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¿Bañarse durante una tormenta eléctrica? Conozca los riesgos

Cree estar a salvo en casa, pero mientras el agua corre por su piel, millones de voltios podrían estar descendiendo por las tuberías directo hacia usted. Un experto lo explica.

Diego Alejandro Suárez Guerrero
15 de junio de 2025 - 12:00 a. m.
Cree estar a salvo en casa, pero mientras el agua corre por tu piel, millones de voltios podrían estar descendiendo por las tuberías directo hacia ti.
Cree estar a salvo en casa, pero mientras el agua corre por tu piel, millones de voltios podrían estar descendiendo por las tuberías directo hacia ti.
Foto: Getty Images
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Cuando el cielo ruge y se parte con un destello eléctrico, muchos corren a cerrar ventanas, apagar dispositivos o simplemente mirar por la ventana con respeto. Sin embargo, pocos son conscientes de que hay un acto cotidiano que puede convertirse en una actividad letal durante una tormenta eléctrica: bañarse.

Aunque suene improbable, incluso absurdo para algunos, la ciencia respalda la advertencia. El riesgo de sufrir una descarga eléctrica mientras uno está en contacto con agua corriente, sobre todo en la ducha, es mucho más real de lo que la mayoría imagina.

“No se trata de sembrar pánico ni supersticiones. Se trata de física básica y sentido común. El agua es un excelente conductor de electricidad, pero no es solo eso: las tuberías, el sistema de fontanería metálico, incluso los calentadores eléctricos pueden volverse vehículos perfectos para la corriente si un rayo cae cerca de la casa”, explica Andrés Lozano, ingeniero eléctrico con maestría en seguridad electromagnética y asesor técnico en sistemas de protección contra descargas atmosféricas.

Según el Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS), cada año cerca de 20 a 30 personas resultan heridas o muertas en espacios interiores durante tormentas eléctricas, en situaciones aparentemente seguras, como lavar los platos, ducharse o incluso tocar un grifo. La explicación científica es tan lógica como preocupante: el rayo, al impactar el suelo o una estructura cercana, puede seguir caminos de menor resistencia, como cañerías metálicas, agua corriente o incluso el cableado eléctrico.

“El error está en pensar que porque uno está bajo techo, está a salvo. En la mayoría de casas construidas en el siglo XX y muchas actuales, las instalaciones de agua siguen siendo metálicas. Si un rayo impacta en el sistema eléctrico o en una cañería externa, esa energía puede entrar directamente a la vivienda y buscar salida a través de cualquier persona que esté en contacto con el agua. Y cuando decimos ‘cualquier persona’, eso incluye a alguien tomando una ducha o lavándose las manos”, advierte Lozano.

Para entender la magnitud del peligro, es importante recordar que un solo rayo puede contener hasta 300 millones de voltios y alcanzar temperaturas de hasta 30,000 grados Celsius, cinco veces más calientes que la superficie del sol. Esa cantidad de energía no necesita impactar directamente en una persona para matarla. Basta con que viaje a través de una superficie conductora hasta alcanzar un cuerpo humano.

“Las personas no se electrocutan por ‘culpa’ del agua. Se electrocutan porque el cuerpo humano también es conductor. Cuando estás en la ducha, tu piel está mojada, tus pies descalzos hacen contacto con el suelo húmedo, y estás tocando una llave metálica o bajo un tubo que lleva agua a presión. Es el escenario perfecto para que la electricidad te atraviese. No distingue entre caños o tejidos. Solo busca el camino más fácil para disiparse”, asegura Lozano.

Aunque muchos piensan que estos eventos son raros, existen registros claros. Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine documentó un caso ocurrido en el estado de Colorado, EE. UU., donde una mujer de 34 años sufrió quemaduras internas severas después de que un rayo impactara cerca de su casa mientras ella se duchaba. La descarga eléctrica viajó por las tuberías, entró por la regadera y salió por su pie derecho. Sobrevivió, pero con secuelas neurológicas.

