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Ecoturismo, en jaque

Operaciones en parques naturales enfrentan dificultades. Estudian posibilidad de terminar contratos de Amacayacu y Los Nevados.

Viviana Londoño Calle Alexánder Marín Correa
03 de octubre de 2012 - 10:10 p. m.
El Parque Nacional Los  Nevados recibía al año 50 mil visitantes y este año lleva 15 mil .  / Servicio Geológico Colombiano
El Parque Nacional Los Nevados recibía al año 50 mil visitantes y este año lleva 15 mil . / Servicio Geológico Colombiano

A cinco años de la puesta en marcha de la estrategia para aprovechar turísticamente algunos parques naturales del país, a través de concesiones a grupos público-privados, aparecen las primeras dificultades para consolidar el éxito de esta decisión.

De los seis parques concesionados, el único caso rentable es el Parque Tayrona en Santa Marta. Los otros enfrentan una serie de problemas, tanto logísticos como de desastres naturales, que tienen en riesgo la continuidad de los contratos. La alerta se encendió a mediados de este año, cuando El Espectador informó que Aviatur solicitó a Parques Nacionales la terminación anticipada de la concesión del Parque Gorgona, argumentando problemas logísticos y de equilibrio económico. A éste se sumaron peticiones similares de los operadores de los parques Amacayacu y Los Nevados, ambos por dificultades para operarlos debido a fenómenos naturales.

Aunque la solicitud en el caso de Gorgona fue rechazada, los otros siguen en estudio. Frente a la posibilidad de que los parques cierren sus puertas al público por falta de operador, la idea es, según Julia Miranda, directora de Parques Nacionales, estudiar alternativas que permitan que los colombianos sigan disfrutando de estos tesoros naturales a pesar de las dificultades.

La amenaza del volcán

El Parque Los Nevados, principal atractivo natural y ecoturístico del Eje Cafetero, lleva cerrado seis meses y aún es incierta su apertura. La orden se dio en abril, por amenaza de erupción. Desde entonces también está suspendido el contrato, lo que le ha generado pérdidas cercanas a los $540 millones al operador.

La situación llevó a que la Unión Temporal Concesión Los Nevados enviara a la dirección de Parques Nacionales un oficio pidiendo que se termine de manera anticipada el contrato de concesión, amparados en la cláusula que dice que pasados seis meses se puede hacer dicha solicitud. En los próximos días se harán las primeras reuniones para determinar las condiciones de la terminación del contrato. Así se lo dijo a este diario Eduardo Zuluaga, representante legal de la concesión.
Sin embargo, esta decisión contrasta con los esfuerzos de las autoridades caldenses, que hace un mes pidieron al Gobierno Nacional reabrir el parque. La razón para la solicitud fue la disminución del riesgo, como lo corrobora el Servicio Geológico Nacional, que modificó la alerta de naranja a amarilla.

 La última vez que el parque estuvo cerrado fue después de 1985 y sólo reabrió sus puertas a los visitantes en 1992. Este parque, de 58 mil hectáreas, está ubicado entre los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima. Al año reporta un ingreso de 50 mil visitantes. En lo corrido del año, sólo alcanzaron a entrar casi 15 mil.

Inundación en Amacayacu

Antes de que las aguas de los ríos Amazonas y Amacayacu y de la quebrada Matamatá salieran furiosas de sus cauces y ocuparan la zona turística del Parque Nacional Amacayacu, cuando los turistas todavía podían llegar al lugar, sus operadores querían terminar el contrato de concesión. ¿Cuál era el motivo?
 A comienzos del año, el parque terminó en la lista de afectados por la temporada invernal, lo que ocasionó su cierre temporal y la suspensión, el 29 de marzo, del contrato entre Parques Naturales y el Consorcio Unión Temporal Concesión Amacayacu —del que también hace parte Aviatur (ver gráfico)—, mientras se superaba la inundación. Según los términos contractuales, pasados seis meses de una suspensión, el contrato podrá terminarse eventualmente. Aunque ya bajaron las aguas, los seis meses se cumplieron la semana pasada, pero los daños por la inundación apenas van a ser reparados y todavía se desconoce a cuánto ascienden las pérdidas.

