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El orgasmo es la contracción involuntaria de algunos músculos de la región pélvica acompañado de una sensación de intenso placer.
“Más que tipos, uno puede tener orgasmos con estímulos muy excitantes o placenteros. Por eso es importante conocer las zonas erógenas que te dan placer al ser tocadas, besadas, acariciadas o estimuladas”, dice la sexóloga Carolina González.
En esa línea, el doctor Pablo Andrés Rodríguez Camargo, director de la Maestría en Salud Sexual y Reproductiva en la Universidad El Bosque, explica que la idea de que existen “tipos” de orgasmo ha sido ampliamente difundida, pero también ha generado confusión.
“A lo largo de la historia, se han propuesto distintas clasificaciones (vaginal, clitoriano, uterino, mixto, entre otros), pero hoy sabemos que estas etiquetas no representan entidades fisiológicas separadas, sino variaciones de una misma respuesta sexual que puede activarse a través de múltiples rutas”, explicó.
Así las cosas, las clasificaciones más comunes y contextualizadas desde la evidencia científica y la sexología clínica son:
Orgasmo por estímulo del clítoris
Se trata del más ampliamente estudiado y fisiológicamente reconocido.
Vale la pena mencionar que el clítoris, órgano cuya única función es el placer, contiene más de 8.000 terminaciones nerviosas (más que el glande del pene).
“La estimulación directa o indirecta del clítoris activa una compleja respuesta neurológica que culmina en el orgasmo. La mayoría de las mujeres (más del 70 %) requieren algún tipo de estimulación en el clítoris para alcanzar el orgasmo, incluso durante la penetración vaginal”, dice Rodríguez.
González agrega que si bien la única función del clítoris es dar placer, no es el órgano más importante. “El que se debe estimular es el cerebro y los sentidos para tener diferentes orgasmos”.
Aunque se lo asocia con la estimulación externa, “el clítoris es un órgano en forma de Y invertida, con ramas internas que se activan también desde la vagina. Por eso hoy se prefiere hablar de ‘origen del estímulo’ más que de ‘tipo de orgasmo’”, aclara el especialista.
Orgasmo por estímulo vaginal
Durante mucho tiempo se consideró como un tipo de orgasmo separado, incluso “más maduro”, lo que generó presión e inseguridad.
Sin embargo, “no hay evidencia neurofisiológica que lo separe del orgasmo por estimulación del clítoris. La estimulación vaginal puede provocar orgasmo porque indirectamente activa las ramas internas del clítoris y áreas erógenas como el llamado punto G, que no es una estructura anatómica única, sino una zona sensible con alta concentración nerviosa (controvertida aún en investigación)”, explica Rodríguez.
Vale la pena mencionar que las mujeres que logran orgasmos con penetración suelen tener una configuración anatómica que permite la estimulación indirecta del clítoris.
“El orgasmo por estimulo vaginal no es independiente del clítoris. Es una variante del mismo fenómeno fisiológico”, asegura Rodríguez.
Orgasmo mixto o combinado
Es el que se alcanza a través de la combinación simultánea de estimulación en el clítoris y la vagina (o de otras zonas erógenas).
“Algunas mujeres reportan orgasmos más intensos cuando se combinan estímulos.Puede incluir estimulación del clítoris, punto G, labios, senos, cuello, ano u otras zonas”, dice Rodríguez.
Además, González reitera que el clítoris es un aliado en el orgasmo, “pues lo más importantes es cómo lo siente cada persona. Hay que estimularlo por fuera con el roce, pene, dedos, sexo oral, juguete, entre otros. O por dentro, que es cuando se logra la estimulación de la zona G- También se puede combinado”.
Este tipo de orgasmo revela la riqueza de la respuesta sexual femenina, que no está limitada a un solo foco anatómico.
Orgasmos a través de zonas no genitales
En ciertos contextos, mujeres reportan orgasmos sin estimulación genital directa.
Por ejemplo, por la estimulación de pezones, por el uso de fantasías, presión abdominal, meditación o incluso durante el ejercicio físico intenso (coregasm).
“Estos eventos se explican por la interconexión neurológica entre distintas áreas erógenas (especialmente el nervio pélvico y el nervio vago, que no pasa por la médula espinal, lo que explica orgasmos en personas con parálisis)”, explica el especialista.
Estos casos muestran que el orgasmo no es solo físico, tiene un fuerte componente mental y emocional. De ahí la importancia de González de estimular el cerebro, el principal órgano para la sexualidad.
Orgasmo cervical
Algunas investigaciones (Perry & Whipple, 2010) describen orgasmos derivados de la estimulación profunda del cuello uterino, pero aún se encuentra en discusión.
“Se trataría de una activación sensorial distinta (vía nervio vago), menos común, pero reportada en estudios con imágenes funcionales. No todas las mujeres lo experimentan y puede requerir un contexto de alta excitación emocional y física”, dice Rodríguez.
Sin embargo, debe tener en cuenta que no debe confundirse con dolor profundo durante la penetración, que puede ser señal de disfunción o condición médica.
¿Cuántos orgasmos puede tener una mujer?
A diferencia de los hombres, explica el especialista, muchas mujeres no tienen un período refractario absoluto. Esto significa que pueden experimentar más de un orgasmo en una misma relación sexual si continúa la estimulación o autoestimulación (masturbación).
De acuerdo con el especialista:
- Se conocen como orgasmos múltiples.
- No son universales ni necesarios para tener una experiencia satisfactoria.
- La clave es el conocimiento del cuerpo, el ambiente de confianza y la ausencia de presión.
Vale la pena mencionar que los tipos de orgasmo no deben verse como logros ni metas, sino como posibilidades del cuerpo. “La sexualidad femenina no se reduce a una fórmula. Cada experiencia es única y válida. Más que encasillar, el objetivo es educar, explorar con libertad, y vivir la sexualidad desde el bienestar, el consentimiento y el autoconocimiento”, puntualiza Rodríguez.
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