“Probé el matcha por primera vez en 2010. En ese momento alguien me dijo: ‘Esto se va a volver tendencia’, y aunque lo escuché, no lo creí. Años más tarde, viviendo en Los Ángeles, me di cuenta de que en casi cada esquina había una cafetería donde servían matcha en todas sus formas: lattes, smoothies, shots... Fue ahí cuando empecé a explorarlo”, cuenta Katherine Porto, experta en té y fundadora de MatchaMor, una marca de bienestar creada en 2019.
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El té matcha proviene de la planta Camellia Sinensis y tiene un meticuloso y lento proceso de producción que se hace, principalmente, en Kioto y Nishio, en Japón, en el que las hojas de té se cultivan bajo la sombra, se extienden sobre una superficie plana para que se sequen, luego se separan los tallos y se muelen en molinos de piedra para conseguir el polvo fino y verde.
En redes sociales son cientos de marcas y personas que muestran el proceso de preparación en el que el polvo se mezcla con agua caliente y se consume en lattes, postres y batidos. Además, en casi cualquier tienda de productos saludables se consigue.
De acuerdo con la empresa de investigación de mercados Mordor Intelligence, el tamaño del mercado de matcha fue de US$4,25 mil millones en 2024 y se estima que alcance los US$6,68 mil millones en 2029.
Vale la pena mencionar que el té es atractivo desde su color hasta por sus beneficios, que expertos en alimentación saludable recomiendan. “El té matcha está en furor, y no es casualidad. En un mundo lleno de prisa, pantallas y estimulación constante, el matcha ofrece todo lo contrario: enfoque, energía limpia y calma. Es una bebida que te centra. Contiene cafeína, sí, pero también L-teanina, un aminoácido que ayuda a reducir la ansiedad y balancea los efectos de la cafeína. Por eso brinda una energía prolongada, sin el bajón ni la sobreexcitación que a muchas personas nos da el café. Es como estar despierta, pero en paz”, asegura Porto.
En esa línea, Maite Cantero, coordinadora del laboratorio de investigación de Inexmoda, menciona que la sostenibilidad está transformando todas las industrias, desde la moda, pasado por el maquillaje y hasta la alimentación. “Los orientales tienen una gran conciencia del bienestar y el autocuidado. En Occidente está el ‘boom’ de productos como el maquillaje coreano o el matcha, porque estamos desesperados por buscar una mejor forma de vida. La occidental no es suficiente”.
Julieth Acevedo, creadora de la marca Matchali, menciona que, aunque el producto está en tendencia, ella lo trajo a Colombia hace cinco años por bienestar y salud. “No es una tendencia pasajera, llegó para cambiar los hábitos de millones de personas, así como ha pasado en la cultura oriental. Tiene beneficios en energía, antioxidantes, activación del metabolismo y mejora nuestro ánimo. Es una costumbre asiática que llegó a este continente para quedarse”.
Los estudios sobre el matcha no permiten afirmar sus beneficios para la salud. Sin embargo, Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología y jefe del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, dijo recientemente al New York Times, que las investigaciones sobre el té verde indican que es una bebida saludable. Así las cosas y aunque no se tienen pruebas similares en el caso del matcha, “dado que contiene los mismos ingredientes que el té verde, pero en concentraciones mucho mayores, es probable que podamos deducir que ofrece los mismos beneficios”.
Sin embargo, factores como el aumento en su precio y las dificultades para su producción, pues requiere que se haga en cultivos con condiciones controladas, pueden afectar el crecimiento del mercado. Asimismo, su popularidad ha aumentado su demanda entre los principales importadores del producto (China, India y Estados Unidos).
Por ejemplo, durante 2021, la creciente demanda de té verde matcha en polvo en Estados Unidos impulsó las exportaciones del producto de Japón, según Mordor Intelligence. Ante el aumento en su demanda, se espera que otros países puedan ofrecer otros tipos de tés matcha, sin perder sus propiedades.
“Aunque muchos lo asocian solo con Japón, el matcha realmente nació en China. Fueron los chinos los primeros en moler la hoja entera. Japón lo ritualizó y creó una cultura exquisita a su alrededor, por eso escuchamos tanto sobre ‘grado ceremonial’. Pero también hay matchas increíbles en China y Corea. Lo importante es su origen, su frescura, el color vibrante, el sabor limpio y la ética del cultivo”, dijo Porto.
El Molino Verde es una tienda agroecológica que ofrece el producto tanto en presentaciones pequeñas como industrias, y mencionan que el furor también responde a su popularización en redes sociales. “Nuestro matcha es culinario y comercial importado de China. En el mercado existen desde el prémium hasta el ceremonial (que es cultural, tiene un ritual y un proceso de preparación). No obstante, creemos que este último lo han vuelto comercial, lo que eleva su precio”.
Así las cosas, los expertos aseguran que no solo se trata de una tendencia, sino una herramienta de bienestar. “Se están transformando las conversaciones entre Oriente y Occidente. Aunque se volvió una moda, se convertirá en una obligación. Nos estamos gastando los recursos, y todas las industrias se deben replantear. La sostenibilidad tiene que estar presente en todos los aspectos de la vida humana”, puntualiza Cantero.