'Transformamos 20.000 escuelas'

En la década de los 60 casi ninguna escuela rural en Colombia graduaba bachilleres. Los ciclos de estudios cubrían tan sólo unos años de primaria que al cumplirse dejaban a la deriva a quienes soñaban con viajar a la ciudad y entrar algún día a una universidad.

Las aulas del campo eran comandadas en su mayoría por un maestro multifacético sobre el que recaía la responsabilidad de formar a las decenas de pequeños que recibía a diario. Uno de esos profesores era Óscar Mogollón, quien lideraba en Popayán estrategias para permitir que sus alumnos completaran el bachillerato en el campo mientras implementaba actividades de trabajo en equipo que potenciaban las habilidades de cada estudiante.

Hace cuarenta años la labor de Mogollón inspiró a la joven socióloga Vicky Colbert, funcionaria de la oficina de Educación Rural del Ministerio de Educación.

Colbert lo invitó a desarrollar una estrategia conjunta que pudiera replicarse en miles de escuelas del país, y con el apoyo del gobierno colombiano y de agencias de cooperación internacional, como la estadounidense Usaid, lograron consolidar una de las reformas educativas más exitosas del mundo: Escuela Nueva.

Para finales de los 70 —con Colbert como viceministra de Educación— el programa que planteaba nuevos roles para los maestros del campo y ampliaba los ciclos formativos había logrado que 20.000 escuelas de Colombia contaran con ciclo de formación media. Las innovaciones propuestas por estos académicos fueron reconocidas por el Banco Interamericano de Desarrollo como una de las propuestas más influyentes en educación en el mundo. El programa se replicó en 16 países.

Desde 1987 Nueva Escuela se transformó en una fundación que busca restablecer el servicio educativo de la niñez y la desplazada y desescolarizada de Colombia. Ayer la Cumbre Mundial de Innovación para la Educación (WISE), en Catar, le entregó a Vicky Colbert el premio que ratifica a Nueva Escuela como uno de los proyectos educativos más destacados del mundo.

En la década de los 60 casi ninguna escuela rural en Colombia graduaba bachilleres. Los ciclos de estudios cubrían tan sólo unos años de primaria que al cumplirse dejaban a la deriva a quienes soñaban con viajar a la ciudad y entrar algún día a una universidad.

Las aulas del campo eran comandadas en su mayoría por un maestro multifacético sobre el que recaía la responsabilidad de formar a las decenas de pequeños que recibía a diario. Uno de esos profesores era Óscar Mogollón, quien lideraba en Popayán estrategias para permitir que sus alumnos completaran el bachillerato en el campo mientras implementaba actividades de trabajo en equipo que potenciaban las habilidades de cada estudiante.

Hace cuarenta años la labor de Mogollón inspiró a la joven socióloga Vicky Colbert, funcionaria de la oficina de Educación Rural del Ministerio de Educación.

Colbert lo invitó a desarrollar una estrategia conjunta que pudiera replicarse en miles de escuelas del país, y con el apoyo del gobierno colombiano y de agencias de cooperación internacional, como la estadounidense Usaid, lograron consolidar una de las reformas educativas más exitosas del mundo: Escuela Nueva.

Para finales de los 70 —con Colbert como viceministra de Educación— el programa que planteaba nuevos roles para los maestros del campo y ampliaba los ciclos formativos había logrado que 20.000 escuelas de Colombia contaran con ciclo de formación media. Las innovaciones propuestas por estos académicos fueron reconocidas por el Banco Interamericano de Desarrollo como una de las propuestas más influyentes en educación en el mundo. El programa se replicó en 16 países.

Desde 1987 Nueva Escuela se transformó en una fundación que busca restablecer el servicio educativo de la niñez y la desplazada y desescolarizada de Colombia. Ayer la Cumbre Mundial de Innovación para la Educación (WISE), en Catar, le entregó a Vicky Colbert el premio que ratifica a Nueva Escuela como uno de los proyectos educativos más destacados del mundo.