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Desde el momento en que el periodista francés Roméo Langlois fue secuestrado por las Farc, el 28 de abril de 2012, Reporteros sin Fronteras (RSF) en París se dio a la tarea de expedir comunicados en español, inglés y francés para denunciar lo que ella calificó como una nueva ofensa y violación a la libertad de la prensa.
El atentado contra el exministro Fernando Londoño ocurrido dos semanas después, el 15 de mayo 2012, llevó a RSF a emitir un nuevo comunicado en el que condenaba “sin reservas” ese acto según ellos cometido contra una personalidad política reconocida :“Este hecho nos trae dolorosos recuerdos de los años 80, cuando los ataques en serie ensangrentaban la capital colombiana. Esta violencia, heredada del conflicto armado, no ha desaparecido realmente, como lo demostró el ataque ocurrido en agosto de 2010 contra la sede de Caracol Radio poco después de la posesión del presidente Juan Manuel Santos”.
Si bien RSF, que trabaja por la protección de periodistas que cubren conflictos armados en el mundo, instó al gobierno colombiano a encontrar a los responsables de ese acto violento, en el mismo comunicado RSF lamentó el editorial “La Hora de la verdad” de Fernando Londoño emitido el 14 de mayo por Radio Super, en el cual el exministro afirmaba que el secuestro y demanda de liberación de Roméo Langlois eran una farsa. Londoño tildaba en ese entonces al periodista francés de ser simpatizante de la extrema izquierda.
Para RSF declaraciones como ésas, en un momento delicado para Roméo Langlois, ponían en serio peligro su vida mientras se encontrara en territorio colombiano.
RSF lo expresó así : "Siendo una organización dedicada a defender la libertad de información y de expresión, Reporteros sin Fronteras expresa su apoyo a Fernando Londoño en esta dura prueba y desea su pronto regreso al aire luego de su recuperación. Sin embargo, nos dejamos de lamentar ciertas declaraciones hechas por el mismo Fernando Londoño, en su programa de radio 'La Hora de la Verdad', que consideramos innecesariamente polémicas y desfavorables para Romeo Langlois La libertad de expresión no es incompatible con la presentación de la verdad: Romeo Langlois es un periodista reconocido, imparcial y experimentado, y no un activista militante, y su esperada liberación no hace parte de una "farsa" como lo afirma Londoño. Este tipo de opiniones pueden exponer a un colega a riesgos aún más fuertes en un país como Colombia. La solidaridad debe imponerse a todo un grupo profesional cuando uno de ellos está en una situación como la de Romeo Langlois o la del mismo Londoño”.
Roméo Langlois ya está en libertad. Este viernes 1 de junio de 2012 llegó de Bogotá y fue recibido por la Ministra de la Cultura Aurélie Filippetti en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. Langlois llega con una carta de las Farc dirigida al presidente François Hollande “pero yo sólo la entrego, no soy el portavoz”. Roméo Langlois juzgó que existe demasiado odio en Colombia y que se debe trabajar sobre esa temática, y dijo que pese a lo que le sucedió regresará a trabajar como periodista en ese país.
Por su parte RSF recibió con beneplácito su regreso y apoyó sus primeras declaraciones “hay que continuar con la cobertura del conflicto colombiano". "Roméo Langlois en ningún momento dejó de comportarse como un periodista a lo largo de su cautiverio. Las palabras que pronunció al momento de su liberación reflejan la determinación y el compromiso que hacen parte de la identidad de una profesión. De igual forma, subrayan el continuo desafío de informar sobre el conflicto colombiano, con mucha frecuencia olvidado por la opinión internacional. ¿Cuántos periodistas, voceros comunitarios o los defensores de los derechos humanos deben soportar las continuas amenazas tanto de los paramilitares, como de la guerrilla, o del propio ejército?”.
Reporteros sin Fronteras condenó los tweets publicados después de la liberación de Langlois por el ex presidente Álvaro Uribe, con la intención según esta ONG francesa de dañar su reputación. “Acusar a Roméo Langlois de "complicidad con el terrorismo" es un acto de injuria y de descrédito. El periodista francés no es la primera víctima, por desgracia, de los ataques del ex jefe de Estado, que algún día deberá responder por sus señalamientos”.
