Publicidad

Un ministro contradictorio

El médico y académico José Félix Patiño le responde al minsalud, Alejandro Gaviria, quien señala que se necesita hacer compatible el negocio de la salud con el bienestar general.

José Félix Patiño Restrepo *
03 de diciembre de 2013 - 10:14 p. m.
Los médicos son los principales opositores de la reforma a la salud. / David Campuzano
Los médicos son los principales opositores de la reforma a la salud. / David Campuzano
Foto: El Espectador - David Campuzano

¡Sorprende que un ministro de Estado contradiga al mismo presidente de la República!

He quedado perplejo con dos de los pronunciamientos de Alejandro Gaviria, ingeniero y exdecano de economía neoliberal. El primero, antes de ser ministro de Salud, en su columna en El Espectador del 21 de agosto de 2011, que con toda lógica y razón trae a cuenta en su blog el reconocido médico, administrador hospitalario y analista del sistema Ulahy Beltrán López.

Beltrán cuenta cómo en una columna titulada “Contradicciones”, el hoy ministro “hizo un análisis de las propuestas sobre el sistema de salud colombiano que en ese momento hacía el presidente Juan Manuel Santos... Y fue muy diciente al resumir su percepción... cuando concluyó que ‘los gobiernos actúan en dos dimensiones distintas: la simbólica y la real. Con frecuencia los cambios reales requieren una retórica precisa que concite las voluntades y alinee los intereses. En fin, los discursos y las palabras son importantes, a veces imprescindibles. Pero tarde o temprano toca trascender las promesas y resolver las contradicciones”

Y continúa Beltrán: “Por eso resulta llamativo cómo concluyó en esa ocasión el análisis del discurso del presidente Santos: ‘parafraseando al poeta, “si todo es pura carreta, carreta todo será”’”. Hasta aquí el texto del doctor Beltrán. Fuertemente contradictorio y alevosamente irrespetuoso el todavía no ministro Alejandro Gaviria.

La segunda contradicción más me sorprendió: en el reportaje que apareció en El Espectador el domingo 1° de diciembre se expresa así: considera dato desinformado que le incomoda “los que tratan de presentarme como un agente del sector financiero y de las EPS”. Pero para concluir su entrevista dice: “El asunto no es que la salud no es un negocio; la pregunta es cómo hacemos compatible el negocio con el bienestar del paciente”. Mejor agente imposible para el sector financiero y las EPS.

No, ministro: usted está pisando terrenos que desconoce. La salud es un derecho fundamental y la atención de la salud es un servicio social para hacer efectivo ese derecho. La medicina es una noble profesión altruista, una actividad intensamente moral por cuanto su único propósito es el bienestar del paciente y de la sociedad.

La ley 100 de 1993, que estableció la intermediación como un negocio, la atropella en su ejercicio y erosiona sus fundamentos éticos. El daño es de tal magnitud que algunos creen que ya es irreparable. Pero algunos creemos que sí se puede reparar mediante una verdadera reforma estructural en la cual, ministro, no cabe el negocio. Y tal ha sido la propuesta del presidente Juan Manuel Santos, expresada en público en varias ocasiones. Y no es cierto que no haya propuestas de verdadera reforma. Usted lo sabe y las conoce: unas del mismo parlamento, otras de grupos médicos académicos y de organizaciones sociales y otra, tal vez la más reciente, de la Gran Junta Médica, elaborada sobre el texto de su muy malo proyecto de ley ya aprobado en el Senado.

Y en cuanto a sus críticas a Juan Gossaín, un humanista y uno de los más respetados periodistas de Colombia, los médicos le decimos a usted que él tiene toda la razón. Ojalá hubiera más periodistas que tomaran sus generosas banderas. Él interpreta el sentir de todo el país. Usted debe tomar medidas efectivas y eficaces. Colombia no puede seguir pagando los medicamentos prácticamente más caros del mundo.

Tal vez usted crea que el Sistema de Seguridad Social en Salud de Colombia, implantado por un destacado economista, es muy bueno porque a usted y a los suyos, como a mí, nos trata muy bien. A pesar de ocupar el Ministerio de Salud, ¿sabe usted lo que significa estar de turno una noche y esperar horas para que una EPS autorice un procedimiento de máxima urgencia? ¿O lo que significa para una persona de escasos recursos llegar a un hospital público económicamente quebrado y no lograr la atención que requiere?

¿O esperar meses por una cita médica porque “no hay agenda”? ¿O desgastarse semanas con una acción de tutela rogando por un procedimiento o un medicamento que con frecuencia son de carácter urgente? ¿O la frustración de los médicos jóvenes que lo leen y ven cómo defiende el negocio en la atención de la salud? ¿Y la rabia y desconcierto de un médico obligado a hacer consultas de quince minutos, o a limitar el número de exámenes de laboratorio o de imágenes diagnósticas que están indicados?

¿O es que usted no cree lo que denunció valerosamente el presidente Santos en mayo de 2012 como probablemente el mayor desfalco en la historia del país? ¿O conoce usted en la historia de Colombia un fracaso similar y una tan mala e inmoral utilización de los dineros públicos como el que ocurre con el sistema de salud? ¿Se preocupa usted por la situación de crisis profunda de los hospitales públicos, muchos de ellos escenarios principales para la formación del personal de salud? ¿O es que cree que si se mantiene el negocio en la atención de la salud por parte de las EPS saldrán adelante, cuando son las EPS las causantes de la crisis?

No, ministro, usted está descarriado y desfasado, y no lo culpo porque está al frente de un sector extraño a usted y porque lo ve exclusivamente desde su mira economicista, que es la que conoce. Y esa no es la mira correcta para manejar un Ministerio de Salud.

*Exministro de Salud, exrector de la Universidad Nacional y reconocido médico y académico.

Por José Félix Patiño Restrepo *

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar