En la línea de fuego: esta es la primera brigada forestal indígena de Cundinamarca
Chía y Sesquilé serán los próximos municipios donde sus resguardos indígenas muiscas, también se formarán en atención a incendios forestales
María Angélica García Puerto
El fuego fue quien recibió a los invitados. En la plazoleta principal de la Gobernación de Cundinamarca, las llamas en un pequeño container se avivaban con tal fuerza, que el humo negro se alzaba con rapidez hacia el cielo. Y todo esto no era casualidad. A tres habitantes urbanos y 15 integrantes del resguardo indígena Muisca, del municipio de Cota, los presentaron y recibieron su certificación como la Primera Brigada Forestal Indígena de Cundinamarca, conformada por nueve mujeres y nueve hombres.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
El fuego fue quien recibió a los invitados. En la plazoleta principal de la Gobernación de Cundinamarca, las llamas en un pequeño container se avivaban con tal fuerza, que el humo negro se alzaba con rapidez hacia el cielo. Y todo esto no era casualidad. A tres habitantes urbanos y 15 integrantes del resguardo indígena Muisca, del municipio de Cota, los presentaron y recibieron su certificación como la Primera Brigada Forestal Indígena de Cundinamarca, conformada por nueve mujeres y nueve hombres.
Vestidos con un traje naranja, con cintas reflectivas, casco gris y algunos con mochilas tejidas terciadas al cuerpo, fueron desfilando uno a uno hasta reunirse en un círculo de frutas, flores y velas, para hacer parte de un ritual previo a los actos protocolarios. Allí, una sabedora los guiaba, en medio de una melodía creada con flautas capador, semillas que resonaban como maracas y una caracola de mar, que simbolizaba los cuatro elementos.
Por un pasillo, hasta la plenaria de la Asamblea de Cundinamarca, los brigadistas fueron protagonistas de la jornada. Sus familias, desde las gradas, los grababan con alegría y orgullo, luego de acompañarlos en un proceso de capacitación que duró 8 meses y fue liderado por el Cuerpo Oficial de Bomberos de Cundinamarca, en apoyo con la alcaldía de Cota.
Este resguardo indígena muisca es uno de los tres que existen en el departamento (Chía y Sesquilé), constituidos por resolución de la ANT y con reconocimiento del Ministerio del Interior. Su valor como sujetos de derechos específicos y colectivos, reconocidos en la Constitución del 91, ha permitido establecer políticas públicas diferenciales, permitiéndoles tomar decisiones sobre asuntos que les conciernen directamente, como la gestión de sus territorios y recursos.
Cuenta de ello es su papel fundamental en la conservación del medio ambiente y la biodiversidad, a partir de sus conocimientos tradicionales y su relación con la tierra, que están intrínsecamente ligadas a su identidad y bienestar.
“Mis ancestros siempre han sido autoridad. Mi padre era pescador del río Bogotá, y mi madre tejía y era partera. Entonces, conozco mucho de los procesos y tengo un compromiso con la madre tierra, que es quien me da la vida, la habitación, la medicina, el trabajo... todo. Y ese es mi compromiso con la comunidad”, aseguró María Elena Meneses Parra Cano, una de las nuevas socorristas indígenas del resguardo de Cota, donde habitan cerca de 1.200 familias en las veredas La Moya, Cetime, El Abra y el Rozo, en un área de 410 hectáreas de montaña, en la parte baja, y rodeados en la parte alta por el cerro El Majuy.
LEA MÁS: Embalses, metro y movilidad: los primeros 100 días de Galán en la alcaldía
Como parte de su interés en la protección de su territorio, estos 15 indígenas y 3 esposas de comuneros, llevan años atendiendo por su cuenta los incendios forestales, con machetes y palas, sin ningún tipo de protección. Pero ante la fuerte sequía que ha dejado el fenómeno de El Niño y el incremento que resultó en 480 episodios de incendios forestales en el departamento, el gobernador del resguardo indígena decidió lanzar una convocatoria a quien se interesara en ser brigadista, y así apalear las emergencias, casi que constantes en el Cerro El Majuy.
“La comunidad es quien apaga el fuego ante la angustia de no dejar quemar la montaña. Uno está dispuesto a salvar lo que hay, porque todavía en el Cerro tenemos fauna, entonces en realidad nuestro sentir es para cuidar la vegetación y los animalitos”, aseguró Óscar Enrique Tibaquicha, líder de la Brigada Forestal Indígena.
Fue entonces que, ante la falta de empatía y escucha por parte de visitantes al Cerro El Majuy, quienes hacían fogatas, subían con animales o hacían camping, “a pesar de que en el resguardo había un decreto que prohibía subir, decidimos organizarnos. Tener un uniforme, una identificación donde yo pueda presentarme y nos tomen en serio”, agregó Tibaquicha, que en lengua muisca significa ‘capitán de a pie’.
Desde el 16 de octubre de 2023 hasta el 27 de marzo de 2024, este grupo se capacitó en Tenjo, como también en su resguardo, con maquinarias y elementos de la Escuela Departamental de Bomberos y de los bomberos voluntarios de Cota.
