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'La SED, descuadernada'

Sus retos: aclarar irregularidades, avanzar en jornada única e institucionalizar la Secretaría.

El Espectador
20 de julio de 2011 - 09:00 p. m.

La corrupción en la contratación pública pareciera permear incluso los mayores logros de la actual administración: los avances en cobertura y calidad de la educación aparecen empañados por las irregularidades en un contrato de $20 mil millones entre la Secretaría de Educación (SED) y la Red Alma Mater para capacitar a 18 mil docentes, a quienes se les entregaron cartillas desactualizadas. Pero no sólo eso: en el Concejo se denunció, entre otras cosas, que hay 50 mil cupos educativos subutilizados, que también hay irregularidades en convenios con colegios privados y en los colegios concesionados. En medio de este panorama asumió Ricardo Sánchez Ángel —abogado y filósofo, autor de cinco libros sobre temas nacionales, exdecano de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional—, como nuevo secretario ante la renuncia de Carlos José Herrera.

¿El reciente escándalo de contratación opaca los logros anteriores en educación?


Es un correlato de los escándalos que hay en la ciudad, pero no altera los logros de la Secretaría en cobertura, calidad, mejoramiento de docentes, valor social del maestro y papel de la educación en la convivencia y la formación democrática y ciudadana.

¿Se trata de otro carrusel?


No hay grupos privados que asaltaron a la Secretaría de Educación. Lo de Alma Mater muestra que el sistema permitió a un grupo que habla a nombre de universidades realizar el contrato.

¿Qué decisión tomar respecto al producto?


Entregar una cartilla idéntica a la de 1993 es un anacronismo académico y pedagógico, la Secretaría lo censura. Con tal suma de dinero uno espera metodologías actualizadas, que concuerden con uno de los objetivos de la Secretaría: el conocimiento de la lengua, sin eso no hay libertad de acción, libre desarrollo de la personalidad, criterio independiente. Es grave desconocer 18 años de revolución científico tecnológica.

¿Qué va a pasar con los funcionarios de la Secretaría?

Tienen derecho a terminar, no tiene sentido que yo gaste el tiempo haciendo cambios, sino utilizar lo constituido, direccionarlo, formulando un discurso ideológico sobre la educación, político sobre la academia, el quehacer pedagógico y la praxis educativa, ese es mi propósito

¿Qué dice Alma Mater?

Que así como Kant y Rousseau son perennes, esta cartilla también lo es . Esa comparación ofende, porque la educación es un fenómeno sociológico dinámico, los productos pedagógicos tienen que actualizarse.

¿Qué va a pasar con la jornada única?

Hay un debate sobre quién construirá los colegios que faltan. Unos dicen que los privados construyan y el Estado les paga, y luego el colegio revierte al Estado. Pero cuando revierta al Estado, si no hay planta profesoral publica, va a ocurrir que se les entregan los colegios a los privados. Sin colegios con planta pública, el proyecto es equivocado.

¿Y entonces cuál sería la solución?

Hay que buscar una proyección del presupuesto para esto en la próxima administración. No es verdad que no hay plata del Estado para la educación.

¿Qué pasó en el último debate de control político?


Entre otros, se tocaron los convenios con colegios privados, cuestionados por su calidad. El concejal Wilson Duarte dijo que ahí hay clientelas políticas. Los colegios en concesión también hay que evaluarlos, porque hoy estarían en declive. Se hizo un señalamiento de que Cafam está cumpliendo sólo cuatro días a la semana. También hay cerca de 50 mil cupos educativos subutilizados, porque quedan lejos de la vivienda de los estudiantes. Hay que hacer un plan piloto para ofrecer transporte.

¿Y las cámaras en los colegios?


Están en última fase de licitación.

¿Qué objetivos inmediatos tiene en la Secretaría?


Son muchos frentes. Hemos debatido los objetivos de los programas de estudio, sobre la importancia de la lengua, los contenidos, los cursos. Estoy viendo si es posible institucionalizar la Secretaría, porque la he encontrado relativamente descuadernada, desinstitucionalizada en muchos aspectos.

Por El Espectador

 

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