicados escollos diplomáticos por esquivar, como las críticas a la guerra contra las drogas.

Es bien sabido que Estados Unidos hace tiempo reconoció públicamente que su prioridad diplomática y económica está en Asia, más allá de la guerra en Afganistán y de las crisis en Oriente Medio. Pero a pesar de todo, “América Latina se puso de pie, las economías en la mayoría del Cono Sur están pujantes y hay muchas más opciones más allá de los estadounidenses”, sintetiza Cynthia Arnson, directora del programa América Latina del centro de análisis Woodrow Wilson. Y agrega: “Esta cumbre simplemente no tiene nada que ver con la primera —en la que Obama participó en 2009, justo después de su llegada al poder—, cuando fascinó a los mandatarios con su bagaje personal y encanto político”.

Aun así, hoy los niveles de popularidad de Obama están muy por encima de cualquier otro presidente de la región, según dice Arturo Valenzuela, responsable de la diplomacia estadounidense hacia América Latina entre 2009 y 2011: “Ya no existe un Alba ascendente, con unos Estados Unidos en las cuerdas”, señaló, en referencia al grupo de países liderado por el mandatario venezolano, Hugo Chávez.

En efecto, Barack Obama llega a la VI Cumbre de las Américas en medio de unas relaciones cordiales y libres de los antagonismos del pasado, pero que al mismo tiempo “parecen carecer de vigor y rumbo”, advierte el centro Diálogo Interamericano en un informe especial divulgado ayer. La conclusión es que el presidente estadounidense es popular entre los latinoamericanos, pero ya parece serlo mucho menos entre sus homólogos con los que departirá en Cartagena.

El análisis que se hace de esta situación es que buena parte de los mandatarios centroamericanos se desesperan ante la violencia sin fin de la guerra contra el narcotráfico, sin resultados claros a la vista y con una ayuda oficial estadounidense que amenaza con disminuir regularmente a causa del Congreso. Otros, como la brasileña Dilma Rousseff, prefieren mantenerse a una prudente distancia de una potencia que a ratos sólo parece estar interesada en oportunidades fáciles, como el petróleo en aguas profundas, lo que liberaría a Washington de la molesta dependencia de Venezuela.

En efecto, los hechos muestran que las cosas han cambiado para Estados Unidos en la región y que, si bien recientemente estuvo a la altura de desafíos como el golpe de Estado en Honduras, el mundo se ha hecho más complejo y las oportunidades diplomáticas se abrieron para todos los países, ante lo que el gobierno Obama parece cómodo o resignado. Por ejemplo, China prestó en 2010 más de US$37 mil millones a América Latina, más que Estados Unidos, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo juntos.

Todo indica entonces que Estados Unidos ve a América Latina como una tierra de oportunidades, pero al mismo tiempo sigue imperando la visión de que debe seguir ayudándose a sí misma para resolver los problemas de pobreza extrema e inequidad, y la necesidad de reformas. “El éxito económico de la región beneficia nuestros intereses”, dijo Ben Rhodes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional del presidente Obama.

En cuanto al debate sobre la legalización de las drogas, el gobierno estadounidense asegura estar dispuesto a escuchar los argumentos, pero todo indica que Obama les recordará a los mandatarios presentes en la cumbre sus deberes en esa lucha. “No hay consenso para una legalización”, señala Dan Restrepo, el responsable para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional. “Creo que verán al presidente hablar y alentar a sus socios a que respondan al mismo compromiso compartido” sobre la democracia en la región, agregó.

El cuarto viaje a Latinoamérica

El primer acto público que tiene programado el presidente estadounidense Barack Obama en la Cumbre de las Américas será participar, el sábado, en el foro empresarial que se lleva a cabo a instancias del gobierno colombiano. Ese mismo día sostendrá reuniones bilaterales y participará en el debate presidencial, ya en el marco de la Cumbre, donde previsiblemente se alzarán voces para exigir que Cuba participe en la próxima cita.

Este es el cuarto viaje del presidente de Estados Unidos a la región, después de sus visitas en 2009 a México y a Trinidad y Tobago, donde participó en la anterior Cumbre de las Américas, y su gira por Chile, Brasil y El Salvador en marzo de 2011. Antes de partir hacia Colombia, Obama tiene prevista una parada en Tampa (Florida), donde dará un discurso sobre la importancia del comercio entre Estados Unidos y Latinoamérica.

Por Redacción Internacional

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