Reporteros sin Fronteras había citado en su comunicado el editorial de Fernando Londoño sin publicar su contenido, sólo el enlace de la emisión. Gracias a él pude hacer la transcipción integral de esa intervención, creándo párrafos para permitir una lectura más liviana. Mi objetivo es convertir la palabra oral en texto escrito. Aclaro que decidí publicarlo únicamente cuando Roméo Langlois estuviera en libertad.
“La hora de la verdad”, editorial de Fernando Londoño, emisión del 14 de mayo de 2012
Ya está hecho todo el montaje, el tringlado de la farsa para la liberación del señor Langlois. Un periodista muy de izquierda que ha participado en muchos actos en los que casualmente siempre interviene la gente de las Farc. Pero, pues no tenemos elementos de juicio que nos permitan decir que el Sr. Langlois es miembro de las farc. Simplemente es un simpatizante de extrema izquierda, le parece que los muchachos de las farc como le parece a la Corte Suprema de Justicia, obran por altruismo, es decir que son una especie de Robin Hood que están robando a los ricos de Colombia para dárselos a los pobres, como ha quedado demostrado a lo largo de la historia. A los pobres les dan Bojayá y les dan todos los atentados y las masacres y les siembran de minas quiebra patas todo su territorio y se les roban los hijos y las hijas para llevarlas a la guerrilla y para convertirlas en sirvientes de esos actos atroces de violencia.
Pero bueno, el hecho es que el señor Langlois tiene unos antecedentes claros de simpatía y de cercanía con esas posiciones de extrema izquierda como muchos periodistas internacionales, esto no es nuevo. Pero hay a propósito de su supuesto secuestro y de su liberación muchas preguntas que son perfectamente pertinentes. Y la primera y obvia es ésta: qué iba a hacer el Sr Langlois si se trataba de una operación militar ofensiva como nos lo dijo el Señor Ministro de Defensa el doctor Juan Carlos Pinzón que es un hombre eminentemente serio y veraz. Qué iba a hacer ahí. Pues obviamente no tenía lugar. Ahí no había espacio para un periodista. Por qué Langlois iba entonces con ese destacamento militar? Quién lo autorizó? Quién llamó, a algún miembro del ejército con suficiente poder para decirle que Langlois estaba autorizado para formar parte de esa operación. Eso está pendiente. Esa es una pregunta que no ha tenido respuesta. Nosotros, que somos bastante directos en nuestras cosas, creemos que una decisión semejante tuvo que llegar desde la Casa de Nariño. Esa es nuestra idea y a eso nos autoriza el sospechoso silencio del comandante de las fuerzas militares que ha debido ser mucho más leal con sus armas y con sus hombres y con el país, que con la Casa de Nariño si es que está ocultando una llamada de ese estilo.
Pero además de preguntarnos quién autorizó a Langlois, nos preguntamos qué iba a hacer Langlois allá. Porque la historia que nos tienen no es en absoluto convincente. Es que Langlois iba a filmar el momento glorioso en que tropas del ejército y gente de la policía nacional que iba en el destacamento militar se proponía e iba ejecutar el incendio de un establecimiento dedicado a la preparación de la coca o a la preparación de la cocaína, no sabemos si se trataba de un laboratorio o de un cristalizadero, que iba a ser quemado entonces por las tropas y por la policía.
Cuántos de esos videos hemos visto queridos oyentes y amigos colombianos. Cuántas veces la policía nacional o el ejército de Colombia o ambos, han llegado a lugares donde se procesa coca o donde se procesa cocaína, han regado de gasolina el lugar, le han prendido fuego y hemos visto todos los días los videos oficiales sobre ese particular. El señor Langlois para mirar ese video y para pasárselo a sus corresponsales no necesitaba asumir tanto riesgo. Por internet podía cómodamente ver lo que dice la versión oficial, (que) quería ver por sus propios ojos y filmar por su propia cámara. Para qué. No le da lo mismo que la filme una cámara de la policía y que se la entregue a él como se la entrega a todos los periodistas del mundo cada vez que pasa una cosa similar?