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“La gente necesita entender que el rayo no siempre ‘cae’ de forma espectacular sobre una persona. A veces cae en un árbol, en un poste de luz o en una antena, y desde ahí se dispersa por el sistema de distribución eléctrica o por el sistema hidráulico. Cuando hay una tormenta, el agua de tu casa puede estar literalmente cargada con millones de voltios sin que lo notes. Solo lo notas cuando ya es demasiado tarde”, enfatiza el experto.

En 2020, un informe del National Lightning Safety Council reveló que al menos el 30 % de las muertes por rayos en áreas residenciales ocurrieron mientras las personas estaban en interiores, la mayoría relacionadas con el uso de agua corriente o aparatos conectados a la red eléctrica. Y aunque los sistemas modernos usan tuberías de PVC, que son no conductoras, muchas casas aún cuentan con secciones metálicas o calentadores eléctricos con conexiones a tierra que pueden transmitir la carga.

La falsa seguridad del hogar

Lozano insiste en que la costumbre de pensar que el hogar es completamente seguro frente a tormentas es errónea y peligrosa. “No hay que tenerle miedo a la tormenta, hay que tenerle respeto. No es exagerado dejar de ducharse, lavar platos o usar lavadoras durante una tormenta. Es una simple medida de precaución que puede salvar tu vida”.

Incluso, instituciones de renombre como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) recomiendan enfáticamente no bañarse ni utilizar agua corriente mientras haya actividad eléctrica en la zona. Su lema es claro: “Cuando truene, vete a resguardar” (When thunder roars, go indoors), pero también advierten que resguardarse implica más que solo estar bajo techo.

En palabras de Lozano: “Hay que pensar en una tormenta como una red eléctrica invisible, impredecible y violenta. Cada cable de la red, cada tubo de agua, cada electrodoméstico puede convertirse en un conductor potencial. Si usted no se conectaría a un toma eléctrico con los pies mojados, ¿por qué se baña con rayos?”

Mitos comunes

A lo largo de los años, se han difundido ciertos mitos sobre la seguridad en casa durante tormentas, algunos de los cuales resultan incluso contraproducentes. Uno de los más comunes es que “si uno vive en un apartamento, no hay peligro”. Nada más alejado de la realidad.

“Los edificios altos están más expuestos a los impactos directos de rayos. Aunque tienen pararrayos y sistemas de protección, la descarga puede igual ingresar por el sistema eléctrico o hidráulico. Mientras más alto vivas, más precaución deberías tener”, aclara Lozano.

Otro mito es que si no hay lluvia, no hay riesgo. Pero los rayos pueden alcanzar hasta 15 kilómetros de distancia del centro de una tormenta. Es decir, puede estar soleado donde usted está y aun así recibir una descarga mortal. El mismo estudio de The New England Journal of Medicine cita varios casos de descargas por rayos en condiciones sin lluvia visible.

Recomendaciones clave

El doctor Lozano recomienda que ante cualquier indicio de tormenta eléctrica —aunque aún esté lejos— se tomen las siguientes medidas preventivas:

• Evitar ducharse o bañarse hasta al menos 30 minutos después del último trueno.

• No usar lavadoras, lavaplatos ni sistemas eléctricos conectados al agua.

• No manipular grifos ni mangueras, especialmente si hay cañerías metálicas.

• Desconectar electrodomésticos no esenciales para evitar sobretensiones.

• No utilizar teléfonos fijos, solo celulares no conectados a cargadores.

“El agua limpia, la ducha caliente, todo eso puede esperar. La vida no. Hay que pensar más allá del instante. Una descarga puede causar parálisis, quemaduras internas, daños cardíacos o incluso la muerte. Y todo por no esperar media hora”, sentencia Lozano.

Diego Alejandro Suárez Guerrero

Por Diego Alejandro Suárez Guerrero

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en comunicación creativa y medios emergentes.dasuarez@elespectador.com

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