La historia de las películas latinoamericanas tiene generalmente ese punto en común que se traduce en una loca aventura de trayecto tortuoso, largo y lleno de obstáculos hasta llegar a la realidad de la pantalla grande. El camino es lento, pero en el andar se gana en la elaboración del guión, que tiene el tiempo necesario para gestarse y dar a luz una historia con personajes de peso. El director peruano Javier Fuentes-León no escapa a esta trayectoria y desde 2002 participó en talleres en los que lo asesoraron grandes personalidades del mundo del cine, como el guionista de Tim Burton, el programador del Festival de Cine de Sundance, la cineasta Lucrecia Martel, Vicente Leñero, el guionista del Padre Amaro, entre otros.
Hoy, Contracorriente, la ópera prima de Fuentes, es una realidad que ayer se proyectó por última vez en el Festival de Cine de San Sebastián en la sección ‘Horizontes latinos’, que pretende mostrar películas de América Latina, inéditas en España.
La historia sucede en un pequeño pueblo remoto de pescadores donde la religión y las costumbres tradicionales permean a la gente. Hay una tradición muy arraigada: que cuando alguien se muere, el hombre o la mujer más cercano al fallecido tiene que liderar una ceremonia ante todo el mundo para bendecir el cuerpo, tirarlo al agua y así permitir que el alma descanse en paz. Miguel, interpretado por el actor peruano Cristian Mercado, interpreta a un pescador casado que tiene un romance secreto con Santiago (Manolo Cardona), un pintor forastero. El dilema surgirá con la muerte de Santiago...
Fuentes buscó gente vulnerable y fuerte, atractiva visualmente pero con sensibilidad para formar su elenco. “ Manolo tiene un carisma muy grande, se entregó completamente al papel. Yo creo que no lo han visto hacer algo de este estilo”.
Fuentes llegó al cine después de haber estudiado medicina en Lima. “En esa época un hombre no estudiaba arte, estudiaba las cinco carreras convencionales, pero lo que siempre quise hacer era cine o teatro”. Y así lo hizo: después de graduarse como médico, se fue a Los Ángeles a hacer una maestría de cine. Trabajó para Telemundo, subtituló películas de Hollywood, hizo varios trabajos free lance y a la vez escribía sus guiones, siendo Contracorriente su primer proyecto realizado. Guionista, director y editor de esta película, Fuentes siempre ha creído en su capacidad para contar historias . “Escribir y dirigir son dos etapas de lo mismo y hasta el momento siempre tengo una historia mía que contar y no me he encontrado con la de otro que haya puesto de lado una mía”. En este proyecto, hace las veces de hombre orquesta y por lo tanto conoce de pies a cabeza el guión, sus intenciones, teniendo la humildad para aceptar que lo que se ve lindo en página, a veces no resulta audiovisualmente posible.
La película se centra en un tema que le apasiona desde siempre y que él mismo experimentó desde su máscara de médico: la dualidad. Según Fuentes, todo el mundo guarda algo, un sueño, una experiencia por miedo a caer en estados vulnerables. “En esta película me gustaría que se vea el amor, que no se encasille dentro de la única posibilidad hombre-mujer, que no se cierre en parámetros”, afirma el director.
A pesar de que la cinta sucede en el norte del Perú, podría pasar en cualquier pueblo costero del mundo, porque no está atada ni a la historia ni al estado político de este país.