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Por estos días, en las redes sociales circuló una imagen de dos osos polares en la que el hijo le pregunta a su padre por qué, siendo él tan joven, sufría de diabetes, a lo que el papá oso le responde —mientras recuerda que cuando era niño le daba gaseosa en vez de agua—: “Lo heredaste de tu madre”. Esta situación no es algo que vaya a ser realidad en unos años, sino el reflejo de la situación nutricional del mundo. Para nadie es un secreto que la batalla contra la obesidad y la malnutrición se está perdiendo. La Organización Mundial de la Salud afirma que en los últimos cuatro años la obesidad infantil ha aumentado y también en adultos mayores. Es un panorama que la sociedad está normalizando y no está pensando en el futuro.
Las personas creen que van a ser jóvenes para siempre y que el cuerpo lo resiste todo, pero no se dan cuenta de que con los años también el cuerpo va manifestando los excesos en el consumo de azúcares, alcohol, pocas horas de sueño y un estrés excesivo; un tema que puede sonar repetitivo, “pero cuando se pierde el estado de buena salud es cuando reflexionamos de lo que no se hizo a tiempo y que estaba al alcance haciendo chequeos anuales”, dice el médico internista Walter Villalobos, de la Clínica Universidad de La Sabana, quien explica que muchas veces se ha encontrado con personas que no les gusta ir al médico, les da pereza hacerse una citología o acudir a un especialista y olvidan que si algo se detecta a tiempo se puede tratar.
En Colombia, según el Ministerio de Salud, la principal causa de muerte está relacionada con las enfermedades cardiovasculares, seguido de accidentes cerebrovasculares y diabetes. Estas hacen parte de las enfermedades no transmisibles, que se podrían evitar si se empiezan a hacer cambios en la cotidianidad. Además, un trabajo para tenerlo más claro es realizar el árbol genealógico familiar y así identificar los factores de riesgo. Por ejemplo: si un abuelo murió a causa de un infarto, si era obeso o fumaba. “Al tener esto claro, podemos empezar a identificar algunos factores de riesgo de las personas y acompañarlas en procesos que mejoren su calidad de vida”, dice el médico internista, quien comenta que en la Clínica Universidad de La Sabana cuentan con un programa de medicina preventiva para hombres y mujeres.
El objetivo del Chequeo Médico Preventivo es hacer una evaluación completa del estado de salud de la persona en un tiempo de siete horas, el cual se realiza de forma ambulatoria, con un grupo interdisciplinario de profesionales especializados, apoyados en exámenes diagnósticos. Con esta actividad se pretende identificar oportunamente enfermedades y factores de riesgo que pueden poner en riesgo la vida. “Con el Chequeo Ejecutivo le podemos decir a la persona por ejemplo: usted tiene un riesgo en su salud porque se alimenta de forma inadecuada, ahí se valora con un nutricionista y lo acompañamos a dar esos pasos”, señala Walter Villalobos, quien enfatiza que estos chequeos médicos se están haciendo en Colombia porque no existe una política como tal de prevención para los pacientes; entonces, las empresas deciden mandar a sus colaboradores para hacerles un chequeo y así evitar muertes en edades vitales, como sucede con frecuencia.
Pero la invitación es a que las personas sean más conscientes del autocuidado. Que no esperen, como es tan normal, visitar un especialista cuando las enfermedades han avanzado. Esto es un tema cultural que debe cambiar, apostarle a la prevención y a la toma de decisiones responsables. Pues todo lo que una persona haga con el cuerpo puede desencadenar en un impacto positivo o negativo. Por su parte, quienes están a cargo de niños tienen la enorme responsabilidad de guiarlos a una alimentación sana, un equilibrio en la parte física y mental. No puede seguir pasando que el consumo indiscriminado de gaseosa, dulces o grasas sea su cotidianidad; porque, como señala la OMS, cuando un niño es obeso lo más probable es que se convierta en un adulto con problemas de salud.
“Culturalmente tenemos arraigado el alto consumo de carbohidratos, grasas y eso lo vemos bien, pero hacer cambios empieza por casa y esa consciencia de pensar en cómo nos queremos sentir”, dice Villalobos y aconseja construir rutinas agradables para hacer ejercicio. Esta es una palabra que muchos oyen y solo piensan en correr, ir al gimnasio o hacer abdominales, olvidando que hay más de ochenta opciones de ejercitarse, tan divertidas como bailar, patinar, jugar voleibol o tenis. Eso depende de los gustos de las personas y la idea no es martirizarse con el que no le gusta. Lo mismo sucede cuando se habla de comer balanceado, se imaginan comida con sabores simples y olvidan que Colombia es uno de los países privilegiados que tiene una riqueza en frutas como la uchuva, guanábana, gulupa o granadilla, por mencionar algunos, y que son apetecidos en otras partes del mundo.
Entonces llevar una vida saludable, si se tiene la disposición, es una tarea que con el tiempo se convierte en algo divertido y va generando cambios en la forma de alimentarse y hacer ejercicio, acciones que “se notan en el cuerpo y que son positivas. Nuestro llamado es a que todo sea un equilibrio, que la actividad física, buenos hábitos alimenticios, el consumo de agua en vez de gaseosas y chequeos médicos deben estar en la agenda de las personas”, puntualiza el médico internista Walter Villalobos.