La hora de los taxis eléctricos

Durante un año rodarán por la ciudad 50 de estos vehículos, con el fin de impulsar la transformación de la flota de taxis.

Viviana Londoño Calle
02 de marzo de 2012 - 11:08 p. m.

Para recorrer 250 kilómetros, un taxista tiene que pagar alrededor de $61 mil en gasolina. En cambio, si hiciera el mismo recorrido en un vehículo eléctrico sólo pagaría aproximadamente $11.800. Eso sin contar con los aportes que haría a la calidad ambiental en la ciudad: la gran ventaja de estos vehículos es que producen un 80% menos de gases efecto invernadero.

Por eso, desde mayo estarán rodando los primeros carros eléctricos por las calles capitalinas, como parte de una prueba piloto impulsada por el programa de vehículos eléctricos C40 - Clinton Climate Initiative (CCI), al que pertenece Bogotá. También hacen parte de la iniciativa Codensa y las secretarías de Movilidad y Ambiente.

En total serán 50 nuevos taxis, importados por Mitsubishi y BYD, y se espera que a la vuelta de un año se tengan los análisis suficientes para empezar a impulsar un tránsito gradual de la flota de taxis convencionales a vehículos que funcionen con electricidad.

La lista de ventajas es larga. Manuel Felipe Olivera, director en Bogotá del CCI y del programa de buses híbridos y eléctricos en América Latina, explica, por ejemplo, que un taxi eléctrico no produce ruido y es tres veces más eficiente que un carro convencional. Para cargar las baterías sólo es necesario conectarlo a una red trifásica (ver gráfico). Sumado a esto, el mantenimiento de un taxi eléctrico puede pasar de $1 millón 300 mil al año a sólo $100 mil.

Sin embargo, uno de los limitantes para lograr el tránsito hacia esta nueva tecnología, según el experto en movilidad Ricardo Montezuma, tiene que ver con el precio de los vehículos. Un carro eléctrico cuesta alrededor de $100 millones. “Esperamos que se facilite el acceso, porque lo mejor que le podría pasar a Bogotá es que todos los taxis fueran eléctricos”.

Lo cierto es que desde ya está previsto, gracias al apoyo del Gobierno, que los vehículos importados sean exentos de aranceles y se estudia la posibilidad de que tampoco tengan que pagar el IVA. Lo que sí es seguro es que uno de los incentivos para estos carros es que no tendrán pico y placa.

Por el momento al proyecto, que cuesta alrededor de $8.400 millones, no le han resultado detractores. Aunque algunos taxistas se manifestaron alarmados, ya se han reunido con la Secretaría de Movilidad para hacer parte del proceso. ”Queremos conocer a fondo el proyecto, porque estamos dispuestos a cambiar si la tecnología así lo exige”, dice Uldarico Peña, gerente de Taxis Libres de Bogotá.

Al respecto, la secretaria de Ambiente, Margarita Flórez, cree que tras comprobar las ventajas de estos carros, los taxistas no dudarán en empezar a cambiar: “la gente se va a dar cuenta de que sí es posible mejorar el medio ambiente y a menores costos”.

Aún falta definir quiénes serán los conductores de los nuevos vehículos y en qué flotas serán distribuidos. Lo que es un hecho es que la era del transporte eléctrico ya llegó a Bogotá. Olivera es optimista al respecto: “ Todos estamos caminando en la misma dirección, por un mejor ambiente y una mejor calidad de vida ”.

Por Viviana Londoño Calle

 

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