Como si no fuera suficiente con los históricos embates de la violencia, los constantes sustos por las amenazas de erupción del volcán Galeras y hasta la fiesta que se dieron en el departamento los avivatos de las captadoras ilegales de dinero, a Nariño le toca sufrir desde hace dos días un bloqueo que podría ser más grave que aquellos que hasta hace poco orquestaba la guerrilla en sus zonas más apartadas: el del invierno, ocasionado por una ruptura de 200 metros en la Vía Panamericana, que comunica a Pasto con Ecuador y el centro del país.
Con un agravante. Las autoridades ambientales sostienen que el invierno tiende a menguar un poco en la zona norte de Colombia, mientras que podría hacerse más fuerte en el extremo sur. Aunque a estas alturas nadie sabe qué pensar respecto a los pronósticos, el gobernador de Santander tuvo que declarar la alerta roja ante el incremento de deslizamientos e inundaciones por cuenta de las lluvias. En Gramalote, Norte de Santander, ya son 3.000 los evacuados ante la certidumbre de que una avalancha acabaría con el pueblo en las próximas horas. El Caribe sigue inundado y ahora el problema es la salubridad y convivencia de los damnificados en los albergues.
El gobernador de Nariño, Antonio Navarro, dice que su departamento cuenta con gasolina y gas para una semana. Los traen por tierra de Yumbo (Valle) ante la ausencia de oleoductos y gasoductos. El comercio nacional y con Ecuador también está amenazado.
¿Cuál es el diagnóstico de la situación invernal en Nariño?
La afectación más grave es la vía Panamericana. Es la única carretera que une a Pasto con el resto del país, está cortada en el municipio de Rosas (Cauca).
¿Cuáles son los efectos de tener la Panamericana cerrada?
Ya los vemos. Hay 400 vehículos parados a ambos lado del derrumbe. Muchos con productos perecederos que se están perdiendo hace tres días. Nos estamos quedando sin gasolina y gas.
¿Tienen reservas en caso de que el cierre se prolongue?
Podríamos tener desabastecimiento de gas y combustible. Hay reservas para una semana.
¿Y el comercio?
Está muy afectado, producimos verduras y lácteos que se venden en el mercado de Cali. El comercio con Ecuador se hace por esa carretera y en la medida en que esté cerrada hay pérdidas.
Además, estamos en temporada de turismo...
Claro, la gente quiere estar con su familia y esto se complicó. El Carnaval de Negros y Blancos, Patrimonio Intangible de la Humanidad, tiene prevista gran cantidad de visitantes en enero y en caso de no resolverse el tema habría diminución de visitantes y también de ingresos para el sector turístico.
¿Cuánto tráfico mueve la vía?
Unos 8 mil vehículos al día, de los cuales un 20% son de carga.
¿En daños humanos cómo le ha ido al departamento?
Nuestra prioridad es evitar que haya muertos por efecto del invierno. Ha habido tres muertos, uno por un deslizamiento y otros dos por un accidente.
¿Qué riesgos han detectado?
Reubicamos población por riesgo de deslizamiento de tierra en cuatro zonas. La situación más grave está en Ricaurte (barrio Cartagena la Nueva, 73 familias), Los Andes Sotomayor (vereda Pangus, 54 familias), Taminango (corregimiento Granada, 94 familias), Pasto (barrios Juanoy, Santa Matilde y Loma del Carmen, 260 familias). Algunos se niegan a salir de sus casas, insistimos en que se reubiquen con subsidios de arrendamiento.
Pero además de derrumbes han tenido inundaciones...
En el municipio Olaya Herrera son muy graves. Con el aumento de lluvias el río Sanquianga está de nuevo inundando el pueblo, al punto de que ya está a 20 metros de dos colegios, cada uno de 1.200 estudiantes. Tenemos dos municipios prácticamente incomunicados: Ancuyá y El Tablón de Gómez en el norte. Hay seis acueductos con problemas en las bocatomas. En Ancuyá el problema es grave porque no se ha podido restablecer el servicio ni siquiera de manera provisional, así que la gente recibe agua no potable para su uso. Para empezar el año tenemos que arreglar 36 colegios.
¿Cuántas cosechas han perdido?
Unas 20 mil hectáreas.
¿Y la situación se complica más?
Aunque aquí empezó el invierno más tarde que en otras zonas, el Ideam dice que las lluvias disminuirán en el norte y aumentarán en el sur. O sea que esto apenas es la cuota inicial.
¿Cómo se están preparando?
Tenemos la experiencia del trabajo en emergencias, la del volcán Galeras y la del conflicto interno. Hay un plan para detectar riesgo de muerte. Queremos darles ayuda a las personas que tienen afectación, es decir, 2.600 casas averiadas, 81 destruidas, todas rurales. Estamos haciendo un plan de inversiones de mediano y largo plazo para recuperar los daños en infraestructura de escuelas, instituciones de salud, vías, acueductos y viviendas.
¿Cuántos recursos estima necesita el departamento?
Hasta este momento unos $20 mil millones.
¿Cuán grave puede ser el daño?
Hasta ahora no es la peor temporada invernal que hemos tenido, pero sabemos que puede serlo y es lo que nos tiene preocupados. Si lo que ha pasado en el norte del país va a ser igual en el sur, nos va a aplastar. Vamos a estar en una situación dramática.
¿Qué debe hacer el Gobierno?
El Plan Nacional de Desarrollo que se estaba discutiendo hasta hace 20 días, quedó en el pasado y el nuevo debe ser la reconstrucción de las áreas afectadas por esta ola invernal.
Para ver infografía de la crisis en Nariño a causa del Invierno, clic aquí.