En junio de 2022, el gobierno nacional, junto con varios socios del sector público y privado, anunciaron la implementación de una de las estrategias de financiación para la biodiversidad más ambiciosas del país: el Proyecto de Financiamiento para la Permanencia (PFP, por sus siglas) del programa Herencia Colombia, con el que se busca asegurar 245 millones de dólares en los próximos diez años para proteger cerca de 32 millones de hectáreas marinas y terrestres, lo que equivale al 16 % del territorio colombiano. ¿Qué ha pasado desde entonces?
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En términos generales, Herencia Colombia es un programa liderado por Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC) y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con el apoyo de múltiples actores que busca cuidar el capital natural que hay en Colombia, uno de los 17 países megadiversos que hay en el planeta. Olga Bautista, líder nacional de Herencia Colombia, explica que, además, el programa busca responder a los desafíos del cambio climático y apoyar a la conservación de las áreas protegidas. “Lo que buscamos es tener un Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) más fuerte en el país y que se apoye la preservación de toda la biodiversidad que tenemos”, dice.
Si bien la meta de Herencia Colombia, a nivel general, es asegurar la conservación y financiación de más de 40 millones de hectáreas (20 % del territorio nacional), en la primera fase se esperan abordar 32 millones de hectáreas en zonas priorizadas como: Caribe, Corazón Amazonía, Cordillera Central, Pacifico – Marino Costero y Transición Orinoquía. De esta manera, el país espera responder a las metas propias, pero también a los objetivos globales, como los establecidos en la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas, cuyo objetivo es proteger al menos el 30 % de la tierra y los océanos para 2030.
Herencia Colombia también se encuentra alineada con el Marco Global para la Biodiversidad, que, a propósito, será abordado en la COP16, la cumbre más importante de biodiversidad que se realizará este año en Cali.
Para lograrlo, el programa moviliza recursos de diferentes fuentes, tanto de entidades privadas como públicas. En el caso de Colombia, algunos de los aliados son el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Wildlife Conservation Society (WCS), Conservación Internacional, Gordon and Betty Moore Foundation, Bezos Earth Fund, Andes Amazon Fund, The Nature Conservancy (TNC), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Unión Europea, entre otros.
El Programa de Financiamiento para la Permanencia es entonces el modelo financiero acordado por los diferentes actores para garantizar la sostenibilidad financiera de los sistemas de áreas protegidas. El modelo permite “movilizar recursos públicos y privados, y buscar que las inversiones se puedan maximizar para cerrar la brecha de financiación de las áreas protegidas y de las estrategias de conservación que hay en el país”, agrega Bautista.
Dicho programa tiene diferentes metas. Una de las principales es que, a lo largo de los primeros 10 años, se apoye la creación de más de dos millones de hectáreas de nuevas áreas protegidas terrestres y alrededor de 15 millones de ha de áreas marinas en el Caribe y el Pacífico.
Los avances en el primer año
Pese a que aún el programa se encuentra en una etapa muy temprana de implementación, ya se ha avanzado en algunos objetivos planteados en Herencia Colombia. “Hemos estado desde PNNC en la ampliación del Santuario de Flora y Fauna de Malpelo (2.147.206 ha), del Distrito Nacional de Manejo Integrado Yuruparí – Malpelo (9.678.976,82 ha). También en la ampliación del Parque Nacional Natural Sierra Nevada de Santa Marta, donde se realizó una ampliación por más de 172.000 hectáreas, para un total de 573.312 ha protegidas”, afirma la líder nacional de Herencia Colombia.
Otro de los grandes logros ha sido definir la estrategia de sostenibilidad financiera del programa, liderada por WWF Colombia, y con el respaldo de la Unión Europea y la FAO. Dicha estrategia se enfoca en tres componentes fundamentales. En primer lugar, se centra en la creación de mecanismos financieros que faciliten la movilización de recursos tanto del sector público como del privado.
