Hace 30 años, un día de noviembre de 1980, en una casa del barrio La Candelaria en Bogotá, un grupo de profesionales interesados en prácticas humanísticas y actividades de desarrollo personal se reunió para compartir sus reflexiones sobre el significado espiritual de las tradiciones religiosas, los propósitos de la vida y su relación con Dios. De esta manera nació el capítulo Colombia de la Asociación Brahma Kumaris, una universidad espiritual que hoy cuenta con más de 600.000 estudiantes en 6.000 sedes en 85 países.
La sede central está ubicada en Mount Abu, en el Rajasthan, al noroeste de India, donde además de la permanente capacitación de seminarios y talleres sobre diversas facetas de la vida espiritual, se ha consolidado un programa de estudios básicos que comprende, entre otras materias, meditación raja yoga, comprensión de las leyes naturales que gobiernan la relación entre el alma, Dios y el mundo, o el análisis del árbol de la vida para asimilar las razones de la evolución y la creación en un mundo fragmentado.
Legado de Brahma Baba, un filántropo hindú que después de amasar una considerable fortuna, producto de la joyería y los diamantes, en 1936, a sus 64 años, emprendió la fase más activa de su existencia. La creación de una universidad espiritual para reunir personas de diversos orígenes culturales y religiosos en torno a la búsqueda de un mundo mejor. Él falleció en 1969, pero su organización no se detuvo, al punto que hoy es reconocida como entidad de carácter consultivo por la Unicef, la Unesco y el Consejo Económico y Social de la ONU.
A Colombia llegó sin mucha resonancia hace tres décadas y ya cuenta con sedes propias en Bogotá, Medellín, Cali y Tunja. Además, empieza a desarrollar proyectos en Cartagena. Son 30 años aplicando una novedosa metodología. Todos sus instructores son profesionales voluntarios en distintas áreas del conocimiento y sus actividades se financian con los aportes de los estudiantes. Es decir, no se cobra por la información que se difunde y quienes asisten a los distintos cursos contribuyen de acuerdo con los beneficios experimentados.
Dos de esos promotores son Manuel Cerón y José María Gómez. El primero lleva 23 años estudiando y compartiendo su conocimiento en la Asociación Brahma Kumaris y el segundo cumple 12 años. Ambos despliegan sus actividades profesionales en distintos campos. Cerón es experto en impuestos. Gómez es ingeniero. Pero los une el interés por la meditación, el papel de la mente, sus vínculos con la conciencia o el cultivo de principios para un estilo de vida más espiritual. Siguen siendo estudiantes de Brahma Kumaris.
Cada semana, en su nueva sede en el barrio La Castellana, al norte de Bogotá, como ellos, llegan decenas de personas de distinta condición social para tomar un curso introductorio de siete días, donde se empiezan a familiarizar con la meditación, el autocontrol y el conocimiento de las leyes espirituales. Unos se van, otros vuelven. Hay quienes, como María Cristina Sus o Clemencia Pinto, llevan 30 años en la asociación. Ya son instructoras, pero también sigue siendo alumnas porque saben que cada día trae nuevos retos para superarlos.
Desde hace algunos meses, la asociación viene promoviendo una iniciativa denominada “Elige la calma”, a través de la cual por internet divulga contenidos, actividades y propuestas de capacitación para mejorar las capacidades de respuesta antes situaciones de enojo, agresión o violencia en el ámbito familiar, social, educativo o político. La idea es que en un mundo donde abunda el miedo, elegir la calma es el mejor regalo que se pueden hacer los seres humanos a sí mismos para romper el círculo vicioso de la ira o de la intolerancia.
De igual manera, para aquellas personas cuyas actividades cotidianas reducen su tiempo para el conocimiento, la Universidad Espiritual Mundial Brahma Kumaris ha desarrollado un atractivo menú de talleres con temas afines. “Maestro del tiempo”, para ayudar a actuar de manera consciente, evaluando lo que produce crecimiento individual y lo que absorbe energía. O “Venciendo el estrés”, dirigido a quienes quieran desarrollar defensas ante situaciones inmodificables y recobrar el equilibrio emocional ante las presiones.
Su última iniciativa ya está en marcha. Con la coordinación de su director general para Colombia, Panamá y Ecuador, Marcelo Bulk, y el apoyo de la Gobernación de Antioquia, Medellín será sede, entre el 2 y EL 5 de diciembre, de una nueva versión del reconocido programa ‘The Call of the time’ (El llamado del tiempo). Un proyecto que desarrolla el director del Centro de Aprendizaje Organizacional, Peter Senge, facilitador del diálogo abierto entre líderes, en un ambiente de paz, tolerancia y eclecticIsmo, sobre los desafíos que hoy enfrenta la sociedad contemporánea.
Es el espíritu de la Asociación Brahma Kumaris que reconoce la espiritualidad y la bondad intrínseca en todos los seres humanos y, según sus promotores, por eso los ayuda a redescubrir estimulando el desarrollo de una conciencia y un proceso de aprendizaje que se renueva a diario. La idea que Brahma Baba planteó hace 74 años en India y que en Colombia ya tiene respaldo en una estructura de voluntarios atentos a escuchar las inquietudes de todas aquellas personas que quieran entender por qué la vida es una oportunidad extraordinaria y la paz un tributo al espíritu.