Eran las 11 de la noche cuando Nicolás*, un joven arquitecto, llegó a un bar del Parque de la 93 literalmente de ‘levante'. Se sentó en la barra, ordenó un trago de ginebra con soda y empezó a mirar en todo el bar los prospectos más atractivos para disfrutar de una noche de rumba.
Era jueves. Había más mujeres solas que de costumbre, pero a su lado llegó quien robaría su atención el resto de la noche. Lucia Katherine Morales Marín, de tan solo 18 años, también se ubicó en la barra con el pretexto de esperar a un amigo.
Por supuesto, ante los encantos de la morena, Nicolas sucumbió y terminó en una agradable y placentera conversación.
Horas más tarde estaba montado en una lujosa camioneta Nissan, que manejaba un amigo de ella, porque seguirían la rumba en el barrio San Jorge, en la localidad Rafael Uribe. "El plan era que el par de amigos llevaría a Nicolás hasta la casa de la novia de uno de ellos, pero en realidad recogieron al tercer ladrón", relataron las autoridades.
La fiesta terminó con una alta dosis de escopolamina en el cuerpo del arquitecto, la billetera en manos de la mujer y todas las intenciones de los tres delincuentes de desocupar las cuentas bancarias del joven profesional.
Gracias a la denuncia de uno de los vecinos, que observó movimientos extraños en la parte trasera del auto cuando éste llegó al barrio, los dos delincuentes restantes, identificados como Luis Augusto Rodríguez López , de 28 años y Rodrigo Saavedra Castillo, de 34 Años, fueron capturados por las autoridades antes de que pudieran robar a Nicolás.
La banda intentó huir pero fue interceptada por la Policía. En el momento de la detención, los uniformados lograron recuperar un reloj importado, un celular, una cadena de oro y dinero en efectivo, por un valor de $4.188.000.
"Es una lástima que las mujeres se presten para este tipo de fechorías. Las mujeres poco a poco van tomando parte activa en este tipo de delitos", explica el general Rodolfo Palomino, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Según él, los delincuentes utilizan frecuentemente a las mujeres para que coqueteen con sus víctimas y que sea más fácil atracarlas. No sabe por qué, aun cuando las autoridades han revelado en múltiples ocasiones esta modalidad, los hombres siguen cayendo.
El problema no es solamente el robo. En muchas ocasiones la Policía desarticula bandas que han realizado mútiples robos, pero nunca se reciben las denuncias porque en la mayoría de los casos, las víctimas tienen pareja y prefieren dejar las cosas así, antes de ser atrapados en la infidelidad.
Y es que en los primeros siete meses de este año, las autoridades han capturado a 1.599 mujeres. El mayor delito sigue siendo el tráfico de estupefacientes, con casi el 35% de los casos, pero le siguen muy de cerca el hurto a personas, fleteo y hurto a comercio, con más de 300 casos.
Además, de las 1.098 menores de 18 años capturadas, 243 han estado involucradas en este tipo de prácticas.
"En muchos casos, también utilizan a las mujeres para guardar las armas, porque creen que las autoridades no las van a requisar", agrega el general Palomino.
Por esta razón, la Policía recomendó a la ciudadanía, especialmente a los hombres, que tengan cuidado de recibir licor de personas extrañas y que en los encuentros ocasionales con mujeres, procuren no irse a lugares distintos a los establecimientos públicos.