Las trazas de metales como el hierro poseen una gran relevancia en el funcionamiento ecológico del océano Austral, ya que promueve el crecimiento del fitoplancton y la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera.
Hasta ahora, los científicos se habían centrado en conocer los procesos que regulan la cantidad y distribución de este metal y estudios previos habían demostrado que otros organismos, como el krill o las ballenas, tienen un papel crucial en los ciclos biogeoquímicos del hierro.