Desde el punto de vista mecánico, BYD Shark logra una aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora en 5,7 segundos, con un motor de alta potencia de 1,5T, que alcanza una potencia máxima de más de 430 caballos, equivalente a un motor V8 de 4,0 litros.
La firma asegura que su nuevo vehículo tiene “la carrocería más grande de su segmento” con algo más de 5,4 metros de largo, 2 de ancho y 1,93 de alto.
Tiene una capacidad de volumen en la caja de carga de hasta 835 kilogramos, según BYD que ha señalado que pretende lanzar a lo largo de los próximos años este nuevo modelo en los más de 80 países en los que opera la automovilística.
“Como líder mundial en tecnología de nuevas energías, BYD mantiene su compromiso de desarrollar soluciones innovadoras para los usuarios de todo el mundo. Al introducir nuestra primera camioneta de nueva energía, BYD SHARK, demuestra que estamos preparados para redefinir el panorama de este tipo de vehículos de combustible convencional a través de una tecnología avanzada y proporcionando a los usuarios un estilo de vida caracterizado por las oportunidades ilimitadas. BYD abre así la era de las camionetas de nueva energía”, dijo la vicepresidenta ejecutiva de BYD y directora ejecutiva de BYD América, Stella Li.
Li remarcó la importancia de este nuevo segmento de movilidad de camionetas eléctricas para el futuro del negocio de la firma china hablando de las vastas zonas agrícolas que existen en el planeta y la relevancia que este segmento de las pickup tiene en el mercado.
La BYD Shark es una camioneta de tamaño mediano-grande, con una distancia entre ejes de 3260 milímetros, con una relación entre ejes del 59,7 % y su diseño interior está inspirado en las consolas de las naves espaciales. De ahí que su panel de instrumentos LCD sea de 10,25 pulgadas, con una pantalla giratoria adaptable de 12,8 pulgadas.
La firma china aseguró que la elección de México como su primer mercado es debido a su fuerte demanda de camionetas frente a los competidores estadounidenses clásicos como Ford, General Motors y Toyota.
BYD SHARK is manufactured to perfection at our state-of-the art factory.
— BYD (@BYDCompany) May 15, 2024
BYD's consistent philosophy of technology-based development has led to leading the wave in the global automobile industry. pic.twitter.com/cYUs8M3sES
La jefa regional de BYD anticipó que aun no ven a EE.UU. como un mercado potencial para su nuevo modelo de camioneta y aseguró que estarán enfocados en México, donde también advirtió que instalarán una nueva planta de manufactura en el centro del país, sin dar más detalles.
Li no dejó ver una fecha para iniciar con la construcción de la planta, pues dijo que todavía se está en conversaciones para definir el sitio; aunque esperó que se ubique un predio a finales de 2024, a fin de ver su término en entre dos y tres años. Según la ejecutiva, la planta tendría una capacidad de producción de hasta 150.000 vehículos al año.
En los último 10 años, las ventas de autos de origen chino se han incrementado de manera exponencial y han elevado su participación en el mercado mexicano hasta alcanzar una cuota de cerca de un 20 por ciento en 2023, según los últimos datos de la Asociación Mexicana de Distribuidores Automotores (AMDA).
Impacto de los aranceles en Estados Unidos
La jefa regional descartó impactos a su nuevo modelo de negocios por los aumentos de aranceles a productos chinos en Estados Unidos, especialmente por los anunciados el martes en Washington a vehículos eléctricos procedentes del gigante asiático.
El incremento al 100 % de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos, anunciado por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, es la última medida para evitar un tsunami de automóviles baratos, que EE.UU. teme que ponga fin a su industria automotriz en un año electoral en el que los demócratas han adoptado medidas proteccionistas.
En 2023, las exportaciones chinas de VE a Estados Unidos sólo fueron de 368 millones de dólares. En comparación, las exportaciones europeas de eléctricos a EE.UU. ascendieron a unos 7.400 millones de dólares ese año, según los datos oficiales. La razón de la escasa penetración de los fabricantes chinos en Estados Unidos eran los aranceles del 27,5 % que EE.UU. mantenía, hasta este martes, sobre los VE del gigante asiático.
Pero incluso con esos aranceles, los eléctricos chinos son una amenaza para los vehículos producidos en las plantas estadounidenses, tanto por los fabricantes domésticos (General Motors, Ford, Stellantis y Tesla, entre otros) o los extranjeros (Hyundai, Volkswagen y Mercedes-Benz, principalmente).
El fabricante BYD es el ejemplo más habitual sobre la amenaza que las marcas chinas suponen para las estadounidenses.
En 2023, BYD vendió la cifra récord de 3 millones de VE, lo que le convirtió no sólo en el mayor fabricante chino de eléctricos sino también del mundo, superando al hasta entonces rey del sector, Tesla.
BYD, que creó su subsidiaria BYD Auto en 2003, lleva desde 2005 produciendo VE y ha mejorado paulatinamente sus automóviles hasta convertirse en el principal rival de marcas tradicionales y la propia Tesla.
Su modelo Seagull tiene un precio de unos 20.000 dólares en Latinoamérica, una fracción de lo que cuesta el Model 3 de Tesla.