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Catalina Castillo venía planeando su doctorado en educación desde hacía cinco años. Estaba convencida de que quería entrar a la Universidad de Cambridge, por donde han pasado grandes como Newton, Darwin y Stephen Hawking.
Necesitaba un buen proyecto de investigación, un examen de admisión y un resultado casi perfecto en una prueba de inglés. Hace dos meses, y luego de tantas luchas, Catalina recibió el sí de la institución inglesa. Saltar de emoción era poco. Podría desarrollar al lado de los mejores maestros del mundo un proyecto que le daría esperanzas a la escuela colombiana: quería identificar cómo algunos profesores de sectores marginados logran sacar lo mejor de sus estudiantes.
Cada año en Cambridge le costaría 27.000 libras esterlinas (cerca de $80’000.000), y teniendo en cuenta que el estudio es por cuatro años, el total superaría los $300’000.000, sin incluir sostenimiento. Pero Catalina confiaba en que la Convocatoria Nacional para Estudios de Doctorado en el Exterior, de Colciencias, que desde hace 20 años financiaba por completo a unos 500 aspirantes al año, podría resolver su situación.
Sin embargo, este año no será así. Luego de insistir en Colciencias para que alguien le diera una respuesta de por qué no estaba la convocatoria de becas para doctores en marzo, como era costumbre, un funcionario le respondió: “No va a abrir porque este año no había recursos para doctorado”.
La mala noticia la confirmó el domingo 7 de abril, cuando en el plan anual de convocatorias de Colciencias para el año 2013 no apareció la de becas de doctorado en el exterior.
El 15 de abril, unos estudiantes afectados se comunicaron con Fabiola Gómez Montoya, gestora de Fomento a la Formación de Investigadores de Colciencias, y ella respondió vía correo electrónico que la convocatoria no abriría este año.
Por su parte, Carlos Fonseca, director de Colciencias, niega que la Convocatoria Nacional para Estudios de Doctorado en el Exterior vaya a desaparecer, “simplemente va a cambiar de nombre”, afirma, y explica que los estudiantes que quieran concursar por una beca de doctorado tienen las siguientes opciones, en las que Colciencias participa: “Las becas que da Colfuturo y las de Fulbright; estamos en conversaciones con Nueva Zelanda para más becas y, adicionalmente, están los recursos de regalías, y ya hay 12 departamentos que quieren invertir en doctorados (La Guajira, Bolívar, Huila, Tolima, Casanare, Magdalena, Vichada, Vaupés, San Andrés, Boyacá, Guainía y Sucre)”.
Fonseca resalta que “no es que desaparezca la convocatoria. Lo que queremos es organizar mejor las cosas para que los departamentos participen”. Agrega que “con los recursos que sobren, queremos fortalecer a los grupos y centros de investigación”.
Lo cierto es que a los científicos y gestores del conocimiento les preocupa que las becas de doctorado queden restringidas a las alternativas que plantea el director de Colciencias. Isabel Londoño, quien fue promotora y directora de Colfuturo por seis años, dice que “las implicaciones de este cambio son muy graves para el país. Es como si el Ministerio de Educación dijera que van a desaparecer los colegios públicos y que la educación quedará en manos de los privados. En este caso, no habría ninguna beca para doctorado en el exterior que provenga exclusivamente de fondos públicos. De lo que hay, las becas Fulbright son únicamente para programas doctorales en Estados Unidos, y las de Colfuturo son realmente crédito-becas por máximo dos años, que no benefician a quienes quieren aplicar a un doctorado porque éste dura cuatro años”.
En cuanto a las becas que darían los departamentos con recursos de regalías, preocupa que los gobernadores asuman estos recursos como propios del departamento y no los destinen específicamente a ciencia y tecnología, además de que, según Londoño, estructurar un programa de becas de doctorado “no se hace de la noche a la mañana”.
Rafael Méndez, estudiante de doctorado en matemáticas aplicadas en la Universidad de Valladolid, España, se benefició durante dos años del crédito-beca de Colfuturo y esperaba continuar los años de estudio que le quedan con una de las becas que daba Colciencias. Ahora tendrá que dejar a medias su investigación sobre subpoblaciones celulares en tumores cancerígenos, ya que Fulbright sólo cubre a estudiantes en Estados Unidos y aún no hay claridad sobre qué propondrán los departamentos con los recursos de regalías.
“No se está apoyando el talento ni la ciencia, y además se está viendo una improvisación increíble. Es muy fuerte cerrar una convocatoria de tal tamaño y con tal historia. Nos gustaría saber, con detalles finos, qué debemos hacer los aspirantes a la convocatoria que no se abrió este año”, concluye.