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Durante gran parte de la historia, la sexualidad en la tercera edad ha sido objeto de silencios y prejuicios. Sin embargo, estudios y testimonios revelan que mantener deseo sexual después de los 60 años no solo es común y normal, sino saludable.
Un estudio llevado a cabo en Almería (España), publicado en junio de 2025, examinó a 400 personas mayores de 65 años, tanto residenciadas en instituciones como en comunidad. Utilizando cuestionarios como el Inventario de Deseo Sexual, el Cuestionario Español de Dolor y la escala WHOQOL‑BREF de calidad de vida, los investigadores encontraron que el deseo sexual está estadísticamente correlacionado con una mayor calidad de vida.
En otras palabras, quienes gozan de un buen estado físico y emocional mantienen un deseo sexual activo, siempre y cuando el dolor se encuentre bajo control. El modelo estadístico reveló que:
• A mayor dolor, menor deseo y peor calidad de vida.
• A mayor calidad de vida, mayor deseo sexual.
Estos hallazgos subrayan la importancia de reducir el dolor crónico y fomentar actividades que favorezcan una vida plena en el envejecimiento.
Por otro lado, el estudio sugiere que alrededor del 46 % de las personas mayores de 60 años en países como Suecia siguen siendo sexualmente activas. En particular, entre los hombres, la actividad sexual varía entre el 40 % y el 91 %, y en las mujeres en un 25 % al 78 %, dependiendo del criterio que se utilice para definir qué es “actividad sexual”.
Para arrojar luz sobre este tema, Sexualidad El Espectador consultó al doctor Javier Morales, sexólogo especializado en personas mayores, quien cuenta con más de dos décadas de experiencia atendiendo parejas y personas mayores.
“El deseo sexual no tiene fecha de caducidad. A menudo escucho que a los 60 años ‘ya no debería haber nada’, pero ese es un prejuicio, no una ley biológica”, afirma Morales.
Según explica el especialista, el deseo es un componente complejo que involucra aspectos físicos, emocionales y sociales:
1. Físicos: factibles de abordar con tratamiento médico o cambios en el estilo de vida.
2. Emocionales: mayor serenidad, menos ansiedad y mayor autoestima suelen acompañar a quienes envejecen bien.
3. Sociales: la jubilación, menos obligaciones laborales o familiares permite dedicar tiempo a la pareja o a la exploración personal.
“He escuchado personas de 70 y 80 años decir que viven la mejor etapa sexual de su vida: más conscientes, liberadas de presiones, con una sexualidad más íntima”, dice el especialista.
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Cambios fisiológicos: adaptación, no desaparición
Aunque existen transformaciones naturales con la edad, esto no impide una sexualidad placentera. Por ejemplo, en las mujeres, se produce una disminución de estrógenos, lo que genera menor lubricación vaginal y atrofia de tejidos. Por su parte, en los hombres, desciende la testosterona y aumenta el tiempo requerido para lograr la erección y el orgasmo.
Pero la sexualidad no se reduce al coito o al orgasmo. De acuerdo con el experto, se abre espacio a caricias, erotismo psíquico y nuevas formas de conexión. La experiencia y la intimidad emocional pueden aportar un placer orgánico novedoso, más tranquilo pero igual de intenso.
Obstáculos comunes y cómo enfrentarlos
Dolor crónico y condiciones médicas: el estudio español mostró cómo el dolor disminuye el deseo sexual. Abordarlo es fundamental: fisioterapia, manejo del dolor, optimización de enfermedades crónicas.
Cambios hormonales y efectos secundarios de fármacos: medicamentos frecuentes en mayores (antidepresivos, antihipertensivos) pueden afectar la libido. Una revisión médica cuidadosa permite ajustar dosis y alternar fármacos.
Barreras emocionales y generacionales: la pena por el fallecimiento de la pareja o los estigmas sociales pueden inhibir el dese. La consulta psicológica o terapéutica puede ayudar a resignificar la sexualidad, con herramientas de comunicación y autoaceptación.
Falta de diálogo médico: médicos suelen no preguntar sobre la vida sexual de sus pacientes mayores. Abordar este tema desde la medicina primaria es clave.
Según el estudio, en países como Argentina y España desde principios de 2025 se habla sobre una “nueva revolución sexual” en mayores de 60 años, en la que el 46 % declara estar activo y los sexólogos perciben un cambio generacional que empodera una sexualidad más consciente y plena. Este movimiento rompe estereotipos y promueve una sexualidad centrada en la calidad de la vivencia, no en la frecuencia.
Recomendaciones prácticas
El doctor Morales ofrece una guía para quienes quieren mantener activo el deseo:
1. Comunicación: hablen con la pareja abiertamente sobre qué les gusta, sin presión de rendimiento.
2. Revisión médica: soliciten al menos una consulta sobre salud sexual, fármacos y condiciones crónicas.
3. Actitud positiva: entiendan el envejecimiento como evolución, no como pérdida.
4. Estimulación diversa: incorporen caricias, fantasías, herramientas de lubricación y adaptaciones a la comodidad.
5. Red de apoyo: grupos de edad y terapias pueden ofrecer contención emocional y compartir experiencias.
