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Singapur condena a suizo a 3 meses de cárcel y 3 azotes por grafiti en metro

Oliver Fricker se declaró culpable del vandalismo y haber entrado ilegalmente en la estación junto a un amigo que logró salir del país antes de ser detenido.

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Efe - Kuala Lumpur
25 de junio de 2010 - 06:57 a. m.
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Un tribunal de Singapur condenó hoy a un ciudadano suizo a cinco meses de cárcel y tres azotes por pintar un grafiti en un vagón del metro, informó el canal Channel News Asia.

Oliver Fricker, de 32 años, se declaró culpable del vandalismo y haber entrado ilegalmente en la estación junto a Lloyd Dane Alexander, un amigo británico que logró salir del país antes de ser detenido.

Los hechos ocurrieron la madrugada del pasado 17 de mayo, cuando los dos extranjeros firmaron como "McKoy" y "Banos" en un hasta entonces impoluto vagón del moderno metro de Singapur, territorio famoso por su limpieza.

Fricker estaba a punto de regresar a Suiza cuando fue arrestado una semana después por la Policía singapuresa, que le identificó por las imágenes grabadas por las cámaras de vigilancia.

Tras registrar los agentes su ordenador portátil, hallaron decenas de fotos y vídeos de los grafitis y facturas de la pintura, así como las tenazas que utilizaron para romper el candado de la verja de la estación.

La legislación singapuresa castiga los delitos de vandalismo con una pena máxima de tres años de prisión, una multa de hasta 2.000 dólares locales (1.435 dólares estadounidenses) y entre tres y ocho latigazos.

Por su parte, penetrar ilegalmente en un lugar restringido y posible objetivo de atentado terrorista como el metro acarrea dos años entre rejas y una sanción de mil dólares, pero el juez valoró como atenuante la confesión de Fricker.

En 1994, un estadounidense de 18 años recibió seis azotes por romper retrovisores de coches cuando iba ebrio, un caso que provocó una crisis diplomática con Estados Unidos e incluso la intercesión del presidente Bill Clinton, pero las autoridades mantuvieron la pena.

Brunei, Malasia y Singapur todavía aplican a algunos delincuentes el castigo corporal con un látigo de ratán, una herencia de cuando los tres territorios fueron parte del Imperio Británico.

En la Ciudad-estado, la pena mínima es de seis azotes y la máxima de 24.

Por Efe - Kuala Lumpur

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