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Relatos de terror: La piedra del muerto

Los habitantes de Ciudad Bolívar, en Bogotá, han crecido escuchando la inquietante historia de un niño que se convirtió en piedra.

31 de octubre de 2022 - 05:49 p. m.

Dicen los habitantes del barrio Capri de la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá, que hace muchos años, cuando la zona no era la urbanización que es ahora, existió un joven y rebelde pastor que se alzó groseramente contra su madre porque ella no le sirvió a tiempo el almuerzo. La mujer, en medio de la ira del momento, lanzó sobre el niño una sentencia: “En piedra te has de convertir”. Cuentan que el muchacho tropezó y rodó hasta parar muy cerca de una quebrada, donde quedó petrificado para siempre.

Desde entonces, la leyenda ha pasado de generación en generación, matizada según la época y la persona que, al contarla, le agrega o le cambia una parte de la historia.

La leyenda

Hace muchos años existió una familia de pastores que cuidaban sus rebaños de ovejas en las laderas del sur de Bogotá. Una mañana, la mamá le pidió a su hijo que saliera a pastorear los rebaños. El joven se levantó a regañadientes y sin lavarse la cara, ni cepillarse los dientes, agarró la taza del desayuno que tenía caldo caliente y de un solo sorbo se lo tomó todo. Después, sacudió sus hombros en gesto de reproche y haciendo mala cara salió del rancho sin despedirse de su madre.

A las tres de la tarde, en la ladera, el niño rebelde bostezaba de hambre. Tenía la mirada altanera y estaba lleno de rabia porque su madre aún no le había llevado el almuerzo. Cuando la mujer llegó por fin con la sopa caliente, el muchacho, pálido de la furia, le gritó:

–¿Qué son estas horas de traerme el almuerzo? ¿no ve que ya son las tres de la tarde?

– No sea grosero hijo. Eso no es motivo para que me falte al respeto–. Le respondió su madre.

–Que respeto ni que respeto, yo lo que tengo es hambre.

La madre, cansada de la grosería del muchacho, exclamó una maldición contra su hijo: “En piedra te has de convertir”. En ese mismo instante en toda la montaña de Ciudad Bolívar se oyó un fuerte estruendo. La tierra templó y el día se oscureció por completo.

La mujer, confundida, caminó en la penumbra de un lado a otro buscando a su hijo hasta que llegó a los límites de una quebrada donde lo encontró convertido en piedra. Su rostro al igual que el tronco y las extremidades quedaron rígidos en el mismo suelo donde hoy se halla para dar fe a la leyenda.

A la piedra se le puede encontrar forma de hombre acostado con los brazos puestos sobre su vientre. Los habitantes del barrio Capri sostienen que ha crecido con los años, pues al principio tenía la contextura mediana y débil de un niño. Aseguran que la piedra asusta durante los días santos pues escuchan como llora y se queja. Algunos incluso afirman haberla visto sangrar.

Con el tiempo, la piedra se ha convertido en una especie de altar callejero. Las madres ponen a sus pies a los niños rebeldes y altaneros para pedirle que los cambie y se vuelvan obedientes. Otros acuden a ella para que los ayude a conseguir empleo o a encontrar un familiar desaparecido. Los creyentes le llevan flores, palos en forma de cruz y notas con peticiones secretas.

En 1985 la Defensa Civil construyó un pequeño altar con una estatua del Divino Niño. Sin embargo, hace algunos años la quitaron y es ahora una urna vacía que la gente utiliza como basurero. Cada Semana Santa el parque donde se encuentra la piedra es visitado con frecuencia y la leyenda vuelve a difundirse con fuerza a través del voz a voz.

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