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La seguridad de un vehículo empieza literalmente en el punto de contacto con la vía: las llantas. Más allá de su función estructural, la banda de rodamiento desempeña un papel decisivo en el rendimiento de los vehículos, especialmente cuando las condiciones del terreno no son ideales. Así lo destacan los expertos de Goodyear, quienes recuerdan que la correcta interpretación del estado de la banda de rodamiento permite anticipar problemas y tomar mejores decisiones para la conducción.
Un diseño que no es casualidad
La banda de rodamiento constituye la parte externa del neumático que está en contacto directo con el asfalto. Su composición combina caucho y aditivos específicos, pero lo más relevante es que su diseño responde a criterios funcionales.
De acuerdo con los expertos de Goodyear, cada ranura, canal y bloque cumple un propósito determinado que influye de manera directa en factores como el agarre en superficies resbaladizas, la capacidad de frenado, la tracción tanto en seco como en mojado y la evacuación eficiente del agua, clave para prevenir el aquaplaning, un fenómeno que se presenta cuando la capa de agua en la vía impide el contacto entre la llanta y el pavimento, provocando la pérdida de control del vehículo.
Por otro lado, en climas cálidos, los compuestos utilizados junto con un diseño orientado a favorecer la disipación del calor ayudan a prevenir deformaciones, minimizan el desgaste irregular y contribuyen a mantener una mejor adherencia sobre asfalto caliente.
“Analizar el diseño de la banda permite entender hasta qué punto un neumático puede responder ante diferentes escenarios, desde una curva pronunciada hasta un frenado de emergencia”, destacan los expertos.
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El desgaste como señal de alerta
Además del diseño, el desgaste de la banda de rodamiento ofrece información valiosa sobre la condición del vehículo y su seguridad. Según los especialistas, un desgaste irregular podría advertir sobre posibles fallas en la alineación o la suspensión. “Si la profundidad del dibujo desciende por debajo de 1.6 mm —medida mínima permitida en muchos países— se recomienda sustituir la llanta de inmediato, ya que su capacidad de frenado y adherencia se ve seriamente comprometida", enfatizan.
Por su parte, la presencia de “zonas lisas” también representa un riesgo significativo, pues incrementa la distancia de frenado y eleva la probabilidad de accidentes. Por ello, los expertos recomiendan realizar revisiones visuales frecuentes y emplear herramientas para medir la profundidad del dibujo es una práctica esencial para mantener la seguridad del vehículo.
Para facilitar esta verificación, muchos neumáticos incorporan indicadores de desgaste (TWI, por sus siglas en inglés) que permiten al conductor identificar de manera visual cuándo es momento de reemplazar la llanta. Aun así, los voceros de Goodyear recomiendan complementar esta revisión con el uso de medidores de profundidad y realizar controles cada 5.000 kilómetros en centros de servicio autorizados.
Relación entre la banda de rodamiento y el consumo de combustible
El estado y el diseño de la banda de rodamiento no solo inciden en la seguridad, sino que también tienen un impacto directo en la eficiencia del consumo de combustible. Según los expertos, cuando esta parte del neumático presenta un diseño inadecuado o muestra un desgaste excesivo, aumenta la resistencia al rodamiento. “Esto obliga al motor a trabajar con mayor esfuerzo, lo que incrementa el consumo de combustible”, sostienen.
Además, un diseño deficiente o un desgaste irregular puede generar vibraciones y resonancias durante la marcha. Es por esto que los expertos señalan que las bandas de rodamiento suelen contar con patrones uniformes y bloques dispuestos en secuencias específicas que ayudan a reducir el ruido, manteniendo un equilibrio entre baja resistencia y una tracción adecuada.
Buenas prácticas de mantenimiento
Para prolongar la vida útil de las llantas y garantizar un rendimiento óptimo, los expertos de Goodyear recomiendan a los conductores seguir una serie de prácticas de mantenimiento.
Entre ellas se destacan:
- Revisar y ajustar periódicamente la presión de inflado, ya que una presión incorrecta acelera el desgaste de la banda de rodamiento.
- Rotar las llantas cada 8.000 a 10.000 kilómetros, equilibrando así el desgaste entre los diferentes ejes del vehículo.
- Verificar el estado del sistema de suspensión y la alineación, porque cualquier alteración en el ángulo de contacto puede provocar desgaste irregular.
- Realizar balanceos periódicos para evitar vibraciones que afecten la uniformidad del desgaste.
- Evitar sobrecargar el vehículo y reducir maniobras bruscas, que generan un mayor esfuerzo sobre la banda de rodamiento.
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