“Este martes hicimos la presentación oficial, la será la primera de tres que vamos a presentar próximamente. Estos 18 brigadistas forestales se instruyeron y capacitaron en atención de incendios, prevención, primeros auxilios, técnicas de evacuación y demás. La idea que este proceso continúe y seguirán siendo capacitados”, detalló el capitán Álvaro Farfán, delegado departamental de Bomberos Cundinamarca.
Farfán agregó que estos voluntarios también tendrán un rol de complementariedad en pie de fuerza, para los distintos organismos de socorro, cuando existan emergencias que superen la capacidad operativa y de respuesta. “Es allí, donde se pondrá a prueba el compromiso de cada alcalde, a través de su consejo municipal de gestión del riesgo, para empezar a involucrar de manera participativa a las comunidades en estos temas. Porque no solo vamos a tener brigadas forestales indígenas, sino brigadas comunales de emergencia, en el marco de la Ley 1523 y 1575″.
Los conocimientos están, pero faltan las herramientas
Esta Primera Brigada Forestal Indígena de Cundinamarca ya tuvo su primera prueba de fuego. Literal. El pasado domingo 7 de abril, una vez más, el Cerro El Majuy se incendió. Pero en menos de dos horas, estos nueve hombres y nueve mujeres, lograron sofocar los puntos calientes y liquidar por completo las llamas.
“Llegamos primero con el instructor Julián, porque estábamos muy cerca. Nos empezó a decir donde atacar el fuego. Él iba bajando un material para evitar los focos de los incendios de copa e íbamos detrás de él, incluso tengo un rasguño (muestra en una mejilla de su cara). Se dificultó, porque ya eran las 9 de la noche y tampoco servía la luz, porque no veíamos los focos brillar”, relató María Elena Meneses Parra Cano, de 59 años.
Para esa emergencia, dijo, “teníamos todo nuestro equipo. El casco, uniforme y botas”. Sin embargo, para las emergencias que lleguen a ocurrir en el Cerro El Majuy, que en lo corrido del año ya se han presentado 12, no cuentan con herramientas o dotación idónea para ser la primera línea en respuesta a estos incendios forestales.
“En el momento nos toca a nosotros mismos conseguir los recursos. El traje fue una donación por la graduación. Los cascos nos los dio Bomberos de Cota, pero en realidad no tenemos nada. Nosotros subimos a hacer patrullaje con un machete o con una pala muchas veces”, señaló Óscar Enrique Tibaquicha, líder de la Brigada Forestal Indígena.
Te puede interesar: Racionamiento en Bogotá: ¿Quién pasará navidad y año nuevo sin agua?
“Lo que más necesitamos en este momento son herramientas manuales. Así aún no nos den un carro de emergencia forestal. Por lo menos un uniforme más apto, porque este que tenemos no es el adecuado”, agregó por su parte María Elena Meneses Parra Cano.
Para Paula Iral Fiquitiva, integrante también de la Brigada Forestal Indígena e ingeniera ambiental, el primer logro ya se consiguió con la certificación como socorristas voluntarios. El reto ahora es gestionar los recursos con las autoridades locales, departamentales, nacionales y de Bomberos, para lo más pronto recibir los elementos y protección necesarios. Incluso ser afiliados a una ARL, para dar cumplimiento eficiente y seguro a los incendios forestales y a la respuesta que solicite los organismos de socorro.
“Tenemos que buscar por varios lados, incluyendo acá la Gobernación de Cundinamarca, el Ministerio del Interior. Eso es paso a paso. Muy prolongado porque hasta ahora estamos iniciando”.
Según Jhon Martínez, gobernador y representante legal del resguardo indígena muisca de Cota, el proceso de solicitud “inicia tocando puertas a esos entes gubernamentales porque nosotros no contamos con el recurso necesario. No es solo montar una brigada por montarla, sino mantenerla. Pueden estar las personas, pero se necesitan los equipos necesarios”.
Sobre este proceso de financiamiento y posibles tiempos de entrega de equipos, el diputado de Cota, Alexander Prieto mencionó que “el presupuesto que ellos van a tener son en cuatro órdenes: un apoyo departamental donde ya hemos aprobado unas metas en el Plan de Desarrollo; recursos que están en dirección del gobernador, Jorge Rey y que él por medio de la secretaria de Gobierno tendrá que generar la implementación de la dotación para estos equipos. Asimismo, este equipo podrá tener el acompañamiento presupuestal del municipio. Y Bomberos del departamento es otra línea financiera por medio de la cual no solo recibieron la capacitación, sino insumos, dotación y actualizaciones”.
Mientras estas garantías en la prestación de incendios forestales llegan; Oscar Tibaquicha, Nestor Camilo Cano, Lisandro Gómez, Fanny Sanabria, Luz Ángela Sanabria, María Balcero, Yadira Neuque, Luz Sanabria, Hernando Cano, María de Jesús Tibaquicha, Henry Cano, Saidy Quevedo, Angel Cano, María Helena Meneses, Paula Iral, Camilo Castro, Oscar Barina, y Javier Antonio Fonseca, seguirán cuidando sus montañas, siendo los principales guardabosques y la primera línea de sofocar incendios provocados en su mayoría por manos humanas.
Para conocer más noticias de la capital y Cundinamarca, visite la sección Bogotá de El Espectador.