Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Profesión: médica de plantas

Silvia Restrepo, una de las investigadoras más destacadas en Colombia por sus aportes en descifrar las enfermedades de la yuca y la papa.

Pompilio Peña

02 de septiembre de 2009 - 05:58 p. m.
PUBLICIDAD

A principios de los años 90, una plaga amenazaba con dañar gran parte del cultivo de yuca en el país. Los campesinos de los Llanos Orientales, de la costa norte y desde el departamento de Córdoba hasta el Magdalena, veían atónitos cómo fracasaban sus intentos por aplacar una enfermedad que amenazaba con llevarlos a la ruina. Muchos, a pesar de los cuidados agrícolas, llegaban a perder el 100% de su cultivo.

Para ese entonces, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), en conjunto con el Institut de Recherche pour le Développement (IRD) de Francia, emprendieron en 1995 un proyecto para el cual convocaron a los mejores investigadores del mundo, entre los que se encontraba Silvia Restrepo, una joven científica colombiana de 22 años que realizaba su doctorado. “Al unirme a este grupo de trabajo encontré la posibilidad no sólo de aprender y regresar a mi país, sino también de ayudar y aconsejar a los agricultores. Mi gran satisfacción era dar un sentido social a mi quehacer”, comenta Silvia, atareada por las obligaciones de su laboratorio en la Universidad de los Andes, donde actualmente es docente.

Fue un trabajo arduo y difícil. Las zonas que recorrió por aquel entonces estaban afectadas por la violencia y en varias ocasiones fue testigo de enfrentamientos entre el Ejército y grupos insurgentes. Pero esto no hizo disminuir su ánimo ni el de sus compañeros, con quienes visitaba fincas y cosechas. Luego de un largo itinerario recolectando muestras de la bacteria responsable de la plaga (Xanthomonas axonopodis pv. manihotis), comenzaron a plantear estrategias para combatirla, entre ellas, producir variedades de yuca más resistentes.

“Nuestro papel, en todos aquellos años de investigación, fue a la vez enseñar a los agricultores a identificar síntomas de varias enfermedades, a quemar las hojas infectadas y, en general, a tratar sus cultivos si se veían afectados”, afirma. Luego de cuatro años, durante los que se lograron importantes hallazgos, fue reconocida en 1999 con el Premio Christiane Doré como mejor becaria del IRD.

Read more!

Ese mismo año, en la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, comenzó a estudiar la principal enfermedad de la papa, el tizón tardío. Mediante la investigación de la producción de papa en el país del norte logró una mejor comprensión de las deficiencias y ventajas de Colombia en el desarrollo agrícola. En 2005 se vinculó a la Universidad de los Andes como encargada del laboratorio de micología (estudio de los hongos) y fitopatología (estudio de las enfermedades de las plantas). Su equipo de trabajo pronto alcanzó el máximo reconocimiento de Colciencias: Categoría A. Desde entonces ha continuado su estudio del tizón tardío, que en Colombia afecta no sólo a la papa sino también al tomate, al lulo, a la uchuva y al tomate de árbol, entre otras plantas.

Por sus grandes contribuciones a la ciencia, la universidad la postuló al Premio Academia de Ciencias para el Mundo en Desarrollo (TWAS), que otorga La Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El pasado 19 de agosto le informaron que era la ganadora entre 11 postulados más de todo el país.

Read more!

Hoy en día reparte su tiempo entre la docencia, la investigación y el papel de madre de un niño de cinco años. Viaja tres veces al año a Francia, donde toma parte en el Comité científico del IRD. Sólo de vez en cuando lee un libro de alguno de sus escritores preferidos, Balzac, Victor Hugo, Flaubert o García Márquez, como en sus entrañables tiempos juveniles.

Por Pompilio Peña

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.