
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La fisiología del sueño se modifica con los años. Comienza a ser normal que las ganas de dormir aparezcan más temprano, que el sueño sea más ligero y que se interrumpa varias veces durante la noche. Es por eso que, al despertar, puede pasar que se sienta un descanso “a medias”.
Y aunque estos cambios pueden generar preocupación, en muchos casos hacen parte de los procesos normales del envejecimiento: con el paso de los años, disminuyen las fases de lo que se denomina “sueño profundo” y predominan las etapas que son más ligeras: más sensibles al ruido, al movimiento o a cualquier molestia física.
El primer período de sueño REM —que es indispensable para la recuperación del cansancio— se demora más en aparecer y ocupa menos tiempo del total de la noche. Así lo explican los neurólogos C. Echávarri y M. E. Erro, de la Clínica Psicogeriátrica Josefina Arregui y del Hospital de Navarra, en su estudio sobre los trastornos del sueño en personas mayores.
Es por eso que, durante el día, algunos adultos pueden sentirse más somnolientos, con menor nivel de concentración o que experimenten cambios de humor constantemente.
Factores que afectan la calidad del sueño en adultos mayores
Además de las causas naturales que mencionamos anteriormente, puede aparecer dolor crónico, artritis, enfermedades cardiovasculares o neurológicas, nicturia (ganas de orinar por la noche), depresión, consumo de alcohol, cafeína o nicotina y algunos medicamentos, según explica el portal médico Medline.
Pero despertarse varias veces durante la noche no siempre es señal de enfermedad. Hay que fijarse, por el contrario, en los síntomas o reacciones que se presentan en el día. Eso incluye la somnolencia excesiva, dificultad para estar atentos, estar desorientados en los horarios o que aumente el riesgo de caídas sin motivo estrictamente físico.
Recomendaciones para mejorar el sueño en personas mayores
Hay que mantener horarios regulares para dormir y despertar, evitar comidas pesadas antes de acostarse, realizar actividad física durante el día —pero no muy cerca de la noche, específicamente de la hora para acostarse—, reducir el uso de pantallas y crear rutinas dedicadas a la higiene del sueño según la edad y el historial médico que se tenga.
El uso de pastillas para dormir debe evaluarse siempre con un equipo médico, ya que pueden generar dependencia o aumentar el riesgo de somnolencia durante el día.
🌿✨🧘♀️ Entérese de otras noticias sobre Bienestar en El Espectador.