“En el centro de las ciudades es esencial restringir el tráfico de vehículos”

 El profesor Tribid Banerjee, de La Universidad del Sur de California y experto en vivienda, planificación y diseño urbanos, participó esta semana en el encuentro Ciudad y universidad en el siglo XXI, que organizó la Corporación de universidades del centro de Bogotá.

Parte de su producción bibliográfica gira alrededor del centro de las ciudades, por lo que sus conceptos se tornan interesantes justo cuando la Alcaldía de Bogotá desarrolla el Plan de Revitalización del Centro y, al tiempo, tienen suspendido el Plan de Ordenamiento Territorial con el que pretendía promover la densificación del centro ampliado. El Espectador habló con él.

¿Qué sabe sobre el centro de Bogotá y qué cree que debe hacerse para recuperarlo?

No lo había hasta ahora que me estoy hospedando en un hotel ubicado allí. Muchas cosas pueden hacerse. Es un lugar encantador, con una ubicación privilegiada frente a las montañas. Sin embargo, las calles parecen ser muy desorganizadas y siendo un lugar con mucho potencial, se le puede dar atención a la preservación del patrimonio, el mejoramiento de la movilidad y la renovación urbana.

¿Qué es lo esencial que debe hacerse en los centros históricos?

Algo que debe resolverse es la regulación del tráfico, para que el centro sea más acogedor para los peatones. Si ves las ciudades europeas, restringen el acceso de los carros, pues el centro es esencialmente peatonal. En paralelo, allí han implementado estrategias de infraestructura de movilidad masiva, como los metros y tranvías. Se deben coordinar ambas estrategias.

¿Se deben densificar los centros de las ciudades o estas deben expandirse hacia sus periferias?

Personalmente, prefiero las ciudades densas, compactas. Se prestan para mayor interacción social y son más transitables. Pero, para hacerlo, es importante preservar ciertas características del centro, ciertas condiciones preexistentes. No es necesario construir torres altísimas para densificar; quizá pueda hablarse de edificaciones de cinco o seis pisos. En los centros, además, suele haber mucha oportunidad de rellenar espacios vacíos o de usar otros sectores como los destinados a parqueaderos.

Los encargados de la revitalización del Centro de Bogotá reconocen que es un proceso costoso para el que no cuentan con dinero suficiente. ¿Qué estrategias recomienda?

De nuevo, desconozco la institucionalidad y las normas que rigen en Bogotá, pero el modelo más clásico es que el municipio compre predios abandonados o expropie áreas muy olvidadas o deterioradas que pueden ser catalizadores de desarrollo. Así, luego puede pasárselos a inversionistas privados que los desarrollen bajo ciertos parámetros preestablecidos.

La Alcaldía de Bogotá tiene como política evitar que habitantes de estratos bajos en el Centro sean expulsados por cuenta de proyectos que benefician a la clase alta, algo que se conoce como gentrificación. ¿Esta necesariamente debe asumirse como algo negativo?

Es problemático porque siempre alguien gana y alguien pierde y con estos proyectos siempre habrá conflictos de intereses entre grupos. Hay que entender, de todas formas, que la lógica de la gentrificación es que cuando algo se mejora, incrementa su valor. Es elemental. Y a pesar de tener efectos negativos que deben ser controlados, el mejoramiento urbano también trae inversión y empleo. El desplazamiento es lo más crítico, así que si quieres densificar y necesitas construir más unidades de vivienda, la gente que vive en la zona debe tener prioridad para quedarse. La densificación no puede ser para un solo estrato.

 El profesor Tribid Banerjee, de La Universidad del Sur de California y experto en vivienda, planificación y diseño urbanos, participó esta semana en el encuentro Ciudad y universidad en el siglo XXI, que organizó la Corporación de universidades del centro de Bogotá.

Parte de su producción bibliográfica gira alrededor del centro de las ciudades, por lo que sus conceptos se tornan interesantes justo cuando la Alcaldía de Bogotá desarrolla el Plan de Revitalización del Centro y, al tiempo, tienen suspendido el Plan de Ordenamiento Territorial con el que pretendía promover la densificación del centro ampliado. El Espectador habló con él.

¿Qué sabe sobre el centro de Bogotá y qué cree que debe hacerse para recuperarlo?

No lo había hasta ahora que me estoy hospedando en un hotel ubicado allí. Muchas cosas pueden hacerse. Es un lugar encantador, con una ubicación privilegiada frente a las montañas. Sin embargo, las calles parecen ser muy desorganizadas y siendo un lugar con mucho potencial, se le puede dar atención a la preservación del patrimonio, el mejoramiento de la movilidad y la renovación urbana.

¿Qué es lo esencial que debe hacerse en los centros históricos?

Algo que debe resolverse es la regulación del tráfico, para que el centro sea más acogedor para los peatones. Si ves las ciudades europeas, restringen el acceso de los carros, pues el centro es esencialmente peatonal. En paralelo, allí han implementado estrategias de infraestructura de movilidad masiva, como los metros y tranvías. Se deben coordinar ambas estrategias.

¿Se deben densificar los centros de las ciudades o estas deben expandirse hacia sus periferias?

Personalmente, prefiero las ciudades densas, compactas. Se prestan para mayor interacción social y son más transitables. Pero, para hacerlo, es importante preservar ciertas características del centro, ciertas condiciones preexistentes. No es necesario construir torres altísimas para densificar; quizá pueda hablarse de edificaciones de cinco o seis pisos. En los centros, además, suele haber mucha oportunidad de rellenar espacios vacíos o de usar otros sectores como los destinados a parqueaderos.

Los encargados de la revitalización del Centro de Bogotá reconocen que es un proceso costoso para el que no cuentan con dinero suficiente. ¿Qué estrategias recomienda?

De nuevo, desconozco la institucionalidad y las normas que rigen en Bogotá, pero el modelo más clásico es que el municipio compre predios abandonados o expropie áreas muy olvidadas o deterioradas que pueden ser catalizadores de desarrollo. Así, luego puede pasárselos a inversionistas privados que los desarrollen bajo ciertos parámetros preestablecidos.

La Alcaldía de Bogotá tiene como política evitar que habitantes de estratos bajos en el Centro sean expulsados por cuenta de proyectos que benefician a la clase alta, algo que se conoce como gentrificación. ¿Esta necesariamente debe asumirse como algo negativo?

Es problemático porque siempre alguien gana y alguien pierde y con estos proyectos siempre habrá conflictos de intereses entre grupos. Hay que entender, de todas formas, que la lógica de la gentrificación es que cuando algo se mejora, incrementa su valor. Es elemental. Y a pesar de tener efectos negativos que deben ser controlados, el mejoramiento urbano también trae inversión y empleo. El desplazamiento es lo más crítico, así que si quieres densificar y necesitas construir más unidades de vivienda, la gente que vive en la zona debe tener prioridad para quedarse. La densificación no puede ser para un solo estrato.