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Triste Navidad para miles de colombianos

Miembros de la “familia DMG” protagonizan una huelga de hambre en Bogotá para que escuchen sus peticiones. Estafados por DRFE retuvieron a 130 personas en una iglesia en Pasto. En La Hormiga (Putumayo) la gente se enfrentó a la Policía para que el Presidente los escuche y les respondan por sus dineros.

Humberto Coronel N.
23 de diciembre de 2008 - 04:00 a. m.

A pocas horas de que se celebre la Nochebuena, muchas familias en Colombia no han comido natilla, comprado juguetes, escogido las vestimentas que suelen estrenar todos los diciembres, ni cantado el villancico del burrito sabanero que va en camino de Belén. No es que hayan perdido la fe, el espíritu navideño, ni las ganas de estar con los suyos rodeando el pesebre mientras esperan el nacimiento del Niño Jesús. Lo que ocurrió fue que perdieron los ahorros que amasaron durante años, persiguiendo el sueño de mejorar su condición económica, a través del desplome de las pirámides y de la intervenida DMG.

Este diciembre anómalo para los cientos de miles de colombianos que perdieron la plata con que pensaban pagar universidades, comprar carros, celebrar fiestas, viajar y darse la mejor parranda del año, ha estado acompañado de protestas, huelgas de hambre, marchas, toma de iglesias y enfrentamientos con la Policía, tan sólo en las últimas 24 horas, con posibilidades de que empeore la situación en cada uno de los departamentos donde funcionaron estas captadoras ilegales de dinero.

El primero de los hechos registrados desde ayer fue la toma pacífica, por parte de unos encapuchados, de la iglesia de La Merced, en Pasto (Nariño). Esta ocupación se produjo en plena misa y duró varias horas, en las que Juan Carlos Burgos, vocero del grupo, pedía la presencia de representantes de la Alcaldía y la Gobernación. Los manifestantes querían acordar la creación de un fondo de salvamento para los afectados de DRFE y que les suspendan los cortes por no pago de los servicios de luz y agua a los estratos 1, 2 y 3. Los encapuchados retuvieron en el interior del templo a cerca de 130 feligreses, de los cuales por lo menos 60 conformaban la manifestación pacífica. Los afectados de la pirámide dejaron salir a los niños, personas de la tercera edad y a quienes padecían alguna afección de salud.

El segundo de los sucesos se protagonizó en el centro de Bogotá. Allí cerca de 700 miembros de la “familia DMG” venidos de distintas regiones del país acompañaban a 28 personas encadenadas, con fotos de David Murcia Guzmán (dueño de DMG), quienes protagonizaban una huelga de hambre que inició el pasado sábado a las 2:00 de la tarde. La consigna consiste en quedarse en huelga el tiempo que sea necesario, hasta tanto el Presidente escuche sus tres puntos: la libertad de David Murcia Guzmán, la no intervención de DMG y que el presidente Álvaro Uribe haga un consejo comunal con tarjetahabientes, medios nacionales e internacionales, miembros del Gobierno y veedores internacionales, para que el mundo en general se entere de que DMG es una empresa viable.

Y, finalmente, las protestas que se registraron en La Hormiga (Putumayo), las cuales derivaron en enfrentamientos con los miembros de la Fuerza Pública, por parte de los también afectados de la pirámide DRFE. El choque de los lugareños con la Policía Antidisturbios se debió a que los putumayenses pretendían retener al Alcalde y al comandante de la estación de Policía en una escuela, porque permitieron que el administrador de la pirámide en mención saliera del pueblo sin ninguna restricción. Los protagonistas de la protesta fueron repelidos con gases lacrimógenos.

Navidad sin regalos

Miguel Ángel Ardila, tarjetahabiente de DMG, se encuentra fuera de La Hormiga desde hace 30 días. Este año estará lejos de su familia porque protesta por una causa que él considera justa, que les devuelvan la empresa de David Murcia Guzmán y que el mundo se entere de que es viable. Lo que más le duele es no poder brindarle un obsequio a su familia y que su hija se quede sin universidad, porque la fecha de pago ya se venció. Una situación similar vive Jasbleidy Triviño, conferencista Nacional DMG Grupo Holding S. A. Ella manifiesta que este año la Navidad que van a pasar es triste porque no tienen plata “ni para comprar la masa del buñuelo, que es lo mínimo que nosotros podemos comprar para nuestras casas”. Quien más la entristece es su hija de ocho años, a quien no le ha comprado juguetes ni se los va a comprar, porque se quedó sin empleo.

Aún no se sabe a ciencia cierta cuántas personas fueron víctimas de las captadoras de dinero. Aunque el vocero de la huelga de hambre de DMG, Salvador Carreño, manifestó representar a más de cuatro millones de personas, entre empleados y clientes, la agente interventora de la firma, María Mercedes Perry, indicó que hasta el 19 de diciembre se habían presentado 222 mil reclamaciones, pero que hasta hoy, que es el último día, esperan no más de 10 mil más. Pero lo cierto es que, sean millones, miles o cientos, este año la Navidad y el Año Nuevo dejará a muchas personas en Colombia con las ganas y los deseos de que lo ocurrido desde la promulgación del Decreto de Emergencia Económica sólo hubiese sido un horrible sueño que se desvanecía al despertar y se olvidaba al recoger los obsequios al lado del árbol de Navidad.

Por Humberto Coronel N.

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