Entonces nos volvemos a preguntar ¿Qué iba a hacer el Sr Langlois en esa operación? Vino el enfrentamiento, un enfrentamiento feroz en el que mueren tres hombres del ejército y un hombre de la policía nacional cuya esposa además ha dado unas declaraciones bastante explicativas sobre lo estaba pasando en ese lugar del país. Pues el señor Langlois, en medio de semejante balacera, custodiado aparentemente por hombres del ejército nacional que tienen la misión fundamental de impedir que le pase algo al periodista que los está acompañando, se incorpora, se quita un chaleco, se quita un casco militar que llevaba para protegerse, y empieza a caminar en la dirección de donde provenía el fuego nutrido contra el ejército de Colombia.
Pero, otra versión del hombre increíble, a Langlois no le pasa nada. Ni del fuego que lanza el ejército para protegerse del ataque inclemente de la guerrilla ni del fuego de la guerrilla que ataca al ejército. Y cruza todas las líneas las amigas y las enemigas sin que sepamos cuales sean las amigas y cuales las enemigas y se le entrega a las farc. Porque prefiere la ignominia de ese secuestro a permanecer con los soldados que le están dando protección. Y esa es la versión que tenemos que creer. Los colombianos tenemos que declararnos mentalmente ineptos. Es decir, nos tenemos que declarar una partida de imbéciles para creer que eso haya sido de esa manera? y para creer que Langlois iba a filmar lo que de otra parte nadie filmó, a pesar de que las cámaras estaban ahí. Tenemos que creer de que Langlois fue por su propio riesgo cuando no está permitido que un periodista forme parte de una operación militar ofensiva ? Tenemos que creer que no hubo una llamada de la Casa de Nariño para que se hiciera la inclusión rarísima de Langlois en ese destacamento militar ¿Tenemos que creer la versión de que Langlois se incorporó, se quitó el chaleco, se quitó el casco y se fue caminando por en medio del fuego con destino a las farc para quedar más seguro que como estaba en las manos del ejército? Tenemos que creer todo aquello?
Tenemos que creer que el gobierno nacional por ingenuo que sea le ofrece a Francia despejar toda esa zona de influencia de las farc, es decir el Caquetá, es decir el corazón del Comando Sur, mientras no se produzca la liberación de Langlois? Y tenemos que creer todo eso cuando sabemos quienes van a participar en la liberación de Langlois es decir la inefable Cruz Roja Internacional que siempre está en esos acontecimientos y cuyos representantes en Colombia dan unas declaraciones que le hacen pensar (a) uno si se mantiene la imparcialidad con la que el señor Dunant fundó a la Cruz Roja Internacional? Pero estará además la inefable señora Piedad Córdoba? Pero estará además un representante personal del señor Hollande, lo que quiere decir que hay que esperar a que se posesione para que lo envíe desde Francia y para que vengan con gran abarato (sic) a recibir al señor Langlois de las manos de esa organización en armas que protege al pueblo colombiano contra los excesos de una clase que lo maltrata, en los términos marxistas sea dicho? No. Está claro que lo que aquí hay es un comienzo de negociaciones con un grupo comunista para garantizarles plena impunidad y para garantizarles después que hagan política la que quieran con las armas en la mano.
Este no es el comienzo de la aplicación del marco para la paz que ya dijo el señor Roy Barreras ira él a ejecutar como comisionado para la paz después de un año de ser presidente del Congreso. No están puestas todas las cartas sobre la mesa? No hay plena evidencia de qué es lo que están haciendo con nosotros, y de cuál es el destino de esta patraña que han montado entre el gobierno de Colombia, las farc y el señor Langlois? Bueno. Nos parece que las cosas son evidentes y si nuestra interpretación no es correcta, tenemos que imputar cualquier error que estemos cometiendo al silencio inopinado, al silencio cómplice también, del comandante de las fuerzas militares, del comandante del ejército y de la Casa de Nariño, que no han querido responder a las inquietudes obvias que tienen todos los colombianos que no somos tan estúpidos como nos quieren declarar, para que creamos que la verdad que se nos trata de vender sea la verdad verdadera. Esto es una patraña, esto es una farsa y lo de Langlois tiene que ser examinado muy despacio. Hay muchas zonas oscuras dentro de toda esta historia como para que la compremos sin beneficio de inventario.
Transcripción integral: MH Escalante, colaboradora de Soyperiodista.com