En los últimos 25 años el número de habitantes del Reino Unido mayores de 85 años se ha duplicado y se calcula que para 2040 habrá más de 1.300 millones de adultos que sobrepasen los 65. A pesar de que la gran apuesta de salud de los gobiernos es la medicina preventiva, los costos para garantizar que esta población de la tercera edad goce de calidad de vida serán bastante altos y no todos podrán costear su permanencia en una casa de retiro o estar bajo el cuidado de una enfermera.
Pensando en cómo resolver esta situación, un grupo de siete países de la Unión Europea decidió unirse para desarrollar el proyecto Mobiserv.
Se trata de una iniciativa planeada para los próximos tres años y que requirió de una inversión de US$5 millones, mediante la cual se va a construir y a diseñar una flotilla de robots programados para acompañar a los adultos mayores, darles su medicina, hacerles el mercado y pequeñas diligencias.
Científicos e ingenieros del laboratorio de robótica de la compañía británica Bristol son los responsables del funcionamiento de estos androides, que ya están en período de prueba antes de salir al mercado. Bristol explicó en su página de internet que los robots son una grandiosa herramienta para atender y brindarles compañía a los adultos mayores y “eventualmente ayudarles a vivir en sus casas de manera independiente durante mucho más tiempo”.
Sin embargo, no tardaron en aparecer contradictores a esta idea. Por ejemplo, el profesor Heinz Wolff, quien participó en el diseño de los primeros prototipos de robots para ancianos hace varios años, advirtió a la cadena BBC que se trata de una alternativa que afectará la composición familiar. “Sería mucho más reconfortante tener a alguien con manos tibias que se preocupe por ti y te dé un beso en la mejilla. Además, cuando uno alcanza mi venerable edad y alguien te dice que mañana te van a entregar un robot para cuidarte, lo último que sientes es felicidad”, señaló.