Como estaba previsto, la versión libre a la que fue citado ayer el expresidente Álvaro Uribe por parte de la Comisión de Acusación de la Cámara, como antesala del proceso que debe adelantar este organismo por el sonado escándalo de las ‘chuzadas’ y los seguimientos ilegales del DAS, se convirtió en el primer episodio de un fuerte y largo pulso político.
Pero el primer capítulo de esta confrontación no se vivió en la Comisión de Acusación, sino en la Corte Suprema de Justicia, donde el exmandatario acudió antes de su compromiso en el Congreso para radicar una petición de que se le admita ser parte civil en la investigación que se adelanta contra la exsenadora Piedad Córdoba, en el llamado expediente de la farcpolítica.
La réplica se produjo en momentos en que iba a empezar la versión libre. A solicitud del delegado de la Procuraduría, José Alberto González, se le dio trámite a una recusación presentada por el abogado de las presuntas víctimas del DAS, Luis Guillermo Pérez. El jurista, quien se presentó como defensor de los derechos de la exsenadora Piedad Córdoba, planteó su solicitud, argumentando que dos de los representantes investigadores debían apartarse del caso.
La razón que esgrimió Pérez Casas fue la negativa del triunvirato instructor de la Comisión de Acusación para que los abogados de las víctimas puedan interrogar al expresidente Uribe. El abogado insistió en que, además, los representantes Heriberto Escobar y Yahir Acuña se han pronunciado públicamente sobre esta negativa, razón por la cual deberían declararse impedidos.
La solicitud de Pérez Casas fue respondida de inmediato por el abogado del expresidente, Jaime Lombana, quien se declaró asombrado de la petición del representante de las víctimas y, citando jurisprudencia de la Corte Suprema, alegó que Uribe tiene derecho a ser escuchado porque se trata de una versión libre que se planteó a solicitud del propio exmandatario.
Lombana calificó la petición de Pérez Casas como una “maniobra dilatoria” y un “costreñimiento al derecho a la defensa” del expresidente. “No hay recusación, lo que hay es una intención de permitir que Uribe se defienda”, enfatizó el jurista.
Ante el incidente, y a pesar de que el vocero de la Procuraduría argumentó que no procedían los impedimentos, el representante investigador Yahir Acuña expresó que su misión era ser garante del debido proceso y que nadie distinto a la Comisión de Acusación en pleno podía resolver si procedía la recusación. Y planteó un receso para que dicha célula legislativa evacuara el procedimiento requerido.
Entonces vino el segundo pulso político revestido de litigio judicial. El abogado Lombana insistió en el intento de manipulación, y como ya había solicitado que se compulsaran copias contra el abogado Pérez Casas para que fuera investigado por el Consejo de la Judicatura, agregó a sus reclamos una frase que estuvo a punto de provocar el desalojo de las barras: “La única víctima de toda esta tramoya es Álvaro Uribe”.
A su vez, la defensora de derechos humanos y también vocera de las presuntas víctimas del DAS, Sandra Rocío Gamboa, intervino para demandar una vez más la representación activa de los afectados por las actuaciones ilegales del organismo de inteligencia y se fue lanza en ristre contra el exmandatario, resaltando que el propósito era que, por tratarse de delitos de lesa humanidad, se aplicaran sanciones ejemplarizantes.
“Quienes estamos aquí fuimos algunos de quienes denunciamos al expresidente Uribe. Esto quiere decir que estamos absolutamente interesados en que se desarrolle un procedimiento sobre su responsabilidad penal, sobre los crímenes que hemos denunciado”, señaló Gamboa.
En ese momento el expresidente Uribe pidió hablar y comentó que, como había sido tratado de asesino, debía responder a lo que llamó “una larga cadena de infamias contra quien dirigió la recuperación de la seguridad en Colombia”. Uribe agregó que los difamadores en su contra no han tenido límites y que vivieron rodeados de garantías durante sus ocho años de gobierno, y ahora no quieren permitirle que se defienda.
El representante investigador Heriberto Escobar suspendió parcialmente la diligencia de versión libre hacia las 4 de la tarde, con el fin de tratar de reunir a la Comisión de Acusación para decidir sobre las recusaciones. Entre tanto, el Salón Boyacá del Capitolio volvió a ser escenario de lo que vivió el país en días recientes. Uribe, acompañado por su esposa Lina Moreno y su hijo Jerónimo, y rodeado de sus adalides —entre quienes estaban los exministros Fabio Valencia Cossio, Diego Palacios y Óscar Iván Zuluaga—, y del otro lado algunos de sus más enconados opositores, encabezados por el representante Iván Cepeda.
Cerca de 45 minutos más tarde se reanudó la sesión sólo para anunciar que había sido imposible reunir el quórum de la Comisión, ya que tres de sus integrantes se encuentran fuera del país, y que por lo tanto la diligencia quedaba suspendida indefinidamente. No sin antes una última escaramuza, cuando el representante Yahir Acuña reveló que la abogada Gamboa se le había acercado para aclararle que no había acusado a Uribe de asesino y que pedía que se le garantizara la seguridad al salir del recinto.
La reacción del exmandatario no se hizo esperar y, pidiendo la palabra, lanzó una última andanada contra los defensores de las víctimas: “Esa ha sido una costumbre. Me difaman, hoy me asignan responsabilidad sobre asesinatos (...) y cuando pido respeto, objetividad y derecho a la defensa, salen a decir que están en riesgo de que los maten (...). Esa es la trampa con la cual me han maltratado, pero sepan que aquí volveremos”.
Al final de la diligencia, el representante Iván Cepeda, respondiendo a las fuertes palabras de Uribe, afirmó que “así como lo hizo en sus ocho años de gobierno, nos trata de aliados del terrorismo y ha puesto en grave riesgo la vida de nuestros abogados y de quienes durante tantos años hemos tenido que sufrir la persecución y el espionaje dirigidos por él como presidente”.
Por su parte, el exjefe de Estado abandonó el recinto en medio de una turba de cámaras y micrófonos que buscaban conocer de él una nueva declaración, la cual nunca llegó, mientras sus seguidores coreaban al unísono: “Uribe, Uribe” y sus detractores gritaban “Asesino, asesino”, confirmando así los amores y rencores que aún sigue despertando en los colombianos.
"Sepan que aquí volveremos"
Recusación de abogado de las víctimas contra dos de los representantes investigadores, por la negativa a que los dejaran contrainterrogar, frenó la declaración del exmandatario por el caso de las 'chuzadas' y los seguimientos del DAS.
Redacción Política
16 de junio de 2011 - 09:21 p. m.
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