Publicidad

Al menos un terrorista ofrece resistencia con rehenes en el Hotel Taj Mahal

Tras tomar este viernes el control del hotel Oberoi y un centro de estudios judíos, las fuerzas de seguridad indias intentan eliminar la última resistencia de un terrorista atrincherado en el hotel Taj Mahal de Bombay con al menos dos rehenes en su poder.

Agencia EFE
28 de noviembre de 2008 - 02:40 p. m.

"Se está moviendo entre dos pisos. Hay una pista de baile, donde ha cortado las luces y creado una zona de oscuridad", explicó el general Noble Thamburaj, comandante de la Región Militar del Sur de la India y encargado de coordinar la operación contra los terroristas, cuyos ataques contra varios puntos de Bombay han causado 148 muertos y 327 heridos, según datos oficiales.

Las fuerzas de seguridad oyeron esta mañana las voces de un hombre y una mujer, "por lo que es posible que haya dos o más rehenes y también que haya más de un terrorista", dijo la fuente, citada por la agencia IANS.

A lo largo del día, los comandos antiterroristas indios se hicieron primero con el control del Oberoi, que recorrieron piso por piso y habitación por habitación liberando a los huéspedes atrapados en el establecimiento, donde abatieron a dos terroristas y hallaron 24 cadáveres, según fuentes oficiales.

Entre los liberados, se encontraban dos ejecutivos de empresas españolas a los que el asalto sorprendió en una habitación del piso decimocuarto en la que han estado atrapados casi dos días.

Posteriormente, fue completada la operación en el centro judío Nariman House, un edificio de cinco pisos que suele ser frecuentado por turistas israelíes en el que las fuerzas especiales indias penetraron tras descolgarse en el techo desde helicópteros.

Los agentes se enfrentaron durante horas con los terroristas y abatieron a dos de ellos, aseguró J.K.Dutt, jefe de la Guardia Nacional de Seguridad, el cuerpo que ha llevado el peso de este operativo antiterrorista.

Según Dutt, los terroristas mataron a cinco de los ocho rehenes que mantuvieron en el centro, entre ellos el rabino y su esposa, cuyo hijo de dos años logró escapar del lugar.

Este insólito atentado contra la capital financiera de la India comenzó el pasado miércoles con un desembarco nocturno de un número indeterminado de terroristas en las proximidades del histórico hotel Taj Mahal.

Armados con ametralladoras y granadas, los terroristas sembraron el pánico en la turística zona de Colaba del sur de Bombay atacando indiscriminadamente a los ocupantes de una estación de ferrocarril, varios restaurantes y los dos hoteles de lujo en los que finalmente se atrincheraron junto al centro de estudios judíos.

La mayoría de los muertos son indios, entre ellos personal de los dos hoteles, además de 14 policías y dos comandos especiales, según el último cómputo oficial.

También han fallecido al menos diez extranjeros y otros 22 han resultado heridos, incluidos dos españoles. En la operación contra los terroristas han participado casi 500 miembros de las fuerzas indias de seguridad, que han abatido a once de ellos y aún combaten al que resiste en el Taj.

Aunque Colaba haya sido durante dos días una zona de guerra, en el resto de la ciudad se percibía este viernes una extraña normalidad y los curiosos se acercaban a presenciar las operaciones en marcha sin que se lo impidiera un cordón de seguridad.

El asalto a la Nariman House fue recibido con gritos de júbilo por la muchedumbre que lo observaba en los alrededores y que obligó a la Policía a dispersarlos advirtiéndoles de que aún no se había superado el peligro.

Aunque ayer fuentes oficiales aseguraron que habían detenido a tres de los terroristas, la cifra fue reducida a uno, identificado como un paquistaní.

El ministro indio de Exteriores, Pranab Mukherjee, reiteró las sospechas ya manifestadas ayer de que "algunos elementos en Pakistán son responsables de los ataques terroristas de Bombay" y exigió al Gobierno paquistaní que "cumpla con su compromiso de no permitir el uso de su territorio para (la organización de actos de) terrorismo contra la India".

El jefe del Gobierno indio, Manmohan Singh, pidió a su homólogo paquistaní, Yusuf Razá Guilani, el envío a la India del director de los servicios secretos de Pakistán (ISI), Ahmed Shuja Pasha, para intercambiar información sobre los atentados de Bombay.

Guilani, que aceptó la petición, había llamado por teléfono a Singh para manifestar su "fuerte condena" de los atentados y reiterar su apoyo a la India "para luchar juntos contra el extremismo y el terrorismo".

Por Agencia EFE

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar