"Estratos se relacionan con la falta de espacio público"
José Chong, experto de ONU Hábitat, habla de cómo avanzar en mejores espacios públicos que hagan de las ciudades un lugar vivible para todos y no sólo para ciertos sectores de la sociedad.
Redacción Bogotá
Si los planes de las ciudades latinoamericanas siguen como hasta ahora, en una década el 90% de ellas serían urbes que no cumplen el promedio mínimo de espacio público necesario para una buena calidad de vida. Hoy el estándar mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que este debe ser de 15 m2 por persona y en ciudades como Bogotá la cifra apenas llega a 3,9 m2.
El dato es una alerta para el futuro de las ciudades, pues sin recursos como los espacios públicos, “donde pueden ocurrir los intercambios personales, culturales y económicos, las ciudades se convierten en lugares de exclusión, prohibición, degradación ambiental y esterilidad económica", como lo ha dicho Joan Clos, director de ONU Hábitat.
El miércoles y el jueves se realizó en Bogotá el II Foro Internacional de Espacio Público y en él estuvo José Chong, experto de esta organización quien habló con El Espectador sobre cómo conseguir urbes con mejores espacios públicos.
¿Cuál es la visión que ustedes tienen sobre la función que tiene hoy el espacio público en las ciudades?
Lo que propugna ONU Hábitat es que el espacio público es un derecho de los ciudadanos en el sentido de que tiene que ver con la reivindicación de las diferentes poblaciones que viven en la ciudad. El espacio público es un espacio de comunicaciones entre las personas, tanto de aquellos con altos ingresos como los que no los tienen. Allí se expresa la participación, la democracia, el tema de cómo la gente puede empezar a vivir en una sociedad conjunta.Ahora también promovemos cómo incluir políticas con temas de género, para que las mujeres o niñas puedan recorrer un espacio con seguridad, que los discapacitados puedan salir de sus casas y moverse de un lado a otro en la ciudad, igual que el adulto mayor.
¿Y qué pueden hacer los gobernantes para lograr espacios públicos con esta visión?
Primero está el tema de planeación de ciudad, planear un sistema eficiente de movilidad con las relaciones entre diferentes espacio públicos. Se debe tener una ciudad con una densidad adecuada que asegure que el espacio público se pueda mantener, que haya un número de usuarios adecuados y que haya mayor comunicación entre los diferentes intereses de la ciudad.Hay muchos desarrolladores privados y constructores, y hay regulaciones que les exigen que deben dejar para la ciudad cierta cantidad de espacio público y equipamientos. Esta accesibilidad hace que la ciudad sea más vivible para todos, no solo para ciertos grupos de poder sino para quienes no tienen tanto acceso a los equipamientos de las urbes.
Pero también es común que haya resistencias de las clases sociales altas a que en los espacios públicos puedan convivir los diferentes a ellos, los pobres…
Lo que promovemos es una ciudad incluyente. La diversidad social es un tema fundamental de la ciudad. Tenemos que aprender a vivir en esta diversidad social. Hay lugares dentro de la misma ciudad que tienen gran cantidad de espacio público y otros que no. Esto generalmente se relaciona con la segregación espacial de las diferentes poblaciones.
Ustedes en Bogotá tienen estratos y a veces estos estratos están relacionados con la carencia de espacio público y pueden ser un mecanismo de prolongar que las personas se queden en el mismo estrato sin posibilidades de mejor educación o acceso a mejores equipamientos públicos, información, entre otros.
¿Cómo cree que está haciendo la tarea Bogotá?
Bogotá está haciendo intervenciones en temas de espacio público, con obras y normativas para la creación y mantenimiento de nuevos espacios públicos (como cobrar a quienes aprovechan el espacio con fines económicos), a cargo de la Defensoría del Espacio Público. Sin embargo, todavía la ciudad es un poco densa en ciertas áreas y eso es lo que se podría mejorar. Lo bueno es que Bogotá ha sido ejemplo en muchos aspectos y está retomando la agenda de espacio público, diseño urbano y planeación.¿Cuáles son algunos casos de espacio público en el mundo que le llaman la atención?
Cada espacio público tiene diferentes estrategias, de acuerdo con su sociedad. Un ejemplo de ciudad con buen manejo de espacio público es Barcelona, donde se consideran equipamientos públicos y se trata de incluir los diferentes tipos de población.En Nueva York lo interesante es que ha mantenido una gran cantidad de área para el destino público y está recuperando el área de la calle como zona de recreación pública. Son dos ejemplos de países desarrollados, pero algo que rescato es que desde Latinoamérica también se están haciendo temas interesantes sobre la recuperación de espacio público y cómo envolver a las comunidades en la creación de ciudad.
¿Y cómo se pueden involucrar las personas?
Creo que es un tema de cultura ciudadana, de cómo se puede comunicar a las personas el hecho de que lo público tiene que ir de la mano del uso de las comunidades y cómo el privado puede incluirse en temas de mantenimiento, por ejemplo.
Si los planes de las ciudades latinoamericanas siguen como hasta ahora, en una década el 90% de ellas serían urbes que no cumplen el promedio mínimo de espacio público necesario para una buena calidad de vida. Hoy el estándar mundial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que este debe ser de 15 m2 por persona y en ciudades como Bogotá la cifra apenas llega a 3,9 m2.
El dato es una alerta para el futuro de las ciudades, pues sin recursos como los espacios públicos, “donde pueden ocurrir los intercambios personales, culturales y económicos, las ciudades se convierten en lugares de exclusión, prohibición, degradación ambiental y esterilidad económica", como lo ha dicho Joan Clos, director de ONU Hábitat.
El miércoles y el jueves se realizó en Bogotá el II Foro Internacional de Espacio Público y en él estuvo José Chong, experto de esta organización quien habló con El Espectador sobre cómo conseguir urbes con mejores espacios públicos.
¿Cuál es la visión que ustedes tienen sobre la función que tiene hoy el espacio público en las ciudades?
Lo que propugna ONU Hábitat es que el espacio público es un derecho de los ciudadanos en el sentido de que tiene que ver con la reivindicación de las diferentes poblaciones que viven en la ciudad. El espacio público es un espacio de comunicaciones entre las personas, tanto de aquellos con altos ingresos como los que no los tienen. Allí se expresa la participación, la democracia, el tema de cómo la gente puede empezar a vivir en una sociedad conjunta.Ahora también promovemos cómo incluir políticas con temas de género, para que las mujeres o niñas puedan recorrer un espacio con seguridad, que los discapacitados puedan salir de sus casas y moverse de un lado a otro en la ciudad, igual que el adulto mayor.
¿Y qué pueden hacer los gobernantes para lograr espacios públicos con esta visión?
Primero está el tema de planeación de ciudad, planear un sistema eficiente de movilidad con las relaciones entre diferentes espacio públicos. Se debe tener una ciudad con una densidad adecuada que asegure que el espacio público se pueda mantener, que haya un número de usuarios adecuados y que haya mayor comunicación entre los diferentes intereses de la ciudad.Hay muchos desarrolladores privados y constructores, y hay regulaciones que les exigen que deben dejar para la ciudad cierta cantidad de espacio público y equipamientos. Esta accesibilidad hace que la ciudad sea más vivible para todos, no solo para ciertos grupos de poder sino para quienes no tienen tanto acceso a los equipamientos de las urbes.
Pero también es común que haya resistencias de las clases sociales altas a que en los espacios públicos puedan convivir los diferentes a ellos, los pobres…
Lo que promovemos es una ciudad incluyente. La diversidad social es un tema fundamental de la ciudad. Tenemos que aprender a vivir en esta diversidad social. Hay lugares dentro de la misma ciudad que tienen gran cantidad de espacio público y otros que no. Esto generalmente se relaciona con la segregación espacial de las diferentes poblaciones.
Ustedes en Bogotá tienen estratos y a veces estos estratos están relacionados con la carencia de espacio público y pueden ser un mecanismo de prolongar que las personas se queden en el mismo estrato sin posibilidades de mejor educación o acceso a mejores equipamientos públicos, información, entre otros.
¿Cómo cree que está haciendo la tarea Bogotá?
Bogotá está haciendo intervenciones en temas de espacio público, con obras y normativas para la creación y mantenimiento de nuevos espacios públicos (como cobrar a quienes aprovechan el espacio con fines económicos), a cargo de la Defensoría del Espacio Público. Sin embargo, todavía la ciudad es un poco densa en ciertas áreas y eso es lo que se podría mejorar. Lo bueno es que Bogotá ha sido ejemplo en muchos aspectos y está retomando la agenda de espacio público, diseño urbano y planeación.¿Cuáles son algunos casos de espacio público en el mundo que le llaman la atención?
Cada espacio público tiene diferentes estrategias, de acuerdo con su sociedad. Un ejemplo de ciudad con buen manejo de espacio público es Barcelona, donde se consideran equipamientos públicos y se trata de incluir los diferentes tipos de población.En Nueva York lo interesante es que ha mantenido una gran cantidad de área para el destino público y está recuperando el área de la calle como zona de recreación pública. Son dos ejemplos de países desarrollados, pero algo que rescato es que desde Latinoamérica también se están haciendo temas interesantes sobre la recuperación de espacio público y cómo envolver a las comunidades en la creación de ciudad.
¿Y cómo se pueden involucrar las personas?
Creo que es un tema de cultura ciudadana, de cómo se puede comunicar a las personas el hecho de que lo público tiene que ir de la mano del uso de las comunidades y cómo el privado puede incluirse en temas de mantenimiento, por ejemplo.