“Hace una década la respuesta frente a los desafíos ambientales es que no había recursos financieros para atenderlos. Hoy la respuesta es diferente: los recursos sí están, pero nos hacen falta mecanismos y proyectos para poder acceder a estas fuentes financieras”, menciona Sandra Chamorro, Oficial de Finanzas para la Conservación de WWF Colombia.
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Aquí, agrega Chamorro, juega un papel fundamental el sector privado, especialmente el sector financiero, pues han reconocido la necesidad que tienen de tener modelos más sostenibles, y en ese sentido han mostrado interés en financiar proyectos que favorezcan la conservación de la biodiversidad.
En segundo lugar, la estrategia se dirige hacia el fortalecimiento de proyectos productivos, lo que contribuirá al desarrollo de las economías locales y al mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades. “Hay unos emprendimientos comunitarios para la conservación, personas que viven de la bioeconomía, que subsisten de la biodiversidad y que es necesario apoyarlas, y para ello, hay que canalizar recursos”, explica la vocera de WWF Colombia.
El tercer enfoque es el monitoreo y seguimiento que se encargará de evaluar el progreso y el impacto en la implementación de la estrategia de sostenibilidad financiera. Según Chamorro, por cada dólar, peso o euro que se invierta, se revisará el impacto ambiental, social o financiero que genere.
“La idea de canalizar estos recursos es que podamos tener ese impacto en restauración y que haya paisajes conectados, con unas garantías ambientales, pero también resguardando a las personas que habitan en esos territorios estratégicos para que cuenten con unas garantías o alternativas de vivir de la bioeconomía, esta es una labor que se ha venido avanzando en el marco del proyecto Paisajes Sostenibles, que hace parte de Herencia Colombia”, indica Chamorro.
Pero, ¿cómo movilizar estos recursos? WWF Colombia actualmente está estructurando INVEST, una iniciativa que conecta la inversión de impacto con soluciones ambientales, sociales y financieras y pro de la conservación y la sostenibilidad. INVEST permitirá unir la oferta y la demanda, es decir, unir las necesidades que hay en los territorios para resolver problemas ambientales y sociales, con aquellos actores que están interesados en inyectar recursos.
Con esta iniciativa, se busca, entre otras cosas, capturar potenciales aliados, inversionistas y socios que estén interesados en la apuesta de Herencia Colombia. Si todo marcha bien, INVEST sería lanzada en la COP16, que se realizará entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de este año.
Un trabajo con las comunidades
Uno de los ejes de Herencia Colombia es el trabajo con las comunidades étnicas (resguardos indígenas y consejos comunitarios) y campesinas. Este programa reconoce los esfuerzos de conservación y los derechos de las comunidades étnicas y campesinas, y los pueblos indígenas que habitan en áreas protegidas. Por esto, entre sus objetivos está el trabajo con estos actores para identificar los impulsores de la deforestación y los cambios en el uso de la tierra en estos espacios, y proponer medios de vida que no impacten negativamente la naturaleza
Por el momento, se ha avanzado en algunas acciones de relacionamiento y fortalecimiento con diferentes comunidades, pues la idea es beneficiarlas a través de la generación de capacidades en diferentes temas lo que les permitirá fortalecer sus esquemas de gobernanza, sus procesos de restauración y rehabilitación para mejorar la conectividad en sus territorios, sus sistemas productivos sostenibles a través de buenas prácticas.
En el corto plazo, uno de los objetivos es planificar cómo se van a priorizar las acciones en territorio. “Por ejemplo, tenemos una meta de fortalecer 70 emprendimientos, ahora tenemos que definir conjuntamente cuáles se van a priorizar”, menciona la vocera de WWF.
A nivel general, Herencia Colombia espera seguir apoyando los procesos de declaratoria y ampliación de las áreas protegidas, “principalmente, las áreas terrestres, porque en las marinas ya hemos cumplido la meta”, indica la líder nacional del programa. Los datos con corte a junio de 2023 indican que en el país el 16,92 % de la superficie terrestre y el 32,81 % del área marina está bajo esta figura de protección. Al mismo tiempo esperan consolidar y fortalecer las estructuras de gobernanza en estos lugares.