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Un destino exótico

Samba, comida, playas y diversión lo esperan en el país más grande de América del Sur. Viaje por su territorio.

Redacción Buen Viaje
13 de enero de 2009 - 08:53 p. m.

Se arranca con una pieza de baile, belleza y sabor. Luego hay que pasar por exóticas playas, acuarios, practicar deportes náuticos y quedarse con un tanto de color. Y para terminar, una pizca de historia, un poco de gastronomía y de postre, una buena dosis de fútbol, samba y religión.

Así, en pocas palabras, se puede resumir un buen viaje por el país más grande de América Latina y que goza, de lejos, de la facultad de ser, como muy pocos lugares del mundo, el destino soñado por aquellos que quieren alejarse de la realidad y adentrarse, rápidamente, en un destino que lo tiene todo y para todos.

No basta con caminar de punta a punta por la Avenida Paulista en una de las zonas más exclusivas de São Paulo, atravesarse por las playas de Ipanema y Copacabana en medio de cuerpos perfectos que reciben un baño de sol justo al lado de un mar de sueño. De golpe, aprovechar el carnaval más colorido de todo el mundo para mover la cintura o, si el plan lo permite, pasear por las zonas más históricas de Minas Gerais.

Está claro que de Brasil no se puede salir sin conocer la Fortaleza de São José da Ponta Grossa en Florianópolis, del estado de Santa Catarina y las Cataratas de Iguazú, en la frontera con Paraguay y Argentina. Florianópolis cuenta con una de las geografías que más favorecen la práctica de deportes náuticos como el surf, buceo, ala delta y además, también existen escenarios para la práctica de parapente y mountain bike.

Ya en Iguazú, además de presenciar las 275 caídas naturales de agua, hay que hacer el Macuco safari, que es un paseo que lleva a los turistas por una ruta exclusiva hacia las orillas del río Iguazú. Y a muy poca distancia está la planta hidroeléctrica de Itaipú, que es la más grande en el mundo.

Y si tiene buena disponibilidad de tiempo, no deje de ir a los mercados públicos, que son los lugares perfectos para conocer las frutas típicas de la región por la que está viajando.

Pero la comida es sin duda uno de los valores agregados más importantes de todo Brasil. Allí hay que comer arroz, fríjol, bife, papa a la francesa y ensaladas. Estos son, como dicen los pobladores, “los componente básicos de una buena, completa y tradicional carta brasileña”. Por eso la Carne de sol, la Feijoada o Frijolada, los pescados de la región centro-oeste, el Tucupi, que es un caldo amarillo y agrio extraído de la yuca por medio de una prensa indígena de paja, no pueden pasar por alto en el menú que deguste en los restaurantes del país del fútbol.

 Al final, no salga de Brasil sin probar una buena porción de churrasco, el más famoso de la región del sur, que tradicionalmente viene con una costilla granadera y una jugosa y grande porción de punta de anca. O si lo prefiere, el famoso rodizio, que por un precio fijo, el comensal tiene la facilidad de servirse la cantidad que desee de ensaladas, todas puestas en una amplia mesa, y además, todos los cortes de varios tipos de carne que los meseros llevan constantemente a su plato.

Por Redacción Buen Viaje

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