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¿Cuánta batería gasta el aire acondicionado de un carro eléctrico?

Aunque los avances en eficiencia energética han permitido mejorar la gestión de recursos en los vehículos eléctricos, el consumo asociado al confort térmico sigue generando dudas legítimas entre los usuarios.

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David Vásquez Herrera
05 de julio de 2025 - 02:00 p. m.
En promedio, el uso del aire acondicionado puede representar entre un 10 % y un 15 % adicional en el consumo energético respecto a circular sin este sistema encendido.
En promedio, el uso del aire acondicionado puede representar entre un 10 % y un 15 % adicional en el consumo energético respecto a circular sin este sistema encendido.
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En la movilidad eléctrica, uno de los temas que más inquieta a los conductores es el impacto de los sistemas auxiliares sobre la autonomía del vehículo. Entre estos, el aire acondicionado ocupa un lugar destacado, especialmente en regiones con climas extremos donde su uso se vuelve indispensable. Aunque los avances en eficiencia energética han permitido mejorar la gestión de recursos en los vehículos eléctricos, el consumo asociado al confort térmico sigue generando dudas legítimas entre los usuarios.

Carlos Badillo, asesor experto de Renault, explica que el aire acondicionado en un carro eléctrico efectivamente representa una carga adicional para el sistema, ya que el compresor que permite su funcionamiento también opera con energía eléctrica. Esta demanda extra de energía repercute directamente en la autonomía del vehículo, afectando el rendimiento general durante los trayectos.

De acuerdo con Badillo, no existe un valor único de consumo energético por parte del aire acondicionado, ya que este puede variar dependiendo del diseño del sistema de climatización de cada modelo. Algunos vehículos están equipados con compresores más grandes o más pequeños, y en algunos casos se trata de sistemas de una, dos o incluso tres zonas, lo cual incide en el nivel de consumo. Sin embargo, el experto estima que, en promedio, el uso del aire acondicionado puede representar entre un 10 % y un 15 % adicional en el consumo energético respecto a circular sin este sistema encendido.

Para ilustrar el impacto en cifras, Badillo menciona que, si un carro eléctrico tiene una autonomía estimada de 400 kilómetros, el uso del aire acondicionado podría reducir ese alcance en aproximadamente 40 kilómetros, llevándolo a un rendimiento real cercano a los 360 kilómetros. Esta cifra, no obstante, puede variar según varios factores como el clima, el tipo de terreno y el estilo de conducción.

El experto también advierte que, en ciertas condiciones, prescindir del aire acondicionado no representa una solución eficiente. En zonas cálidas, por ejemplo, la alternativa sería abrir las ventanas para ventilar el habitáculo. Pero esta acción genera una mayor resistencia al avance del vehículo, conocida como “efecto paracaídas”, que obliga al motor a trabajar más y, por tanto, también incrementa el consumo energético.

En consecuencia, aclimatar el interior del vehículo—ya sea con aire acondicionado o ventilación natural—siempre representará un gasto energético adicional que el usuario debe considerar.

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Tipo de motorización en el consumo energético del aire acondicionado

Uno de los interrogantes frecuentes entre los conductores es si existe una diferencia significativa en el consumo energético del aire acondicionado según se trate de un vehículo eléctrico, híbrido o híbrido ligero. Frente a esta duda, Badillo aclara que más allá del tipo de motorización, lo que realmente determina el nivel de consumo es la forma en que esté implementado el sistema de climatización en cada vehículo.

Según Badillo, para que un vehículo cuente con aire acondicionado necesita, entre otros componentes esenciales, un compresor y un ventilador. El compresor es el encargado de enfriar el aire y puede ser accionado de dos maneras: de forma mecánica, mediante una correa conectada al motor, o de forma eléctrica, a través de un sistema independiente. Esta última alternativa es cada vez más común en tecnologías recientes, especialmente en vehículos con asistencia eléctrica.

Cuando el compresor se acciona mecánicamente, su funcionamiento impone una carga adicional sobre el motor térmico, lo que se traduce en un mayor esfuerzo y, por ende, un mayor consumo, ya sea de combustible o de electricidad, según el tipo de propulsión del vehículo. En cambio, si el sistema es completamente eléctrico, la demanda energética recae directamente sobre la batería. En este escenario, los vehículos 100 % eléctricos, o aquellos cuya motorización tiene una alta participación eléctrica, son los más sensibles a esta demanda adicional.

En resumen, lo que determina el impacto del aire acondicionado en el consumo energético no es tanto si el vehículo es híbrido, híbrido ligero o eléctrico puro, sino la arquitectura del sistema de climatización. Como concluye Badillo, “no depende tanto del tipo de motor, sino más bien de cómo esté configurado el sistema del aire acondicionado”. Esta perspectiva técnica permite entender que el diseño del sistema es clave para anticipar cuánto influirá el uso del aire acondicionado en la autonomía del vehículo.

Factores que influyen en el consumo energético y recomendaciones de uso

El funcionamiento del aire acondicionado en un carro eléctrico no depende únicamente del diseño del sistema o del tipo de motorización, sino también de varios factores externos e internos que influyen directamente en su consumo energético. Según explica Badillo de Renault, uno de los principales determinantes es la temperatura ambiente. A mayor calor en el entorno, mayor será la demanda sobre el sistema de climatización, lo que inevitablemente se traduce en un incremento del consumo energético, especialmente en vehículos eléctricos donde toda la energía proviene de la batería.

Además de las condiciones térmicas, otros elementos también pueden incidir. La velocidad a la que se desplaza el vehículo, por ejemplo, puede influir en la eficiencia con la que el sistema de aire acondicionado logra aclimatar el habitáculo. Asimismo, el estado general del sistema es un aspecto clave. Badillo subraya que si el filtro del aire acondicionado —encargado de evitar que ingresen partículas al interior— está obstruido o no ha recibido el mantenimiento adecuado, el sistema tendrá que trabajar con mayor intensidad para cumplir su función. Esto no solo genera un aumento en el consumo energético, sino también un desgaste innecesario de sus componentes.

Frente a este panorama, la principal recomendación del experto para reducir el impacto del aire acondicionado sin comprometer el confort es realizar un mantenimiento adecuado. “No hay otra forma más eficiente de controlar el consumo que tener el sistema en óptimas condiciones”, afirma. Esto implica mantener el filtro limpio, verificar el estado del compresor y garantizar un flujo de aire continuo y sin bloqueos. Solo así es posible evitar que el sistema se sobreexija y genere un consumo superior al necesario.

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David Vásquez Herrera

Por David Vásquez Herrera

Periodista de la Universidad Uniminuto, con diplomado en comunicación estratégica para las organizaciones.@davas_fcdvasquez@elespectador.com

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