Por eso, aunque Iván Vanegas, gerente de la Concesión Amacayacu, le dijo a este diario que aún no han decidido si van a devolver el parque, lo más probable es que lo hagan después de tenerlo cerrado por más de seis meses, como lo reconoció Jean-Claude Bessudo (ver entrevista).

Además, hay un antecedente que demuestra que la concesión ya no quiere seguir con el contrato: el 2 de diciembre de 2011, Norberto Carrasco, su representante legal, le pidió a Parques Nacionales la terminación del mismo. En ese entonces las lluvias no habían generado estragos, pero los operadores ya encontraban motivos para acabar con un negocio que según lo firmado iría hasta 2015: la erosión del terreno de buena parte del área obligó a clausurar el comedor de empleados y el restaurante y a reducir la capacidad para huéspedes de 51 a 30.

Aunque en ese momento Parques no encontró sustento suficiente para acceder a la terminación del contrato, la temporada de lluvias, que obligó al cierre de seis meses, cambia notablemente el panorama. Es posible que ahora no tenga más opción que aceptar la finalización del convenio.

Aviatur sigue con Gorgona

Hace cuatro meses se conoció públicamente que Aviatur quería devolver el Parque Gorgona, debido a que no le resultaba rentable. En esa ocasión El Espectador consultó a Jean-Claude Bessudo, presidente de la empresa turística, quien aseguró que se trataba de un malentendido. Sin embargo, una carta del 26 de octubre de 2011, cuya destinataria era la directora de Parques Naturales, Julia Miranda, demuestra que la intención de Aviatur de terminar el contrato había sido manifestada desde entonces. En el documento, la empresa aseguraba que “a pesar de los esfuerzos de comercialización, las cifras son negativas y la pérdida acumulativa ascendía a $4.048 millones”. Mientras que en 2011, entre enero y julio ingresaron al lugar 2.286 turistas, en el mismo período de este año la cifra pasó a 1.250.
A Gorgona sólo se puede llegar por vía aérea y a través de embarcaciones desde Guapí y Buenaventura. Según Aviatur, las altas tarifas aéreas, las difíciles condiciones de acceso y el aumento de la inseguridad en la zona explicaban la reducida afluencia de visitantes y la poca rentabilidad. En su carta, la empresa señalaba que las inversiones en el parque superaban los $6.000 millones y que no habían sido recuperadas.

A partir de esa petición, fueron varias las comunicaciones entre Parques Nacionales y Aviatur. Pero la respuesta de Miranda siempre fue la misma: las justificaciones no eran suficientes para terminar el contrato antes de 2015, plazo fijado inicialmente. Según Parques Nacionales, “las pérdidas ocasionadas en el negocio obedecían a las mayores inversiones realizadas, mas no exigidas”. La compra de una planta de 112 kW, cuando la demanda de energía de la isla es de 25 kW, o la de 30 calentadores solares, sin justificación en una isla tropical, son algunas de los gastos que Parques encontró innecesarios.

Pero frente a la insistencia de Aviatur, Parques Nacionales aceptó recibir a Gorgona, con ciertas condiciones: una remuneración de $1.650 millones por la terminación anticipada del negocio, además de dejar la infraestructura en óptimas condiciones. Así lo dejó claro en una carta fechada el 21 de mayo de 2012. Lo cierto es que luego de hacer cuentas, Aviatur encontró que perdería más devolviendo el parque que manteniendo el contrato. Esa es la razón por la que, por lo menos por ahora, Bessudo seguirá al frente de una de las reservas naturales más valiosas del país, aunque en sus peticiones oficiales haya reconocido que no le resulta rentable.

Por Viviana Londoño Calle Alexánder Marín Correa

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