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Tusa y desamor: ¿puede la música acompañar una ruptura?

Hay momentos para llorar, para sentirse cómodo e incómodo con las decisiones tomadas, para extrañar y también para soltar.

Paula Andrea Baracaldo Barón

16 de diciembre de 2025 - 07:00 p. m.
Tusa y desamor: ¿puede la música acompañar una ruptura?
Foto: Cortesía: Pibox
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Dicen que “al que no le hablan es porque no quieren”. Y aun así, las ganas de escribir, de llamar, de volver a buscar, de preguntar cómo está su familia (o de avisarle si sintió el temblor de la semana pasada) siguen ahí. Siempre hay espacio para culpar a Mercurio retrógrado o a una borrachera. Pero, justo ahí, entendemos lo que significa tener “la tusa viva”.

Cantaba Rikarena en los 2000 que, cuando el amor se daña es como recibir un disparo directo al corazón.

Y aunque es cierto que romper un vínculo se siente como si de verdad se desgarrara ese músculo que late involuntariamente, el proceso de una tusa se parece más a estar en un laberinto. Existe la salida, pero algunas personas la encuentran más pronto que otras, y eso no depende de la fortaleza, de la inteligencia, ni de cuánto se haya amado, ni de la intensidad o el tiempo del querer. Depende de tantas cosas como volver a enamorarse.

¿Qué es la tusa?

“Tusa”: dícese de…

La tusa es un concepto que, de hecho, surgió de una especie de “desamericanizar” la expresión too sad, que significa “muy triste”. Esto lo explica Valentina Ospina, psicóloga y creadora de @unaaletafeliz.

🗞️ Valentina Ospina participó también en esta nota de nuestro medio: Algunas series que pueden sobreestimular a los niños: cuáles son y por qué

“La tusa, en el ámbito romántico, trae consigo una carga emocional, una tristeza, un duelo que se provoca cuando existe un rompimiento del vínculo afectivo o sexo-afectivo”, dice.

No todos los vínculos son iguales y no todas las personas tenemos las mismas herramientas psicológicas y emocionales para vivirlos o para terminarlos. Por eso, algunas tusas pueden durar más que otras, enfrentarse o doler de formas distintas. No existe una medida exacta, como los centímetros, ni un peso específico, como los kilos. Simplemente duele. Y para eso no hay cuchara medidora que logre dar una respuesta clara.

“Si tuve un vínculo con una persona con la que hubo mucha entrega, mucho amor y mucha reciprocidad, pero no ocurrió lo mismo del otro lado, puede existir una sensación de rabia, tristeza o decepción, y eso puede tardar mucho o poco. Si ya pasé por varios duelos, puede que no me sea tan difícil porque ya tengo más herramientas”, afirma Ospina.

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Pero eso no es un mandamiento escrito en piedra. Como ya lo dijimos, la tusa es subjetiva: depende del contexto (social o familiar), de lo que significa el amor para cada persona, de la intensidad emocional, de lo vivido (y lo que no alcanzamos a vivir) y no necesariamente del tiempo que haya durado la relación. Ninguna tusa es demasiado corta ni demasiado larga.

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Ponerle palabras al dolor

“Psicológicamente es muy importante poder hablar de lo que se siente; es la única manera de verbalizar los pensamientos que nos abruman, que se vuelven intrusivos”, explica Valentina. Desde el enfoque que maneja como profesional, habla de la defusión cognitiva, un término que se usa para describir el proceso de “decantar” esos pensamientos que no dejamos ir.

La idea de atravesar un duelo es trabajarlo desde el hecho y no desde una idea difusa, sin forma, que lo único que hace es impedir que la cabeza descanse. Es como leer el mismo cuento una y otra vez sabiendo que el final no va a cambiar. En ese caso, lo que hacemos es sabotearnos, porque los pensamientos tormentosos y las preguntas sin respuesta aparente suelen conducir directamente a la culpa.

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“Una vez expresados, la rumia empieza a disminuir, lo que ayuda a procesar las emociones desde otro lugar”, señala.

Cuando logramos sacarlo, las emociones pueden procesarse de otra manera. Incluso puede pasar lo que ella misma ejemplifica: “Puede que al decir que odias a alguien o que lo amas mucho, después de pronunciarlo te des cuenta de que no te importaba tanto como pensabas”.

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“No eres tú, soy yo” (o sí eras tú, pero yo hice la playlist)

Algunos creen que escuchar música triste durante una ruptura es un poco “masoquista” y hasta cruel. ¿Por qué revivir los sentimientos que ya son difíciles de digerir en el día a día? Pero lo cierto es que darle play a esas canciones contribuye a nuestra regulación emocional.

“Las canciones tristes facilitan la activación del sistema límbico, y el cuerpo responde a ese estímulo”, explica nuestra experta. Por eso lloramos. Por eso gritamos. Por eso escribimos párrafos enormes sobre lo que sentimos después de inspirarnos por haber escuchado una canción. Por eso le enviamos audios largos a un amigo. Porque ya no estamos tan solos como creemos, y eso ocurre con la música.

Las canciones nos ayudan a construir nuevas narrativas sobre algunas ya existentes. Asociamos nuestras historias con las de quienes escribieron esas letras y, propias o ajenas, lograron retratar tusas a la perfección. “Si escucho una canción de Kany García, por ejemplo, y me identifico, comienzo a sentir que no estoy sola en este proceso. Me doy cuenta de que a alguien más le pasó lo mismo y eso aporta un sostén emocional en medio de la ruptura”, dice Ospina.

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La tusa no es lineal. Hay momentos para llorar, para sentirse cómodo e incómodo con las decisiones tomadas, para extrañar y también para soltar. Los géneros musicales no compiten entre sí, sino que dependen de la afinidad de cada persona.

“Más allá de que haya canciones que acompañen más que otras, lo importante es que conecten con lo que se está sintiendo”, dice Valentina. “Lo ideal es que esa playlist pueda abordar distintos momentos del duelo y le demos chance a todas las emociones”. Sí: a la tristeza, a la rabia, a la decepción, a la añoranza, a la indiferencia.

Es por eso que este artículo termina, precisamente, con una playlist construida a partir de algunas de las canciones “icónicas” para vivir la tusa.

No hay orden, no hay una lógica y no hay distinción de género. Porque Kaleth Morales, Silvana Estrada, Shakira, Frankie Ruiz, Bad Bunny y otros artistas también le han cantado a usted:

Cuéntenos qué otra canción debería estar incluida y cómo lo acompañó —o lo sigue acompañando— en su tusa.

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Por Paula Andrea Baracaldo Barón

Comunicadora social y periodista de último semestre de la Universidad Externado de Colombia.@conbdebaracaldopbaracaldo@elespectador.com

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