Unasur busca secretario general

La Cumbre Iberoamericana que termina hoy en Mar del Plata, Argentina, sirvió para que los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) comenzaran a tratar el tema de quién podría ocupar la secretaría general de la organización. Originalmente estaba planeado que fueran los presidentes quienes abordaran el asunto, pero las sensibles ausencias de Hugo Chávez, Evo Morales y la llegada tardía del presidente Chileno, Sebastián Piñera, dejaron la tarea en manos de los ministros.

La muerte del ex presidente argentino Néstor Kirchner en octubre  dejó abierta la pregunta sobre su sucesión. En la anterior cumbre de Guyana quedó claro para los miembros de Unasur que el asunto del reemplazo de Kirchner debía ser tratado en alguna reunión próxima y Mar del Plata fue la primera posibilidad que se vislumbró en el corto plazo. El Gobierno colombiano tuvo tiempo para analizar las circunstancias y barajar posibilidades para presentar un candidato propio a la secretaría general.

María Emma Mejía, ex canciller colombiana y ex aspirante a la vicepresidencia, fue la carta presentada por Colombia, “una candidata de las más altas calidades”, según la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín. Lo propio sucedió en Venezuela. El gobierno de Caracas resolvió en los últimos días que Alí Rodríguez, ex presidente de Pdvsa y actual ministro de Energía Eléctrica, sería su aspirante a encabezar Unasur.

Así, Mejía y Rodríguez se adherían a la lista de candidatos, en la que según los rumores, en algún momento, el presidente boliviano, Evo Morales, sugirió incorporar a Piedad Córdoba. Los nombres de Luiz Inácio Lula, próximo a dejar la presidencia de Brasil; de la ex presidenta chilena, Michelle Bachelet; del ex mandatario uruguayo Tabaré Vázquez, y el de Rafael Follonier, quien fuera la mano derecha de Kirchner en la secretaría general, conforman hasta ahora el grupo de los opcionados.

Para el ex canciller colombiano Augusto Ramírez Ocampo, la candidatura de María Emma Mejía es excelente. “La competencia va a ser muy dura por la calidad de los demás candidatos, pero ella goza de muy buena imagen en la región. Con el nuevo aire que ha tomado la diplomacia colombiana y el cambio formidable en las relaciones con nuestros vecinos, no se debería descartar que resultara elegida”.

No obstante, aunque nunca ha oficializado su intención de ser secretario general, tampoco la ha negado, la balanza se inclinaría hacia Lula. Entre los pasillos se escucha que la mayoría de las delegaciones estaría de acuerdo con que el brasileño asuma el cargo, pero sus intereses  parecen apuntar hacia un puesto en la ONU. Se dice que algunos mandatarios incluso han tratado de convencerlo, pues al parecer, otro de los nombres fuertes, Tabaré Vázquez, genera desconfianza en algunos gobernantes.

En una entrevista concedida recientemente a este diario, el canciller Ricardo Patiño, de Ecuador, país que ejerce la presidencia pro témpore de Unasur, aseguró que el tema debe ser tratado con paciencia: “El secretario general debe tener la aceptación de todos y todos vamos a pensarlo bien. En Mar del Plata puede que se logre avanzar o se resuelva  tratar en otra reunión; tampoco hay tanto apuro”.

La Cumbre Iberoamericana que termina hoy en Mar del Plata, Argentina, sirvió para que los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) comenzaran a tratar el tema de quién podría ocupar la secretaría general de la organización. Originalmente estaba planeado que fueran los presidentes quienes abordaran el asunto, pero las sensibles ausencias de Hugo Chávez, Evo Morales y la llegada tardía del presidente Chileno, Sebastián Piñera, dejaron la tarea en manos de los ministros.

La muerte del ex presidente argentino Néstor Kirchner en octubre  dejó abierta la pregunta sobre su sucesión. En la anterior cumbre de Guyana quedó claro para los miembros de Unasur que el asunto del reemplazo de Kirchner debía ser tratado en alguna reunión próxima y Mar del Plata fue la primera posibilidad que se vislumbró en el corto plazo. El Gobierno colombiano tuvo tiempo para analizar las circunstancias y barajar posibilidades para presentar un candidato propio a la secretaría general.

María Emma Mejía, ex canciller colombiana y ex aspirante a la vicepresidencia, fue la carta presentada por Colombia, “una candidata de las más altas calidades”, según la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín. Lo propio sucedió en Venezuela. El gobierno de Caracas resolvió en los últimos días que Alí Rodríguez, ex presidente de Pdvsa y actual ministro de Energía Eléctrica, sería su aspirante a encabezar Unasur.

Así, Mejía y Rodríguez se adherían a la lista de candidatos, en la que según los rumores, en algún momento, el presidente boliviano, Evo Morales, sugirió incorporar a Piedad Córdoba. Los nombres de Luiz Inácio Lula, próximo a dejar la presidencia de Brasil; de la ex presidenta chilena, Michelle Bachelet; del ex mandatario uruguayo Tabaré Vázquez, y el de Rafael Follonier, quien fuera la mano derecha de Kirchner en la secretaría general, conforman hasta ahora el grupo de los opcionados.

Para el ex canciller colombiano Augusto Ramírez Ocampo, la candidatura de María Emma Mejía es excelente. “La competencia va a ser muy dura por la calidad de los demás candidatos, pero ella goza de muy buena imagen en la región. Con el nuevo aire que ha tomado la diplomacia colombiana y el cambio formidable en las relaciones con nuestros vecinos, no se debería descartar que resultara elegida”.

No obstante, aunque nunca ha oficializado su intención de ser secretario general, tampoco la ha negado, la balanza se inclinaría hacia Lula. Entre los pasillos se escucha que la mayoría de las delegaciones estaría de acuerdo con que el brasileño asuma el cargo, pero sus intereses  parecen apuntar hacia un puesto en la ONU. Se dice que algunos mandatarios incluso han tratado de convencerlo, pues al parecer, otro de los nombres fuertes, Tabaré Vázquez, genera desconfianza en algunos gobernantes.

En una entrevista concedida recientemente a este diario, el canciller Ricardo Patiño, de Ecuador, país que ejerce la presidencia pro témpore de Unasur, aseguró que el tema debe ser tratado con paciencia: “El secretario general debe tener la aceptación de todos y todos vamos a pensarlo bien. En Mar del Plata puede que se logre avanzar o se resuelva  tratar en otra reunión; tampoco hay tanto apuro”.