La virtualidad no es tan fácil para los niños con discapacidad en Bogotá
Además de las barreras que conlleva la educación para esta población, la pandemia ha traído nuevos retos tecnológicos y pedagógicos. Las familias han tenido que ocupar un lugar primordial, para continuar la formación.
La educación virtual ha sido difícil para todos los niños. Aparte de que se han tenido que replantear los modelos educativos, para mantener la calidad, ha estado en juego su desarrollo psicosocial. Además, las barreras han sido mayores en el caso de la población con discapacidad. Si bien la virtualidad ha permitido llevar la educación a las casas, se presentan dificultades que en un salón estaban casi resueltas.
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La educación virtual ha sido difícil para todos los niños. Aparte de que se han tenido que replantear los modelos educativos, para mantener la calidad, ha estado en juego su desarrollo psicosocial. Además, las barreras han sido mayores en el caso de la población con discapacidad. Si bien la virtualidad ha permitido llevar la educación a las casas, se presentan dificultades que en un salón estaban casi resueltas.
¿Qué puede hacer un niño sordo en una clase virtual sin un intérprete? ¿Qué alternativas tiene un ciego para resolver las guías? ¿Cómo llamar la atención de un estudiante con discapacidad intelectual? Cada situación plantea un reto diferente, por lo que así como se tuvo que acelerar la incursión en las clases virtuales y a distancia, los modelos se debieron acoplar para los 20.806 estudiantes del Distrito que tienen algún tipo de discapacidad.
Para Samuel Valencia, representante distrital de las organizaciones de las personas sordociegas, “el desafío ha sido entrar a la virtualidad”. En medio del Foro Distrital de Discapacidad, que realizó el año pasado la Secretaría de Educación, resaltó que las actuales barreras son de las más fuertes que han vivido.
“Tenemos necesidades particulares y el tener que aislarnos y, de alguna manera, no poder hacer muchas cosas, realmente causa un impacto en cada persona. Es una situación que no va a ser fácil de superar y a veces resulta complejo tener que adaptarnos a que prioritariamente se usa el internet y muchos no tienen la capacidad de conectarse a un dispositivo. Nos toca empezar a buscar la manera de que se reconozca la necesidad de tener este tipo de apoyos para comunicarnos con las otras personas”.
Lo que preocupa a organizaciones como Red Papaz es que el avance que se había logrado en inclusión se pudiera perder, ya que, de acuerdo con cifras del Ministerio de Educación, apenas el 14,5 % de esta población recibía educación en el país antes de la pandemia y, según cifras de la Unesco, solo el 5 % en el mundo logra terminar la primaria.
Al respecto, Virginia Torres, directora de Inclusión e Integración de Poblaciones de la Secretaría de Educación, señala que en este año se ha tenido que trabajar fuertemente en los apoyos pedagógicos y en las herramientas necesarias para el acompañamiento, pues en medio del aislamiento son las familias las que entran en un primer plano a cumplir esa tarea con los estudiantes en las clases. Es decir, que requieren herramientas pedagógicas y tiempo para apoyarlos.
El principal medio de comunicación ha sido el teléfono y la red de mensajería WhatsApp. “Dependiendo de la condición de discapacidad, hay un equipo técnico especializado, que hace el seguimiento y el acompañamiento al personal de apoyo y a los profesores en el aula regular. En cuanto al material, a los estudiantes de baja visión o totalmente ciegos se les prepara el material y, además, se capacita al maestro”, dijo Torres.
En cuanto a los niños sordos, se ha hecho el acompañamiento con el manejo de tecnologías; se ha ofrecido el apoyo de los intérpretes en diferentes lugares, así como en la traducción del material habilitado en los portales. De hecho, en el Colegio República Bolivariana de Venezuela se creó la biblioteca azul para la inclusión, donde se habilitó una amplia oferta de material educativo para los niños con discapacidad. La demanda es alta, pues en al menos el 90 % de los 399 colegios del Distrito hay estudiantes de esta población.
Con respecto a las herramientas tecnológicas necesarias para facilitar el acceso a niños en condición de discapacidad, la Secretaría de Educación señala que este año se hará la compra de dicho material, pero resalta que en mayo entregarán kits especializados para hacer ejercicios especialmente de matemáticas y lectura, con el ánimo de fortalecer sus procesos.
Por ahora se espera que esté listo el documento técnico que indique a los colegios que trabajan con niños con discapacidades auditivas, visuales y físicas cuáles serán los protocolos para su regreso, dadas las necesidades que la virtualidad puso sobre este tipo de educación. Entre ellas se evalúan la permanencia en los colegios, así como los aforos, ya que en algunos de estos casos los niños requieren un acompañante permanente, lo que reduciría el espacio para el distanciamiento.
“Nos tocó reinventarnos la escuela en la virtualidad”, concluye Torres, pero la apuesta seguirá siendo grande, pues se debe propender para que las brechas no crezcan y tampoco se vuelvan a imponer barreras en la carrera por garantizar la educación en medio de la pandemia.