El pasado martes 28 de septiembre, al medio día, llevaron a una danta o tapir (Tapirus terrestris) al Centro de Veterinaria y Zootecnia (CVZ) de la Universidad CES, en Envigado, Antioquia. El animal fue entregado por la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Norte y Oriente Amazónico (CDA), autoridad ambiental del departamento del Guaviare, debido a que había sido víctima de disparos con arma de fuego por una persona del corregimiento El Boquerón, en el municipio de San José del Guaviare. La persona tenía a la danta domesticada de manera ilegal desde temprana edad.
Durante estos días un equipo de más de 10 profesionales especializados le practicaron varios exámenes clínicos, como rayos X, ecografía, exámenes de laboratorio y tomografía. “El diagnóstico arrojó un compromiso neurológico avanzado, ya que uno de los proyectiles se alojó en el canal medular causándole daños funcionales en sus miembros y órganos posteriores. Otros de los órganos afectados por los proyectiles fueron pulmón izquierdo y bazo, adicionalmente presentaba laceraciones en su cuerpo y una luxación de rodilla derecha”, señaló Corantioquia.
Por esta razón, y tras un consenso bioético, anunciaron que tomaron la difícil decisión de aplicar el tratamiento de eutanasia a la danta, esto con el fin de evitarle dolor y sufrimiento.
Ante este escenario, las autoridades ambientales también hacen un llamado a respetar la vida en libertad de la fauna silvestre colombiana. “En el caso de la Danta, esta especie se encuentra en peligro crítico de extinción según el libro rojo de mamíferos de Colombia, ya que su existencia está siendo amenazada por la cacería, la tenencia ilegal y la intolerancia del hombre ante su presencia”, recuerdan. De igual forma, alertan sobre los diversos casos de maltrato y domesticación a los que se ven enfrentados muchos animales silvestres en Colombia.