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Sexo y obesidad: ¿Cómo afecta las relaciones y el placer?

En el pasado se pensaba que solo los hombres sufrían de disfunción sexual. Estudios señalan que las mujeres también la padecen y, con más frecuencia, quienes sufren de sobrepeso. Lo que la ciencia ha encontrado en un tema por años ignorado.

29 de febrero de 2024 - 03:39 p. m.
Hay una rama de la medicina llamada psicología de la obesidad, que comienza a ser cada vez más conocida.
Hay una rama de la medicina llamada psicología de la obesidad, que comienza a ser cada vez más conocida.
Foto: Pexels
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Julieta, mujer de 32 años y con más de 90 kilos en la báscula, sale a menudo de fiesta, pero no consume licor. Si un hombre le interesa es capaz de acercarse solo cuando ve que los tragos lo afectaron un poco, de lo contrario opta por mantenerse al margen, como si nada pasara. A su psicólogo de confianza le confesó que en la mayoría de los casos no tiene éxito; en pocas ocasiones logra un affaire, y cuando llega la intimidad casi nunca lo disfruta, siente vergüenza, no está segura con su cuerpo, y teme ser rechazada.

Gabriel, hombre de 20 a 30 años edad, revela en un foro de internet que en cuestión de sexo prefiere a las mujeres obesas porque se desempeñan mejor que las delgadas. Escribe que tienen los pechos más grandes y suaves y que la redondez de sus curvas le fascina. Eso sí, hace todas estas confesiones en condición de anónimo. Le da pena reconocer su debilidad por aquellas cuyas medidas superan los estándares de belleza que impone la moda.

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Es muy probable que Julieta, colombiana, y Gabriel, español, pasen la vida sin conocerse. Sin embargo, pese a que en el sexo no hay reglas, ambos están unidos por los estereotipos: la obesidad conduce a Julieta a pensar que ningún hombre se fijará en ella, y Gabriel se presenta como anónimo al considerar extraño preferir a las mujeres pasadas de peso sobre las delgadas.

Por lo general, explicaba José Manuel González, sexólogo y psicólogo, a la revista Ellas, que las mujeres obesas se intranquilizan al tener una pareja. “Les dicen que se tapen los ojos mientras se desvisten, piden apagar la luz y temen ser tocadas en los puntos de su cuerpo que menos les favorecen…” Un estudio publicado por el British Medical Journal reveló, luego de encuestar a 12.000 adultos sobre su vida sexual, que una mujer con gordura tiene 30 veces menos posibilidades de conseguir pareja que una mujer de peso considerado normal.

Este parece ser un problema exclusivo del sexo femenino porque los hombres obesos logran conseguir una pareja con más facilidad. “El varón es mucho más exigente con el físico. La mujer, en cambio, puede inclinarse hacia otros atributos emocionales o de personalidad”, aclara González.

Durante la pandemia muchas mujeres subieron de peso por la ansiedad, el estrés y muchos otros factores, explica Alejandro Martínez, psicólogo: “El común denominador era no sentir deseo sexual, por muchas circunstancias, pero después de meses de encierro, empezaron a surgir otros factores como inconformidad con el cuerpo (muchas ganaron peso por la falta de actividad física y la comida), inseguridad, baja autoestima y estar inconforme con el cuerpo por una ganancia de peso y sentirse insegura durante el acto sexual, lo que llevaba a problemas de pareja”.

La obesidad genera varios problemas psicológicos (inseguridad, depresión, baja autoestima, ansiedad, etc.) que hay una rama de la medicina llamada psicología de la obesidad, que comienza a ser cada vez más conocida y que busca ayudar a detectar, diagnosticar y tratar los problemas psicológicos relacionados con los problemas generados por el exceso de peso.

La obesidad, la salud y el sexo

No obstante, limitar los problemas sexuales de la obesidad a aspectos puramente psicológicos no sería un abordaje integral. El exceso de peso también genera problemas físicos, muchos de los cuales, terminan incidiendo en el desempeño sexual.

La obesidad entorpece la circulación de la sangre y no permite muchas veces la lubricación de la zona genital. La agilidad del cuerpo es limitada, las posiciones se reducen notablemente y el acceso a puntos clave como el clítoris se hace muy difícil, sobre todo cuando el exceso de peso es demasiado. “¿Qué hacer? -pregunta el doctor González-. Lo mismo que les digo a mis pacientes: si quiere tener una vida sexual plena, es conveniente que baje de peso, pero que acompañe ese proceso, con una terapia para subir la seguridad y el autoestima”.

Médicos del Diet and Fitness Center de la Universidad de Duke (EE. UU.) estudiaron la obesidad femenina y masculina y resulta que sí baja el rendimiento sexual. La grasa entorpece la circulación sanguínea, los vasos sanguíneos bloqueados por el colesterol dificultan la irrigación hacia el pene y el clítoris. El sobrepeso produce problemas hormonales, se reduce la producción de estrógenos y testosterona, responsable de encender la chispa sexual entre mujeres y hombres. Así, las personas obesas sienten altos niveles de estrés, inhibidor número uno del deseo.

“La obesidad hace difícil realizar actividades físicas, y el sexo es un ejercicio cardiovascular. A quienes están pasados de peso, el sexo les puede resultar extenuante y por ello pueden limitar sus encuentros sexuales o hacerlos breves y poco intensos, tratan de evitar algunas posturas porque les resulta incómodo y difícil”, explica el médico general Matías Campos. “Hay estudios que señalan que, por razones físicas y también psicológicas producidas por ese sobrepeso, las personas obesas pueden tener más posibilidades de tener una vida sexual rutinaria y poco satisfactoria”, agrega.

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Quizás para Gabriel (el español citado en esta nota que no reconoce públicamente su gusto por las mujeres obesas) las recomendaciones terminen por arruinar el encanto, el erotismo de los kilos de más, pero no se trata ni de líbido ni de gustos; en el fondo se trata del cuidado de la salud.

De otro lado, aceptar de plano que las mujeres obesas están condenadas a la abstinencia es una apreciación equivocada. “Todas las mujeres tienen derecho a disfrutar de una sexualidad satisfactoria, a aprender a tener orgasmos”, defienden varias psicólogas consultadas que recuerdan que el “principal órgano sexual no está entre las piernas, sino entre las orejas y se llama cerebro”.

¿Y usted qué opina sobre este tema? Lo leemos en el cuadro de comentarios.

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DORA(2370)01 de marzo de 2024 - 01:32 p. m.
Entre gustos no hay disgustos, dicen. A muchos hombres les gustan las gordas. A mí no me gustan los gordos. Todos tenemos a quien gustarle, no creo que exista nadie tan de malas que no haya tenido su cuartico de hora.
  • DONALDO(67774)01 de marzo de 2024 - 02:06 p. m.
    O una noche buena.
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