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Ramsés Escobar Henao, notario del municipio de Chigorodó del Urabá antioqueño, tiene una curiosa afición por la cultura egipcia desde que es niño. Su devoción se ve reflejada en un sarcofágo de 1.80 metros de altura con el rostro de un faraón. Lo tiene en su sala y espera ser enterrado en él cuando muera.
La idea surgió en un vuelo de México a Estados Unidos. Escobar estaba en compañia de un amigo en el avión y se quedaron observando una de las revistas. La revista tenía la imagen de un faraón; entre "chiste y chanza" el notario le pidió a su amigo que le hiciera un sarcófago, a lo que él accedió.
Su amigo le hizo el curioso “ataúd” del tronco de un árbol de Caracolí y una artista le ayudó a pintarlo con los característicos tonos de la cultura egipcia: dorado, ocre,azul y rojo.
— Ramses Escobar Henao (@faraondeuraba) September 17, 2015
De vez en cuando se viste con atuendos representativos de Egipto y lo complementa con un medallón, "ahí lo cargo con mucho cariño, de vez en cuando me pongo los 'trajecitos' cuando van unos amigos a la casa, se lo colocan y disfrutan ese momento porque es un momento diferente", le contó Escobar al mismo medio.
— Ramses Escobar Henao (@faraondeuraba) September 17, 2015