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¿Cambian los orgasmos al llegar la menopausia? Esto dice una sexóloga

Más del 60% de las mujeres posmenopáusicas reportan dificultades para alcanzar el orgasmo, pero solo el 14% busca ayuda médica. ¿Qué cambios afectan el placer femenino y por qué casi nadie habla de ellos?

Diego Alejandro Suárez Guerrero
12 de junio de 2025 - 12:15 a. m.
Más del 60% de las mujeres posmenopáusicas reportan dificultades para alcanzar el orgasmo, pero solo el 14% busca ayuda médica.
Más del 60% de las mujeres posmenopáusicas reportan dificultades para alcanzar el orgasmo, pero solo el 14% busca ayuda médica.
Foto: Getty Images
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La menopausia sigue siendo un tema rodeado de tabúes, silencios y desconocimiento, especialmente en lo que respecta a la vida sexual. Uno de los aspectos más impactados y menos abordados es el orgasmo femenino. Mientras que la fertilidad ocupa los titulares, los cambios en la respuesta sexual suelen quedar relegados al ámbito privado, generando frustración, inseguridad y muchas veces, aislamiento emocional.

“El orgasmo durante la menopausia no desaparece, pero sí cambia, y esos cambios no deben tomarse a la ligera”, afirma la doctora Marcela Borrero, ginecóloga y sexóloga del Instituto Nacional de Salud de la Mujer (INSAMU) en Bogotá.

La menopausia marca el final de la menstruación y, con ella, una disminución drástica en la producción de estrógenos y progesterona, hormonas que no solo regulan la ovulación, sino que también tienen un papel fundamental en la función sexual femenina.

“Los estrógenos están directamente relacionados con la lubricación vaginal, la elasticidad de las paredes vaginales y el flujo sanguíneo a la zona pélvica”. Cuando disminuyen, se produce sequedad, molestias durante el coito y una menor sensibilidad en el clítoris y otras zonas erógenas. Todo esto puede hacer que alcanzar el orgasmo sea más difícil”, explica Borrero.

Pero la afectación no se detiene en lo físico. Según la especialista, la testosterona, comúnmente asociada a los hombres, también tiene un rol clave en el deseo sexual femenino. Durante la menopausia, sus niveles también caen, lo cual puede reducir drásticamente la libido.

“Hay mujeres que describen que antes bastaba un beso para sentir excitación, y ahora ni siquiera sienten deseos. Y esto no es psicológico, es bioquímico. Pero claro, la psicología también se ve afectada cuando uno deja de sentirse deseable o conectada con su cuerpo”, comenta Borrero.

Cambios en la respuesta orgásmica

La doctora Borrero insiste en que el orgasmo es una respuesta fisiológica compleja, que involucra vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas, músculos pélvicos y, por supuesto, un componente emocional y psicológico.

“Durante la menopausia, muchas mujeres reportan que los orgasmos son menos intensos o más difíciles de alcanzar. Esto puede deberse a la reducción del flujo sanguíneo, pero también al debilitamiento del suelo pélvico, que afecta las contracciones musculares típicas del orgasmo”, indica.

Otra alteración frecuente es la anorgasmia adquirida, es decir, la pérdida de la capacidad de tener orgasmos a pesar de haberla tenido en el pasado. “Esto no es infrecuente y puede generar mucha angustia, especialmente cuando no se tiene una red de apoyo o un profesional con quien hablarlo”, señala la experta.

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El silencio que pesa

Según un estudio publicado por The Journal of Sexual Medicine en 2020, más del 60% de las mujeres posmenopáusicas reportaron alguna alteración en su vida sexual, siendo la dificultad para alcanzar el orgasmo una de las más frecuentes. Sin embargo, solo un 14% de ellas habían consultado con un médico sobre el tema.

“La cultura juega un papel enorme. Nos han enseñado que la sexualidad tiene fecha de caducidad, que después de cierta edad ya no se espera placer, y que hablar de ello es vergonzoso. Muchas mujeres llegan a mi consulta con miedo de parecer ‘ridículas’ por querer seguir disfrutando del sexo”, asegura Borrero.

La especialista recalca que el problema no es la menopausia en sí, sino la desinformación que la rodea. “Con conocimiento, apoyo médico y emocional, y algunas adaptaciones, muchas mujeres pueden vivir una sexualidad plena, incluso más libre que antes, porque ya no hay miedo al embarazo ni a ciertas presiones sociales”.

Soluciones y estrategias

El abordaje de los cambios sexuales en la menopausia debe ser integral. Según Borrero, el tratamiento hormonal sustitutivo puede ser una opción efectiva para muchas mujeres, aunque no es apto para todas.

“Lo primero es individualizar. No todas las mujeres van a necesitar hormonas. Algunas se benefician mucho de lubricantes y humectantes vaginales, otras necesitan fisioterapia del suelo pélvico, y otras simplemente requieren acompañamiento emocional o una nueva forma de entender su cuerpo”, puntualiza.

Además de lo médico, la educación sexual es clave. “Es importante que la mujer entienda que el orgasmo no solo depende de la penetración ni del clítoris. Existen múltiples formas de estimulación y muchas zonas erógenas que a veces se redescubren después de los 50”.

Por eso, recomienda ejercicios de autoexploración, el uso de juguetes sexuales, comunicación con la pareja y, en algunos casos, terapia sexual.

“El deseo no muere con la menopausia, pero sí cambia de forma. Algunas mujeres sienten un deseo más centrado en lo emocional, en la conexión, en la intimidad. Y eso también es válido y profundamente placentero”.

El impacto psicológico

Para muchas mujeres, los cambios hormonales van acompañados de sentimientos de pérdida: de juventud, de fertilidad, de identidad. Todo esto puede minar la autoestima y, por ende, la respuesta sexual.

“La mente es el órgano sexual más poderoso. Si una mujer se siente desconectada de sí misma, si tiene vergüenza, tristeza o ansiedad, es muy difícil que se relaje lo suficiente para disfrutar del sexo”, dice Borrero.

El acompañamiento psicológico puede ser fundamental. “Yo siempre recomiendo terapia si hay síntomas de depresión, si la mujer siente que ha perdido su deseo por completo, o si el tema genera conflicto con la pareja. El orgasmo no se recupera a la fuerza, sino con paciencia y empatía”.

A pesar de los retos, la doctora Borrero es optimista. “Cada vez más mujeres están hablando de esto, buscando ayuda, investigando. Eso ya es un cambio enorme”.

En Colombia, iniciativas como el programa de salud sexual del INSAMU están comenzando a incluir el tema en sus charlas comunitarias y jornadas de atención. “Queremos que las mujeres sepan que no están solas, que tienen derecho al placer en todas las etapas de su vida”, afirma.

Diego Alejandro Suárez Guerrero

Por Diego Alejandro Suárez Guerrero

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en comunicación creativa y medios emergentes.dasuarez@elespectador.com

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@;-)=B:-(=(4444)12 de junio de 2025 - 01:55 a. m.
Muy buena columna felicitaciones,
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