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La mayoría de personas que tienen una mascota argumentan que ellas son la mejor compañía, que les han cambiado sus vidas y que son el ejemplo perfecto de amor incondicional y entrega.
“Tengo cinco peludos que son mis tesoros. Cada uno, con su sabia naturaleza, me ha enseñado a ser mucho más humana”, escribía a La Red Zoocial Alejandra, dueña de Ulises, Serafín, Tequila, Jacobo y Matilda.
Cientos de correos más coinciden con Alejandra. “Paco nos ha enseñado más cosas que muchas personas a nuestro alrededor. Con nuestro perro nos hemos vuelto más sensibles, somos más conscientes de la importancia de la naturaleza, procuramos ser mejores personas todos los días, y yo estoy segura de que si todos los hogares del mundo tuvieran una mascota, el mundo sería diferente. Un perro no habla como un ser humano, pero está lleno de amor”, decía Zuleima.
Pero resulta que ahora hay un robot animal capaz de crear conexiones emocionales con los humanos. Se llama Aibo y fue presentado esta semana por Sony. Este perro, además de dar afecto a sus dueños, es capaz de aprender nuevas palabras, gestos y órdenes, algo que, dice la empresa, le permitirá desarrollar una personalidad única. Es decir, cada perro robot será tan único como su dueño.
Y aquí es donde comienza el debate, pues, de acuerdo con muchos, un perro robot parece proveer los mismos beneficios de uno de carne y hueso y requiere menos tiempo y gastos. Un estudio de la Universidad de Antioquia, llamado La influencia de las mascotas en la vida humana, no sólo confirma los beneficios de tener un animal de compañía en la casa sino que expone los motivos por los que muchas personas no tienen una mascota: “alergias al pelaje, destrozos en el hogar, visitas al veterinario y gastos”.
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Entonces, ¿llegó la hora de la mascota robot? Aibo ya tiene antepasados. Es una actualización del pionero perro robot que Sony lanzó al mercado en 1999, sólo que este es más “animal”, menos robot, según sus fabricantes. Desde entonces, la industria de mascotas robóticas ha sido un éxito. En 2006 llegó Genibo, una mascota que podía seguir órdenes. Hoy, en el mercado se puede encontrar Zoomer Kitty Robot, un gato robot capaz de actuar como un gato real: sigue a su amo, sus ojos cambian de color para expresar su estado de ánimo, abraza, salta y ronronea.
Zoomer es un perro cachorro dálmata interactivo diseñado para niños. Duerme, sigue a su dueño y responde a órdenes. Wow Wee Perro Robot Chip, además, puede ser controlado con una app. También hay un chimpancé (Zoomer Interactivo Chimpancé) que imita más de cien movimientos de monos. El año pasado salió el robot foca Nuka, ideal para ancianos. Daba tantos resultados positivos en personas con depresión o demencia, que en algunos casos ayudó a sustituir los medicamentos.
Las empresas que crean los robots (incluidos los humanos) dicen que éstos serán cada vez más compañía para los humanos y anticipan que las mascotas —capaces de interactuar con las personas, entenderlas y jugar con ellas— estarán cada vez más en los hogares. Total, la única necesidad será conectarlos a la corriente. Y usted qué prefiere, ¿una mascota robot o una de carne y hueso?