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Cambiar una llanta pinchada es una de las situaciones más frecuentes en la conducción diaria, tanto en trayectos urbanos como en recorridos por carretera. Aunque no se trata de una maniobra compleja ni exige conocimientos técnicos avanzados, conocer el procedimiento correcto y actuar con criterio puede evitar complicaciones innecesarias. Además de saber cómo reemplazar la llanta en el momento, es clave entender en qué casos una llanta pinchada puede repararse de forma segura y cuándo es necesario reemplazarla por completo.
Camilo Millán, responsable de marketing de producto en Michelin, ofrece una orientación técnica sobre este tema, diferenciando dos tipos de intervenciones: reparaciones en frío y reparaciones en caliente. De acuerdo con el experto, las reparaciones en frío aplican para daños menores, especialmente pinchazos. Estas pueden realizarse si la herida tiene un diámetro máximo de 6 milímetros en la banda de rodamiento, sin importar el código de velocidad de la llanta.
Para heridas más extensas, se recomienda la reparación en caliente o vulcanización, siempre que se respeten las especificaciones técnicas. Si el daño en la banda de rodamiento supera los 6 milímetros. Sin embargo, no se aconseja realizar ningún tipo de reparación en caliente. Millán enfatiza que siempre deben respetarse las indicaciones del fabricante del elemento de reparación, si estas difieren de las recomendaciones generales.
Pasos que se deben seguir al momento de despinchar una llanta
Una vez identificado el daño en la llanta, es fundamental seguir un procedimiento técnico que garantice una reparación segura y duradera. En el caso de las reparaciones en frío, utilizadas para pinchazos menores, Millán, detalla una serie de pasos que deben llevarse a cabo con precisión y bajo condiciones adecuadas.
El procedimiento incluye las siguientes etapas:
- Retiro del objeto que causó la perforación y marcado claro de la herida.
- Alisamiento del orificio y medición exacta de su diámetro para verificar que esté dentro de los límites permitidos.
- Cepillado del caucho interior, lo cual facilita la adherencia de los materiales de reparación.
- Aplicación de disolución (cemento especial) en la zona interna a reparar.
- Preparación de la pieza de reparación de perforación (PRP), diseñada para sellar el orificio.
- Aplicación de disolución en la PRP, asegurando una correcta adherencia.
- Inserción del PRP en la herida, tirando de la pieza desde el exterior de la llanta.
- Aplicación de cemento base en el interior, reforzando la reparación.
- Corte del excedente de caucho que sobresale en la parte externa de la llanta.
Millán recalca que este procedimiento debe ser ejecutado únicamente por personas capacitadas, que conozcan el proceso técnico y cuenten con los elementos de protección personal requeridos.
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Pasos para cambiar una llanta pinchada
Según Millán, el primer paso antes de iniciar cualquier intervención es encontrar un terreno firme y nivelado. Realizar el cambio en una pendiente o superficie inestable puede generar riesgos innecesarios. “Como medida de seguridad, no se debe introducir la cabeza entre la llanta y el guardabarros ni mantener las manos en zonas cercanas al sistema de suspensión durante el proceso”, afirma.
Millán resume los pasos básicos para cambiar una llanta de forma segura:
- Coloque el vehículo en primera marcha o reversa, según corresponda, y aplique firmemente el freno de mano.
- Afloje las tuercas de la llanta sin retirarlas completamente. Esto se hace con el carro aún apoyado en el suelo para evitar que la rueda gire.
- Ubique el gato en el punto de elevación indicado por el fabricante, generalmente señalado en el manual del usuario, y levante el vehículo hasta que la llanta quede a 8–10 centímetros del suelo.
- Retire las tuercas por completo y quite la llanta averiada.
- Coloque la llanta de repuesto, asegúrese de que esté correctamente alineada y apriete las tuercas con los dedos, sin forzar, para mantenerla en su lugar.
- Baje el gato con cuidado hasta que el vehículo repose completamente sobre la nueva llanta.
- Finalmente, apriete las tuercas con la llave de cruz, en forma de estrella o cruzada, según el número de pernos, para asegurar una fijación uniforme.
¿Qué herramientas se utilizan y cómo cambiar correctamente una llanta?
Contar con las herramientas adecuadas es un aspecto clave para realizar el cambio de una llanta de forma segura y eficiente. Aunque esta tarea no requiere conocimientos especializados, sí demanda organización, precaución y el uso correcto de ciertos elementos básicos que, como lo señala Camilo Millán, “deben estar siempre disponibles en el vehículo como parte del equipo mínimo de intervención”.
Según Millán, las herramientas esenciales incluyen un gato hidráulico o mecánico, una llave de cruz o cruceta, una llanta de repuesto en buen estado, destornilladores de pala y cruz, una llave en L, pinzas o alicates, y una linterna con función estroboscópica, especialmente útil en condiciones de poca luz.
A ello se suman los triángulos o conos reflectivos, que según el experto no solo son obligatorios por norma, sino imprescindibles para señalizar el vehículo y proteger la integridad del conductor y los demás actores viales.
Para el experto, la clave está en estar preparado: “No se trata solo de tener la herramienta, sino de saber cómo usarla de forma segura, siguiendo los pasos del procedimiento técnico y siempre bajo condiciones controladas”. Esta preparación es determinante al enfrentar un imprevisto en carretera, donde cada minuto y cada decisión cuentan.
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