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El campo sí es una opción para los jóvenes cafeteros

Antioquia quiere producir el mejor café del mundo. Mil caficultores adolescentes de 80 municipios participaron en un campamento en el que conocieron las técnicas para enriquecer la calidad del grano que cultivan.

Estefanía Avella Bermúdez
24 de julio de 2014 - 03:48 a. m.
Jóvenes de Briceño, Valdivia e Ituango (Antioquia) participaron en el taller.  / Cortesía
Jóvenes de Briceño, Valdivia e Ituango (Antioquia) participaron en el taller. / Cortesía

La mayoría de caficultores tradicionales del departamento de Antioquia tiene más de 55 años e hijos adolescentes. A algunos de ellos comienza a preocuparles que la vida del campo y las fincas donde por años cosecharon y procesaron el café deje de resultarles atractiva a sus descendientes, pues ya muchos han elegido migrar a la ciudad en busca de mejores oportunidades.

Desde 1835, cuando el café comenzó a ser cultivado comercialmente en Colombia, muchas generaciones han trabajado en este negocio y afrontado sus dificultades. En 1983 llegó la roya, un hongo que atacó las hojas de la planta, disminuyó la productividad de los cultivos y obligó a cambiar la variedad de café que se había sembrado durante 150 años.

Los problemas que generó esta transformación, cuentan los viejos, se han visto reflejados en que sus hijos prefieren formar su vida en las capitales y olvidan sus tierras cafeteras.

Afrontar esta situación implica trabajar en la educación de las generaciones jóvenes, convencerlas de que el campo es también una buena opción de vida y formarlas para que estén a cargo de mejorar la producción de su propio cultivo y hacerlos más sostenibles.

Antioquia: Origen de Cafés Especiales es un proyecto impulsado por la Gobernación de ese departamento para convencer a 94.000 familias cafeteras de que de sus tierras podría exportarse el mejor grano del mundo y que para lograrlo es necesario hacer un exitoso relevo generacional.

Hace un par de semanas, en San Jerónimo (Antioquia), a 45 minutos de Medellín, se realizó el primero de cuatro campamentos dedicados a la formación de nuevos cafeteros. En total asistieron mil hijos de caficultores, que durante una semana aprendieron nuevas técnicas de siembra, recolección y secado. Aunque se han dedicado a eso desde pequeños, había otros pasos de la cadena productiva que hasta ahora no habían explorado. Tostar, catar y darle los toques finales a la taza que se sirve son procesos igual de importantes, que muchos no conocían y que ahora varios de ellos quieren experimentar.

“Queremos vincular la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación y el emprendimiento a la cultura tradicional cafetera”, señaló el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo. Este es un relevo que implicará conservar algunas técnicas tradicionales, pero también comenzar a valerse de innovaciones tecnológicas que les permitirán producir cafés especiales, con el sello propio de los municipios antioqueños. Lo que no sólo permitirá tener un sello distintivo, sino también contar con un producto que puede valer más que los dos dólares que hoy se pagan en el exterior por cada libra café. Un producto que incluso podría venderse por más de 15 dólares.

El primer campamento estuvo dirigido a jóvenes de 80 de los 94 municipios cafeteros del departamento. El 12% de los asistentes venía de zonas como Briceño, Anorí, Valdivia e Ituango, históricamente marcadas por problemas de violencia. Algunos de ellos nunca habían salido de sus veredas, no sabían que otras familias podían manejar técnicas de producción diferentes y mucho menos sabían que para catar un café se debe sorber y escupir.

Todos fueron convocados para crear una red social a través de Facebook que terminará conectándolos para que interactúen, compartan tendencias y socialicen los avances de sus producciones. Durante el campamento quedó claro que ellos son los encargados de replicar y transmitir lo aprendido a las personas cercanas. “Tengo que decirles a mis padres, a mis familiares y a mis vecinos lo que hacemos mal y cómo mejorar el proceso”, dijo Diego Piedrahíta, un joven caficultor de Betania, un municipio del suroeste antioqueño.

En 40 de los 80 nuevos parques educativos que se construyen en Antioquia se instalarán vitrinas donde la gente podrá conocer y adquirir el café de cada región, así como conocer las características de cada cultivo, y en algunos municipios como Titiribí se instalarán cafeterías de alto nivel para probarlo.

En diciembre otros mil jóvenes participarán en el segundo campamento, para el cual se espera contar con la presencia de hijos de caficultores de los 14 municipios cafeteros que no participaron en esta primera edición. Las familias cafeteras de Antioquia reconocen que con ayuda de la Gobernación y de la Federación Nacional de Cafeteros se han hecho varios avances que las han impulsado a apreciar su propia producción y a tener la iniciativa de mejorar lo que por más de 200 años tanto ellas como sus antecesores han cultivado.

Aunque tienen claro que Colombia es el tercer país cafetero en el mundo, los caficultores no se conforman. Para ellos, la nueva industria les exige distinguirse del café que se produce en otros departamentos del país. Quieren que su producto tengan la calidad necesaria para ser reconocidos a nivel internacional como representantes del café antioqueño.

 

* Invitación de la Gobernación de Antioquia.

me.avella@gmail.com
@EstefaniaAvella

Por Estefanía Avella Bermúdez

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